A Perfect World

Por Valky_moon

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"El mundo puede ser perfecto siempre que quieras creer que es así" Bajo la apariencia de una vida sencilla y... Mais

1. Un lugar llamado Wando-eup.
2. La familia Park.
3. Y no todo es lo que parece.
4. El sufrimiento de Hye Sun.
5. Un encuentro desafortunado.
6. Un problema para Sehun.
7. El oscuro pasado de Kyungsoo.
8. Park Chanyeol, un buen policía.
9. Kim JunMyeon, un hombre despiadado.
10. Kim JongIn y Park Hye Sun.
11. Sweet candy.
12. "¿Es usted una buena persona, doctor Do?"
13. Espinacas y fresas.
14. Cuando alguien nos decepciona.
15. Una tentación cada vez más real.
16. Fractura en el tiempo
17. Contacto.
18. Codicia.
19.El gran error de Sehun.
20.Conexión Beijing.
21. La furia de JongIn.
22.Los ojos nunca mienten.
23. Kim Jongdae, el hombre que no olvida.
24. Hay cicatrices que nunca sanan.
25. Un mal necesario.
26. Lose control.
27.Un matrimonio fallido.
28. Un pasado que marca de por vida.
29. Cuidado con lo que deseas.
30.Una noche tormentosa.
31.Una proposición indecente.
32. Envidia.
33. Abusos silenciados.
34.Bambi
35. Ricos y pobres.
36. Sólo pienso en ti.
37. Los sueños, sueños son.
38. ¿Qué está pasando en Wando-eup?
39. Crónica del desamor.
41. Infiel.
42.La mentira es la forma más simple de autodefensa.

40. Cuando el miedo atenaza.

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Por Valky_moon

Jongdae hacía años que no visitaba ese lugar, y no puede reprimir que la nostalgia le invada, se sienta en una vieja piedra y la roza levemente con la yema de sus dedos, está escrita la palabra amigos y los nombres de Chanyeol, JunMyeon y la de él mismo.

Era el sitio secreto de la isla de los tres cuando aún eran unos niños, iban después de clases, un lugar apartado del pueblo que vivió tremendas aventuras de piratas, invasiones alienígenas y hasta de batallas de los soldados de los reinos de Silla, Koguryŏ y Baekje.

Siendo más mayores, dejaron atrás esos juegos infantiles y se convirtió en el refugio de sus inquietudes adolescentes, JunMyeon traía a escondidas revistas pornográficas, Chanyeol robaba algunos cigarrillos de su padre cuando no lo veía o Jongdae se pasaba el santo día hablando a su primera novia de instituto, y que en más de una ocasión le tuvieron que cerrar la boca por pesado.

Mira a su alrededor por un instante, se amontan en su memoria esos recuerdos y sus ojos se humedecen, no comprende por qué le dejaron de lado, sigue sin entender cómo era posible que ellos a raíz de la desaparición de Kim Yoonjung dejaron de hablarle.

Conocían a su hermana prácticamente desde el día que nació, y en más de una ocasión tuvieron que hacer de canguros cuando sus padres no podían hacerse cargo de ella.

¿Es que no tienen corazón?

¿Dónde quedó esa amistad de más de veinte años?

Oye pisadas en el suelo, él se levanta de la piedra y espera que la claridad de la luna ilumine el rostro de la persona que se acerca, sigue sin comprender por qué JunMyeon le citó allá.

Cuando ambos están cara a cara se quedan en silencio, hasta que JunMyeon le sonríe levemente, reprimiendo las ganas de abrazarlo.

—Cómo has estado, Jongdae.

—Realmente te interesa saber eso o lo dices por decir.

A JunMyeon le duele escuchar eso, claro que le interesa, le sigue considerando su amigo y ha hecho lo posible para que Jongdae intentara rehacer su vida, un esfuerzo en vano por la negativa de éste de dejarse ayudar.

—Lo digo de verdad, aunque no te lo creas, echo de menos cuando estábamos juntos.

Jongdae resopla, pues para echarle de menos no es que se haya esforzado demasiado para demostrárselo.

Ni siquiera en el momento más crítico en que su hermana desapareció se sintió respaldado, simplemente le decía que dejara a la policía actuar.

—No me digas, pues en estos dos años nunca recibí una llamada tuya ¿perdiste mi número?

JunMyeon traga saliva, ese número nunca lo perdió, de hecho se vio tentado miles de veces a llamarlo, pero sabía que su padre le sentaría tremendamente mal si lo hacía.

—Yo también sufrí mucho por la desaparición de Yoonjung, para mí era como mi hermana pequeña.

—¡Los cojones JunMyeon! —le chilla por sentir que estaba siendo un hipócrita —¡Si hubiera sido así, hubieras movido cielo y tierra para buscarla!

Jongdae no puede evitar llorar, sus labios tiemblan y se los muerde inconscientemente con los dientes.

Es un hombre desesperado que el pueblo a todos lo tildan de loco y lo que es peor, un hombre que estos dos años nadie le ha preguntado cómo se sentía.

—Jongdae, sé que es difícil de asumir lo que hizo Yoonjung, pero si ella se fue con ese tipo y no quiere dar señales de vida es porque es así que quiere que sea, no crees.

—¿De qué tipo estamos hablando JunMyeon? ¿Alguien sabe cómo se llama? ¿Por qué la policía nunca me dejó ver las últimas imágenes de ella? ¿Por qué mierdas tu familia vive obsesionada en olvidar el caso?

—Pero de qué estás hablando... —murmura JunMyeon desconcertado.

—¿De verdad te crees que la negativa de la policía en que pueda ver el caso algo no tiene que ver tu padre? ¿Que prefiere enterrar el asunto porque no soporta que haya una mancha negra en Wando-eup?

Jongdae tenía más que motivos para pensar de que el alcalde estaba detrás todo este asunto, en vez de volcarse en la desaparición de su hermana cuando se cerró la investigación, se desinteresó por completo del caso y sus esfuerzos se aunaron en que se olvidase ¿Por qué? Posiblemente porque perturbaba la paz idílica de Wando-eup.

Sabía de primera mano que el expediente estaba manipulado y que la grabación había desparecido, así se lo constató Minseok de la última vez que hablaron.

Quería presionar a JunMyeon para saber cuánto sabía de la verdad de lo que estaba pasando, tenía la imperiosa necesidad de creer que él no estaba involucrado.

—Por dios Jongdae, mi padre hizo lo que pudo para ayudaros, si la policía concluyó que se dio a la fuga con ese tipo ¿Qué crees que debía hacer? ¿Contradecir esa versión?

—Si la policía obró mal por supuesto que sí.

—No me puedo creer que me digas eso, sabes que uno de los pilares de esta isla es la policía, no podemos ni siquiera dudar de que hizo mal la investigación, eso sería fomentar la desconfianza entre la gente y crear un caldo de cultivo de inseguridad.

—¿Pero tú estás oyendo JunMyeon? ¿Ya te estás preparando para política?

—Sólo te digo que estoy totalmente convencido que la policía hizo todo lo que pudo en su momento. Créeme, seguí el caso de primera mano, y hasta pude ver esa grabación, en ella estaba tu hermana y el tipo en la última gasolinera que hay antes de llegar a la península, no hay ningún tipo de duda.

—Hay qué joderse, tú la viste y yo que soy su hermano nunca la pude ver.

—Era una prueba por aquel entonces Jongdae, y sabes que formaba parte de la investigación.

—Claro, es curioso que esa grabación solamente la vieras tú, posiblemente tu padre y la policía.

JunMyeon tiene cada vez menos recursos para salir de esos ataques que se ve sometido, no había forma de hacerle entrar en razón, parecía que su palabra no valiese nada.

Debía cambiar de táctica.

—¿Si logro que consigas ver el expediente me prometes que dejarás el asunto en paz?

—Por supuesto que no, si veo alguna irregularidad no te quepa ninguna duda que lo denunciaré.

Al menos era sincero, creía que Jongdae era la honestidad personificada, estando convencido de que ese camino era el correcto y acorde para hacer las cosas bien.

—Está bien Jongdae, lo intentaré, si con eso consigo que te quedes más tranquilo, lo haré.

A Jongdae le brillan los ojos, aquello era una prueba más de la gran influencia que tenía la familia Kim en la isla, sin embargo no quiere echárselo en cara, es más, ahora tenía una oportunidad de oro para ver el expediente, poner a la palestra la desaparición de la grabación y por fin demostrar a todo el pueblo que él no estaba tan equivocado.

No es tonto y sabe que la policía no le dejará solo ni un sólo momento, pero él ya tiene las dos copias del expediente, la oficial y la manipulada que le pasó Minseok, ir a la comisaría simplemente era justificar cómo lo había conseguido.

Si ellos habían jugado sucio, él también.

La honestidad que caracterizaba a Jongdae según JunMyeon, había desaparecido completamente, y estaba dispuesto a todo con tal de llegar a la verdad.

—El expediente físico —puntualiza.

—Sí Jongdae, te dije que sí.

Ambos se miran, y pesar de que se están sonriendo, sus pensamientos no pueden ser más opuestos, sin embargo JunMyeon aún mantiene la esperanza de enderezar esa amistad.

—Hace tiempo que te dije que podría ayudarte a encontrar un trabajo, te pido por favor que la aceptes, el instituto siempre está falto de profesores, podrías entrar como refuerzo, pronto los chicos de último grado deben de preparar los exámenes para el acceso a la universidad.

Jongdae se ríe, ni muerto dejaría que alguien de la familia Kim lo ayudase ¿Eso es lo que vale su silencio para que desista?

—Te lo agradezco, pero hace 2 años que no enseño, y sinceramente no creo que esté preparado aún.

JunMyeon siente que vuelve a fallar, pero aún así no no cejará en su empeño.

—Esta bien Jongdae, si puedo ayudarte en cualquier cosa me avisas, ahora debo de irme, se me está haciendo tarde ya.

—Claro JunMyeon, tal vez algún día podríamos tomar una cerveza ¿te parece?

Propuesta envenenada, sabe que jamás JunMyeon se sentará con él una terraza, eso daría qué hablar en le pueblo, algo que no le beneficiaría cara el futuro cuando él se presentase a la alcaldía dentro de unos años.

—Cla...claro, cuando quieras. Quieres que te lleve al pueblo.

—No, me gustaría quedarme un rato más aquí, hacía tiempo que no venía.

Y esos recuerdos se intensifican en sus corazones.

Duele lo que se ha perdido.

Alimenta esa herida de un pasado que allá se quedó y que posiblemente jamás volverá.

Se despiden formalmente, JunMyeon baja la pequeña pendiente hasta su coche, afectado de haber vuelto a ver a Jongdae. Necesita unos minutos para recomponerse, sacudirse toda esa nostalgia que por un momento casi lo hunde.

Enciende su móvil y se pone en contacto con el comisario de Wando-eup.

—¿Señor Kim? ¿Se le ofrece algo?

—Hola comisario, quisiera pedirle un favor, dé acceso a Kim Jongdae al expediente del caso de su hermana — hubo unos segundos de silencio, pareciendo que a JunMyeon le costase seguir hablando — pero antes asegúrese de hacerlo desaparecer.

—Comprendo.

—Si Jongdae lo único que quiere es ver ese expediente, que tenga esa oportunidad, invente que se ha perdido después de tanto tiempo y facilítele el expediente digital, dígale que es lo mismo. Quiero que lo haga usted, dele el trato que se merece, y con esto entiéndase que sea amable y colaborador.

—De acuerdo señor Kim.

—Pase buena noche.

—Gracias, igualmente.

JunMyeon cuelga, aún debe hacer otra llamada y su pulso se acelera, le disgusta enormemente tener que informar a su padre que la charla que tuvo con Jongdae no fue tan bien como él se esperaba.

—Hola Papá, ya hablé con él.

—¿Sí? ¿Y qué tal fue?

—Bueno... —le duele las sienes por la tensión y siente miedo por la reacción de su padre —no muy bien, sigue empeñado en ver el expediente.

—¿De qué cojones me estás blando? ¡No puede ver ese expediente bajo ningún concepto!

—¡Ya lo sé papá! ¡Joder! ¡También arreglé eso! —le chilla desesperado y rápidamente se da cuenta de tremendo error en el que está cayendo —lo...lo siento...perdóname, quería decir que ordené al comisario que hiciera desaparecer el expediente, si no está, no puede verlo.

—A ver si lo entiendo, vas a dejar a Jongdae que vea un expediente que ya no estará.

—Exacto, quizá así se dé por vencido.

—Eres muy iluso JunMyeon, hombres como él no desisten tan fácilmente ¿sabes cuál es la única manera? Metiéndole miedo en el cuerpo, esa es la única manera, meter miedo para que deje de tocar los cojones.

JunMyeon temía que llegase este momento, no creía que con la violencia se solucionasen las cosas, no sabe cómo parar a su padre, atemorizado porque sabe lo cruel que puede llegar a ser, él lo había sufrido en sus propias carnes.

—Papá, veamos cómo reacciona cuando se vea en un callejón sin salida, que crea que estamos de su lado.

—No JunMyeon —le corta taxativamente —has tenido dos años para que solucionar este asunto, estoy harto de que la policía me atosigue, cansado del malestar que genera ese individuo entre la gente del pueblo, quiero que se vaya, que desaparezca de Wando-eup.

De pronto se oye un ruido al otro de la línea, JunMyeon se siente confundido preguntándose qué diablos pasaba, hasta que reconoce la voz de su madre.

—¿Ma...mamá?

—JunMyeon, antes de que termines de hablar con tu padre, quería comentarte un tema que me pasó con Innae.

Él cierra los ojos, preguntándose qué habrá sido esta vez, si ya no tenía suficientes problemas, ahora estaba su mujer también alterando su presión sanguínea.

—Dime.

—Innea se está volviendo una irreverente ¿te puedes creer que se negó a llevar a Maehee el otro día con nosotras? No puede ser que tu mujer siga viviendo como si no formase parte de la familia Kim, deberías hablar con ella y ponerla en su sitio.

JunMyeon suspira preocupado, realmente preocupado que sus problemas maritales salieran a la palestra, baja la ventanilla del coche para tomar el aire, le duele el pecho, su nivel de estrés está alcanzando unas cuotas peligrosas.

Siempre cargando el apellido Kim a sus espaldas.

Siempre tapando los errores de JongIn.

Siempre él fue visto como el foco de la perfección y diligencia.

Por no hablar de ser el máximo responsable de todos los negocios de los Kim, tantos los legales como los ilegales.

Pero también era un ser humano y a veces necesitaba una tregua.

—Está bien mamá, hablaré con Innae.

—Gracias hijo, por cierto, incrementa la producción de la MDMA para esta semana, conocimos unos clientes de aquí interesados en ella.

Resopla.

Escapan sus ojos a través de la ventanilla del coche.

—Claro, luego me pondré en contacto con la gente de Bogil-myun.

—Muy bien cielito, me llena de orgullo ser tu madre, besitos, adiós.

Él lanza una mueca trágica, porque detrás de ese hombre de éxito, se esconde un hombre que se siente solo y que llora en silencio cuando nadie le ve.

—Adiós mamá.

—Hijo —vuelve a ponerse el padre —lo dicho, yo me encargaré de Kim Jongdae, estamos en una fase decisiva de las negociaciones para remodelar el barrio de Gumi-gu y no quiero que nada ni nadie lo entorpezca.

JunMyeon vuelve a cerrar la ventanilla del coche, estaba claro que hiciera lo que hiciera no iba hacer cambiar de opinión a su padre.

—Está bien papá.

Ya conduce en silencio hacia su casa, poniéndose tenso al saber que deberá enfrentarse a Innae.

¿Por qué se sigue negando en que Maehee y ella se vayan a vivir a Seúl una vez que le haya dado ese heredero? ¿No era lo mejor para todos?

Nada más entrar, oye la televisión de fondo, no ve a Maehee jugando con sus juguetes en la alfombra del salón y supone que ya estará durmiendo.

Algo que le alivia, siempre procuró que los problemas que tiene con Innae no salpicara a la pequeña.

—Buenas noches Innae.

—Hola JunMyeon.

Él se sienta en el sofá, a su lado, buscando la manera agradable de hacerle entender las cosas.

—He hablado con mi madre hará un rato, me dijo que no le gustó la manera en qué te comportaste con ella.

 Innae automáticamente se levanta del sofá, era lo que le faltaba, que esa vieja zorra le fuese llorando a su hijo.

—¿Y? Simplemente le dije que no quise traer a Maehee ¿tan ofensivo es eso?

—Ya Innae, mi madre tampoco te pide tanto ¿Qué más da si la hubieses llevado? Míralo que en ella hubiese pasado una mañana agradable con su nieta.

—Y una mierda, no pienso dejar que Maehee sea el foco mediático de nadie, no pienso tolerar que hagan lo que hicieron contigo.

JunMyeon realmente se estaba dando cuenta que su mujer estaba cambiando, no hacía ni un mes jamás le hubiera hablado de esa manera ¿Qué estaba pasando? ¿le estaba declarando la guerra?

—No te olvides que también es mi hija y te guste o no, yo tengo la última palabra de todo lo que le concierne —le advierte muy seriamente —si mi madre vuelve a pedirte cualquier cosa de la niña, es que ni lo dudes.

—¿Y si no qué? ¿Vas a volver a violarme? ¿Tal vez pegarme o quizá se te ocurrió matarme para quitarme de en medio?

JunMyeon se abalanza sobre ella, pegando su mano sobre su cuello mientras que ella se ve obligada a recular hasta estamparse contra la pared.

Percibe el temor en sus ojos, unos ojos grandes que ahora mismo le miran suplicando que se detenga.

"Meter miedo..."

—Escúchame Innae, te puedo asegurar que me importaría una mierda si algo te pasara, es más, creo que hasta lo celebraría — le escupe en la cara notando su aliento rozando su labios — estoy harto de ti, harto de tener que verte la cara día, harto de tus desprecios y no te puedes ni imaginar el asco que me da al pensar que Maehee lleva una parte de ti, le rezo a Dios cada día para que no haya salido como tú.

Ella apenas puede respirar, esa mano ya aprieta demasiado, apenas su voz es audible y araña esa mano con sus uñas desesperada.

—Harás lo que yo te diga a partir de ahora, te portarás bien con mi familia si no quieres que Maehee crea que eres una mala madre, eso sería horrible ¿no crees?

JunMyeon sabía perfectamente  el punto débil de Innae, se ríe maliciosamente y ella asiente asomando dos lágrimas negras surcando su rostro.

—Eso está mejor esposa mía, me alegro que lo hayas entendido —le dice bajando la mano —y qué hay de lo otro.

—Creo que está por bajarme la regla, me siento como hinchada.

—¡Pero eso es fantástico! —exclama dando un aplauso — eso es una buena noticia, avísame cuando tengamos que hacerlo, si tengo suerte, será última vez que te folle.

Ella aún sigue paralizada por la violencia de JunMyeon, no era la primera vez que sucedía, ni la segunda, ni la tercera, pero esta vez fue diferente, el miedo se había incrustado en lo más profundo de su ser con sólo imaginar que su hija podría llegar a odiarla.

JunMyeon decide salir al porche, necesita calmarse, siente que la cabeza está a punto de estallar, y necesita imperiosamente pensar en algo agradable.

Su respuesta está en un número de teléfono.

—Hola Ji Eun ¿Cómo estás?

—¿JunMyeon? Pues bien gracias, recién terminamos de cenar ¿y vosotros qué tal estáis?

—Te he llamado personalmente porque por desgracia no tengo el teléfono de tu marido, Innae me lo dio el otro día, espero no haber sido indecoroso, simplemente quería insistir en que un día vengáis los dos a cenar cuando queráis.

—¡Oh! Pues hablaré con Baekhyun, ahora mismo está en el baño —oye que se ríe y eso fue algo que le gustó.

—Estupendo Ji Eun y también agradecería el contacto de tu marido.

—Claro, le diré que te envíe un mensaje, a este teléfono ¿no?

—Sí, es mi número particular.

—Ok, entonces lo haremos así.

—Muy bien Ji Eun, prometo que pasaremos una tarde muy agradable los cuatro.

—Seguro que sí JunMyeon, dale un beso de mi parte a Innae, estamos en contacto.

Una vez que colgó, esa presión en las sienes disminuyó notablemente, vuelve al salón donde Innae estaba sentada de nuevo viendo la tele o al menos eso parecía, se agacha y le planta un beso violento, tanto que ella siente los dientes de él lastimarle los labios.

JunMyeon la contempla, temerosa y bajando la cabeza, siente que ejerce un poder infinito sobre ella y es algo que le gusta.

Y entonces comprendió lo que le dijo su padre lo de infundir miedo a la gente, quizá esté mal, quizá esas artes son más propias de JongIn que de él, pero se justifica pensando que Innae no le dio otra alternativa.

Detesta la violencia, pero a veces es necesaria para evitar un mal mayor.



¿Qué les parece el retrato spicológico de JunMyeon? ¿Justifica su comportamiento a la presión que se ve sometido? 

¿Cómo reaccionará Baekhyun a la invitación de los Kim para ir a cenar? 


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