—Menudo día... —le dije medio riendo—. Espera a que te cuente que ha pasado...
—No habrá sido para tanto...
—¿Qué no? Por cierto. ¿Qué haces aquí? No necesito que me vengas a buscar a diario, no soy una niña.
—No he venido por eso, sé que te gusta ser independiente y eso lo respetaré, pero tenía que venir de todas formas así que he decidido esperarte.
—¿Has venido a hablar con Banner?
—Sí...Ya me contó que le descubriste. ¿Cómo?
—Porque no es muy discreto que digamos.
Esperaba que estuviera un chófer esperando, pero para mi sorpresa nos dirigimos a un parking cercano, donde Loki volvió a su verdadera forma y sacó las llaves de un auto.
—¿Sabes conducir? —le pregunté.
—Esa pregunta me ofende.
—Como siempre llevas chófer...
—Porque es más cómodo, pero hoy no lo necesito.
Loki y yo subimos al auto, y este puso rumbo a una dirección opuesta a su apartamento.
—¿A dónde vamos? —le pregunté.
—He pensado que aún no hemos tenido una cita como tal, así que he preparado algo.
—Loki... No era necesario —le dije incómoda imaginando que había reservado en el restaurante más caro de la ciudad.
—No saques conclusiones antes de verlo, creo que te gustará.
Loki se dirigió a las afueras, hacia una de las zonas más altas desde dónde podía apreciarse la ciudad, ya casi estaba anocheciendo y nos sentamos en uno de los bancos mientras observábamos el reflejo del sol sobre los altos rascacielos. Entonces Loki hizo aparecer una enorme bolsa del Burger King y yo lo miré sorprendida.
—Sé que te sientes incómoda en los lugares lujosos, por eso he investigado citas midgardianas y este creo que era el plan que mejor se adapta a ti.
—No te has equivocado para nada —le dije realmente feliz—. Ohh, incluso has pedido mi hamburguesa favorita. ¿Cómo lo has sabido?
—Sé más de ti de lo que crees.
—Eso ha sonado tétrico —le dije a modo de broma—. ¿También me has espiado en la ducha?
—No —me dijo con una media sonrisa—. Pero podría haberlo hecho de haber querido.
Entonces volví a acordarme de lo sucedido en la Torre y me atoré con la bebida.
—¿Qué pasa?
—Tengo que contarte lo de hoy.
—Te has puesto completamente roja —me dijo divertido—. Fijo que ha sido algo obsceno.
—No te equivocas... —le dije.
Le conté lo sucedido con Tony mientras me observaba en silencio y, una vez terminé, soltó la carcajada más grande que le había escuchado hasta ahora.
—Habría dado todo mi dinero por verlo en primer plano, no la escena de Stark, sino vuestras caras.
—El que peor estaba era Steve —le dije sin parar de reír—. Parecía que le iba a salir humo de las orejas, menuda vergüenza pasamos, de hecho no sé cómo voy a mirarles a la cara...
—Podría borrarte el recuerdo, pero no pienso hacerlo.
—Lo superaré.
Entonces Loki cambió su expresión divertida por una lasciva.
—¿Qué? —le pregunté.
—Ahora entiendo por qué aquel hombre te guiñó el ojo, seguro que mientras pasaba toda la escena estaba super excitado, no tengo ni la menor duda de que deseaba hacerte lo mismo —me dijo con una sonrisa que me confundió.
—¿No estás celoso?
—¿Por qué iba a estarlo? Me deseas a mí ¿no?
—Así es.
—Confío en ti y sé que jamás me engañarías, pero si en algún momento te lo follas quiero mirar.
—¡LOKI! —le grité sorprendida y él soltó otra sonora carcajada.
—Es broma... Pero si quieres no.
—Pervertido...
—Me encanta ver como te sonrojas —me dijo mientras acariciaba mi mejilla con su pulgar.
—Eres imbécil...
—No te enfades preciosa —me dijo mientras me daba un tierno beso en los labios—. En cuanto a esto... es la peor hamburguesa que me he comido desde que vivo aquí —dijo mientras arrugaba el envoltorio y lo encestaba en una papelera cercana—. Un día te llevaré a un lugar dónde las preparan con ternera de alta calidad.
—Niño pijo...
—No sé que significa eso pero no puede ser bueno —me dijo divertido.
Ambos volvimos a mirar el horizonte, ya había oscurecido y las luces alumbraban la ciudad, impidiendo ver las estrellas, cosa que me gustaba hacer cuando vivía en mi hogar.
—¿Qué te ha parecido la cita? —me preguntó Loki.
—Me ha gustado mucho, de verdad —le dije de forma sincera.
—Entonces... ¿Podemos pasar al postre? Aunque no sé si aguantaré hasta llegar a casa.
—No tienes por qué hacerlo —le dije señalando el auto.
—¿En serio los midgardianos lo hacéis ahí? Tiene que ser muy incómodo
—Yo nunca lo he hecho, no sabría decirte.
—Probemos —me dijo mientras me tomaba de la mano y me llevaba hasta el auto, como buen caballero que era me abrió la puerta para que subiese primero.
Una vez dentro nos miramos durante una fracción de segundo antes de dejarnos llevar por lo que deseábamos. Nos besamos con intensidad, explorándonos mutuamente, saboreándonos mientras yo le enterraba la mano en su pelo y él bajaba las suyas hasta mi camiseta, desabrochándome los botones lentamente pero sin dejar de besarme.
Sus besos fueron descendiendo por mi cuello y después dio paso a pequeños mordiscos que me hicieron hasta voltear los ojos. Loki siguió descendiendo mientras su mano subía por mi muslo, acariciándolo antes de subirla e introducirla por debajo de mi falda. Aquello me estaba excitando más de lo que esperaba.
Loki se detuvo a la altura de mis pechos y bajó las copas de mi sostén con una mano mientras que con la otra me acariciaba la entrepierna por encima de mi tanga.
—Tienes la ropa interior completamente mojada —me dijo antes de tirar de uno de mis pezones con sus dientes para, después, succionarlo y azotarlo con su lengua, primero uno y luego otro, mientras su otra mano se movía cada vez con más rapidez por encima de mi tanga, haciéndome mover la caderas ante el placer.
—No te muevas —me dijo.
—No puedo evitarlo.
—Inténtalo.
Loki siguió devorando mis pechos, succionando cada vez más carne y luego volviendo a centrarse solo en los pezones, una y otra vez hasta dejarlos sensibles. Su mano en mi entrepierna había dejado de moverse con tanta rapidez, ahora lo hacía lento, suave, pero no por ello sentía menos placer, de hecho me sentía casi estallar.
Loki volvió con los movimientos rápidos sobre mi entrepierna, haciéndome arquear la espalda y separar mis pechos de su boca, pero no se detuvo, volvió a acercarse, pero no para devorarlos de nuevo, sino para soplar sobre ellos. Cuando sentí su frío soplido sobre mis pezones un escalofrío de placer me recorrió. Loki siguió soplando unos segundos más hasta que sentí como llegaba al clímax, me había hecho correrme y ni siquiera necesitó acariciarme piel con piel ni estimularme desde dentro, lo había conseguido tan sólo con acariciarme por encima de mi tanga y estimulando mis pechos.
—Increíble —le dije.
Y él solo sonrió antes de rodearme la nuca con su mano para besarme, mientras lo hacía, escuché como se bajaba la cremallera de sus pantalones y aquello me excitó de nuevo. Cuando me separé de sus labios mi vista se posó sobre su increíble miembro, aún no sabía como ayer pudo caberme entera.
—Quiero que uses tu boca, concédeme eso, por favor —me pidió.
No le dije nada más, rodeé su pene con la mano mientras comenzaba a masturbarle lentamente y me incliné para pasar mi lengua por su punta. Loki jadeó, lo cual interpreté como que le había gustado, por lo que lo hice unas cuantas veces más, provocándole, hasta que por fin llevé mi mano hasta la base y me la introduje en la boca toda cuanto me cabía.
—Oh...Joder —jadeó Loki mientras comenzaba a masturbarle con la mano la boca a la vez —Oh, nena, justo así.
Me estaba excitando cada vez más sólo ante el placer que yo misma le estaba provocando pasando mi lengua ávidamente por todo su miembro mientras no paraba de moverme arriba y abajo.
En un momento dado Loki decidió llevar el control y sujetó mi cabeza mientras marcaba su ritmo a la vez que movía sus caderas. La sentía muy dura, sabía que no iba a tardar mucho, pero ante mi sorpresa separó mi cabeza de su miembro y me tomó por la cintura para recostarme sobre el asiento. Loki se acomodó entre mi pelvis y echó mi tanga a un lado antes de penetrarme fuertemente, haciéndome retorcer de placer y deseo.
—Estar dentro de ti es mejor de lo que recordaba —me dijo mientras me embestía sin piedad.
—Ah... Loki —gemí.
—Puedo aguantar un tiempo, pero no mucho —me dijo, aunque ya estaba lo suficientemente excitada como para no necesitar mucho tiempo para correrme de nuevo, pero quería disfrutarle.
Cada vez que entraba de nuevo en mí, cada embestida, me provocaba un placer que subía por mi vientre, cada vez más intenso, sin tregua, estaba lista.
—Loki... —gemí.
—Libéralo, córrete junto a mí —me dijo antes de que ambos estalláramos.
—Ha sido un poco incómodo por el tema del espacio, pero no ha estado mal, podría repetir —me dijo Loki mientras me abrochaba la camisa.
—Yo me siento una adolescente —le dije.
—Creo que ya podemos volver a casa —me dijo antes de besarme.
——————
Fueron pasando días, semanas, y mi vida no paraba de mejorar. El tratamiento de mi abuela estaba funcionando mejor de lo esperado y su diagnóstico cada vez era más positivo, de seguir así pronto estaría completamente recuperada y eso era lo que más deseaba. Por otro lado estaba Loki, él y yo habíamos afianzado nuestra relación, nos queríamos, aunque aún no nos lo hubiéramos dicho, y en cuanto a mi proyecto, este estaba completamente finalizado, hoy saldría en bolsa, no entendía muy bien como iba el tema, pero Stark me dijo que no me preocupara, que él me daría la cifra en cuanto las tuviera en su mano, pero que las cifras iban a ser muy positivas.
En todo eso pensaba mientras Loki entró de forma seria en la cocina.
—He de ir a la Torre, tenemos una misión hoy... Debe ser realmente gordo para haber reunido al equipo y necesitar mi ayuda.
—¿Qué? ¿Cómo? Loki... —le dije con temor.
—Vamos.
Nos dirigimos los dos hasta la Torre, ni siquiera pensamos que nadie, a excepción de Banner, sabía que estábamos juntos.
—Debo ir con el resto —me dijo una vez que llegamos.
—Loki, no quiero que vayas.
—He de hacerlo, no por ellos, sino para demostrarles que...
—¿El qué?
—Para dejar de esconder lo nuestro por miedo a que Stark crea que le espío.
Loki me dio un largo beso con su verdadera forma en el vestíbulo, a la vista de todos los que allí estaban, aunque en ese momento sólo eran trabajadores.
—Te quiero —me dijo antes de irse.
—Yo también a ti, Loki, yo también —le dije mientras desaparecía entre la multitud de allí.
Sentí una lágrima bajar por mi mejilla, sentía miedo, pánico al no saber a lo que se enfrentaban, entonces sentí una mano sobre mi hombro.
—Pepper... —dije.
—Vayamos a mi despacho, tenemos que hablar —me dijo, pero no fue a modo de reproche sino con una expresión amable, al fin y al cabo, ella estaba en mi misma situación.
—No sabía que salías con Loki —me dijo una vez allí.
—Nadie lo sabía.
—No te lo estoy reprochando, es sólo que... Me ha sorprendido, nada más, sé que no tramas nada, antes de contratar a alguien hacemos un seguimiento exhaustivo de su historial y pocos aquí están más limpios que tú, Tony el que menos.
—¿Cómo lo haces?
—¿Cómo hago el qué?
—Conseguir estar tan tranquila ante el hecho de que...
—Estarán bien, confío en ellos y en su potencial.
—¿Pero y si esta vez es diferente?
—Estarán aquí a la noche, confía en ellos. Te preparé una tila, mientras, tómate el día libre.
—No pienso moverme de aquí. No hasta que llegue.
Pasé el resto del día con una ansiedad horrible, ya no me quedaban uñas para morderme, de vez en cuando venía Pepper para decirme que iba bien y aquello me tranquilizaba un poco, pero no demasiado ya que la cosa podría torcerse. Entonces, a eso de las 20:00 Pepper llegó con una sonrisa.
—Todo está bien, vuelven, un poco magullados según me han contado, pero ha salido bien, aunque casi hay una baja —me dijo mientras se le ensombrecía el semblante durante unos segundos.
—Loki...
—No, Tony, de hecho ha sido gracias a Loki por lo que sigue vivo, es lo que me ha contado él mismo.
—¿Cuánto tardarán en llegar?
—Calculo que una hora y media... Eh, relájate, ha ido bien.
Pepper me invitó a subir al apartamento que ella y Tony tenían en la Torre y nos sentamos en una barra de bar que allí tenían mientras servía dos copas, hacía mucho que no bebía y lo necesitaba después de todos los nervios de aquel día.
Una hora y media después, tal y como Pepper dijo, todos llegaron. El quinjet aterrizó en la azotea pero no me sentí completamente aliviada hasta que vi a Loki salir de él.
—Te lo dije, están todos bien —me dijo Pepper.
—Quizás sí que debería confiar más en su potencial, siento haber sido tan dramática.
—No te disculpes, ahora que puedo ser sincera contigo... Yo también estaba realmente aterrada, siempre que van a una misión lo estoy.
Tony fue el primero en entrar, por lo que me saludó cuando me vio.
—Oh, hola. No sabia que estabas...
No le dejé terminar ya que pasé corriendo por su lado para ir a abrazar a Loki
—...aquí. —terminó Tony cuando Loki se inclinó para besarme, ya me daba igual que supieran lo nuestro.
—No sabes cómo me alegro de que estés bien —le dije.
—No ha sido para tanto— me dijo sonriendo.
Me separé de su abrazo sólo para ver como el resto de allí presentes nos miraban con absoluto asombro, excepto Banner y Pepper.
—¿Lo sabías? —le preguntó Tony a Pepper mientras nos señalaba, a lo que ella asintió. Tony volvió a mirarnos sorprendido—. Bueno... cada uno con su vida privada que haga lo que quiera. ¿Quién quiere un trago? —dijo. Y yo suspiré aliviada, mi jefe no se lo había tomado mal.
—¡Serás maldito! —dijo al que reconocí como Thor mientras rodeaba con su brazo a Loki—. ¿Por qué no me lo habías contado? Soy tu hermano.
—Porque mi vida privada no le interesa a nadie. Apártate —le dijo Loki.
En ese momento entendí el motivo de que Loki no dijera nada de lo nuestro, Thor no paraba de preguntar acerca de cómo nos conocimos mientras que el resto escuchaban pero sólo para ver si había algo sospechoso, podía notarlo en su mirada.
—Oh, Lo olvidaba, hoy salía el proyecto a bolsa, tengo que mirar las acciones —dijo Tony mientras miraba su tablet. Lo siguiente que oí fue como soltaba un silbido y luego me miraba.
—¿Qué? —le pregunté ansiosa.
—Venías de un barrio humilde. ¿Verdad? Quizás esto te impresione —me dijo mientras me mostraba una cifra multimillonaria.
—¿Qué?¿Tanto? No...
—Sí... Tanto sí —dijo él.
—¿Cuál es mi cifra? —le pregunté.
Sabía que dinero habría que repartirlo entre todos los que habían participado ya que, al fin y al cabo, Stark lo había financiado y, aparte de tener que devolver esa inversión, él también se llevaba una comisión, eso sin contar con los impuestos que debía declarar. Pero ante mi pregunta él simplemente se rio.
—Cielo... Esta es tu cifra, sólo tuya y limpia, ya con los impuestos pagados. Bienvenida al mundo multimillonario.
Sentí como mi vista se nublaba y mis piernas flaqueaban, habría caído a plomo si Loki no me hubiera sujetado.
—Ya me la mataste —escuché que le dijo a Tony antes de desmayarme del todo.