#17. PRISIONERA (Parte 2)

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—¡¡¿QUÉ DEMONIOS ESTÁS HACIENDO?!! ¡¡ESA ES MI CAMA!! —le grité a Loki cuando le vi metido en mi cama.

—Es la única que hay y no, no es tuya, yo creé esto y todo me pertenece a mí.

—Tú puedes irte a donde te dé la gana, en cambio yo no puedo salir de aquí.

—En ningún momento te estoy echando —me dijo giñándome un ojo—. Puedes dormir conmigo, respetaré tu lado

—Prefiero dormir en el sofá.

Pero cuando fui al al salón el sofá había desaparecido así que volví hecha una furia a la habitación.

—¿SE PUEDE SABER A QUÉ JUEGAS?

—Lo siento —me dijo Loki con tranquilidad—. Pero no me gustaba ese sofá, mañana traeré uno nuevo. Ya te he dicho que puedes dormir aquí.

—Antes prefiero dormir en el suelo.

—Como quieras, eres demasiado terca... Las cosas podrían ser mucho más fáciles para ti si pusieras de tu parte.

—El caso es que tú no me lo pones nada fácil.

Dicho esto me fui al salón, lo mejor sería no dormir y descansar una vez que Loki hubiera despertado, pero el cansancio pudo conmigo y, al día siguiente, me levanté del suelo dolorida mientras Loki me miraba desde una distancia prudente.

—¿Sigues pensando qué el suelo es mejor? Conmigo podrías haber dormido tranquila, no te habría tocado ni un pelo si era lo que te preocupaba.

Ni siquiera le contesté, sólo quería que se fuera de allí, por suerte no tardó mucho. Los días allí eran desesperantes, intentaba hacer algo de ejercicio, leer... pero el tiempo pasaba muy lento, a excepción de cuando Loki estaba allí, pero mi orgullo jamás me permitiría reconocer algo así. Esta vez Loki no tardó mucho en volver.

—He preparado algo para ti —dijo desde la puerta—. Acompáñame.

¿Loki me estaba pidiendo que le acompañase fuera de esta cárcel? No perdí el tiempo y le hice caso, si tenía una oportunidad de escapar esa sería la mía. Cuando crucé la puerta lo que había detrás no era un pasillo como en mi anterior bloque de apartamentos, sino un inmenso jardín rodeaba todo el edificio que simulaba ser mi antiguo hogar.

—Es una ofrenda de paz — me dijo—. Podrás salir aquí siempre que quieras pero no te aconsejo que intentes escapar si es lo que estás pensando, este planeta es muy peligroso y, si bien jamás podrías encontrar la forma de volver a Midgard, sí que podrías cruzarte con criaturas que te matarían en cuanto te olieran.

—¿Por qué lo has hecho?

—Quiero que estés lo más cómoda posible.

—Pues déjame en libertad.

—No. Además ya te he dicho que en Midgard no eres tan libre como piensas.

—Pues yo nunca me he sentido controlada.

—Eso es precisamente lo que quieren que creas, pronto te darás cuenta de que no soy tan malo como dicen, y que los buenos no son tan buenos.

Aquella conversación no iba a llevar a ninguna parte y yo sabía muy bien que iba a hacer, por algo a Loki le llamaban el dios del engaño, no debía creer nada que dijera y, en cuanto volviera a quedarme sola, intentaría cruzar la enorme alambrada del jardín. Sin embargo, una parte de mí sabía que Loki no mentía y que era mejor quedarse allí.

Aquella noche me escapé aprovechando que Loki dormía y pude saltar la alambrada sin dificultad. Allí fuera todo era diferente, estaba en mitad de un frondoso bosque donde las copas de los árboles me impedían ver el cielo y la oscuridad era absoluta, pero no me detuve y estuve andando toda la noche. Con los primeros rayos de luz, el bosque no parecía tan aterrador y seguí caminando hasta llegar a un claro con un acantilado, donde me asomé para poder ver algo desde la altura y lo vi, pude divisar una aldea.

HISTORIAS Y ONE-SHOTS// LOKI Y TU (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora