Capítulo 43:“Cuentas pendientes”
Capítulos finales...
Azahara se removió sobre la cruz en donde estaba amarrada, tratando inútilmente de que ella apartara la mano de su cuerpo, que dejara de enterarle las uñas, esas que sentía que podía traspasarle el pecho, a ella era quien más le tenia miedo, los ojos de esa mujer causaban un miedo que podía hacer temblar a quien le viera en ese estado.
—–Te contaré un cuento Azahara —–murmuró Carolina volviendo a pasar sus uñas en el contorno de los pechos de ella —–Había una vez una muchacha que llego a Londres primero —–dijo ella sonriendo —–En tierras londinense observo a un hombre guapo, mayor que ella claro.
>>Lo que mas le gusto fueron sus ojos, unos impresionantes ojos azules con toques ligeros de verdes, su mirada era caliente, sexy y fogosa; recorría mi cuerpo con lentitud mientras bailaba en la pista, fue tanto mi atrevimiento que le envíe un trago de su bebida, el cual me costo dos mil libras, no me querían decir nada de el.
>>Me acuerdo perfectamente el momento donde él se encontró con mi mirada y subió su copa en un brindis, fue cuando supe que debía de ser mío, de que con el disfrutaría mas mi sexualidad, imagínate un deleite para mi cuerpo y vista.
>>Y eso hice, me lo cogí, nos cogimos, me cogió, lo disfrute tanto que lo hicimos varias veces, a toda hora, en todo lugar, la mesa, la cama, la pared, el sofá, en el balcón, en las baldosas del baño, en el comedor, donde sea, sin usar preservativo, fue un milagro que no saliera embarazada, sabiendo que cogíamos como conejos.
>>Fueron las mejores tres semanas que pase y disfrute, sin temor, sin restricción, sabiendo que jamás me olvidaría, qué cada vez que cerraran sus ojos pensaría en mí, pensaria en como me movía encima de él, subiendo y bajando sobre su verga, escuchando mis gemidos suaves y sensuales.
>>Que cada vez probara otro cuerpo a su mente llegaría el momento en donde me cogía a su gusto, a lo duró, rudo y sin contemplación, sin piedad estrellando sus testículos en mi culo, sus manos masajeando mis tetas, su boca besando mi cuello y mi boca, pero su derrame no sería largo y abundante, porque el desearía que fuera yo quien estuviera en el lugar de esa mujer.
>>Aunque debo de aclarar que no sabia su compromiso y bueno siendo sincera me lo hubiera cogido sabiendo ello; pasaron los años y no supe de el hasta que hizo la caballada de meterse en donde no debía, pero le agradezco al destino, a la vida, fue sorpresivo su ataque, su forma de actuar sin saber a quien se enfrentaba.
>>Pero pensé que tomarte como rehén sería algo de provecho para mi claro está —–comentó ella.
—–Eres una maldita hija de puta —–escupió Azahara observándola.
—–No lo niego, soy tan hija de puta que de mis bolsillo salia tu droga —–respondió ella —–Te hundí con ganas, el dinero que gastabas en mierdas es mio, yo te di el vicio en bandeja de plata, la heroína, cocaína y LSD te las mandaba yo, pero eres tan escurridiza que te perdí el rastro.
—–No te imaginas cuanto te odio —–exclamó Azahara temblando.
—–No tanto como yo —–respondio Carolina apretándole las mejillas con una de sus manos —–Debí de matarte cuando te tuve encerrada maldita —–siseó ella —–Pero Parker posee un corazón noble, pensando que era mentira, que el hijo que llevabas en tus entrañas era de él, siendo lo contrario, revolcandote con su mano derecha, el que le cuidaba la espalda.
---Por algo no lo hiciste y aquí me tienes –exclamo Azahara apretando sus labios –Y con lo que me acabas de decir, tienes mas que ganado mi odio, ojalá que tu hijo pague las consecuencias de tus actos y si llego a estar viva, me divertiré de ese momento.
---¿Y es que crees que saldrás viva de aquí? –dijo con dulzura Carolina.
---Todo se paga Carolina, mas si eres una asesina, la sangre que derramaste, podría derramarla tus hijos –le susurro la alemana, la carcajada que soltó Carolina le erizo la piel a todos.
---Solo a ti, se te ocurre que dejare que mi hijo se ensucie las manos Azahara, para eso me tiene a mí, para matarlos por el –exclamo ella con una sonrisa en su rostro.
Carolina quien se había movido alrededor de ella después que le apretara las mejillas, sin darle tiempo de ver que había cogido una fusta con pequeñas púas, solo sintió el impacto de estas en sus muslos, arrancándole un grito agudo al sentir como estas púas rasgaban su piel y la sangre comenzaba a salirle.
---Me voy a divertir un momento –le dijo Carolina al oído –Vas a repetir conmigo una serie de palabras, tal vez cuando me canse deje de darte –expreso con dulzura.
---No repitiere absolutamente nada –exclamo con lágrimas en el rostro Azahara.
Carolina se poso frente de ella negando con su cabeza, la cuestión era que no le estaba pidiendo permiso, le estaba ordenando y si no le obedecía le iría mal, le paseo la fusta sobre su abdomen para que sintiera lo helado y caliente que estaban a causa de la sangre que le había sacado con su primer latigazo.
---Vamos hacerlo por las buenas Azahara –murmuro Carolina.
---NO –grito Azahara removiéndose sobre la cruz donde colgaba.
---¡SI! –exclamo en un grito Carolina dándole uno entre los pechos, haciendo que la sangre que salió a causa de donde se enterraron las púas, fuera caer a su rostro y ropa.
Azahara ahogo el grito que se le atravesó en su garganta y apretó sus labios, sintiendo su piel abrirse, como de estas heridas salía sangre caliente que se escurría sobre su pecho, bajando a su abdomen y al final cayendo hacia el piso, bajo la mirada y vio que había varias gotas que comenzaban a formar un pequeño charco de sangre.
---Mátame –pidió Azahara llorando –No me tortures y mátame, por favor.
Carolina negó con su cabeza mientras sonreía al verla en ese estado, llevo sus dedos hacia donde la sangre de ella le había salpicado el rostro, limpiándose así esa zona donde luego llevo sus dedos a la boca chupando la sangre de ella con deleite, le había hecho subir la mirada con la fusta bajo su mandíbula para que no perdiera ese detalle.
Esta sintió como su estómago se le revolvía al verle y solo sollozo, mientras la observaba la mujer que tenia frente a ella, poseía la mirada oscura, su rostro con resto de sangre la daba un aura oscura llena de desafío y mucho resentimiento, sintió el verdadero miedo, sintiendo como su cuerpo temblaba y su mente pedía a gritos que la mataran ya, no se deseaba sufrir en las manos de ella.
---Repite conmigo Azahara –escucho que decía ella, fue cuando enfoco su mente en el presente – No debí de dejar mi hogar –exclamo Carolina –Vamos dilo, alto y conciso –ordeno.
---No debí de dejar mi hogar –hablo Azahara en voz baja y otro latigazo impacto estaba vez en su vientre haciéndola jadear –No debí de dejar mi hogar –exclamo alzando la voz, a pesar de que sentía como sus cuerdas vocales estaban cerradas.
---Por comportarme como puta, estoy donde estoy, hoy en día –exclamo nuevamente Carolina. Azahara apretó sus parpados y comenzó a llora con mas fuerzas. ---Por comportarme como una puta, estoy donde estoy, hoy en día –dijo.
---Así me gusta que me obedezcas –comento con diversión –Pero creo que eso de esperar a que repitas lo que yo te digo ya me aburrió.
Azahara la observo y trago saliva al verle la mirada llena de sadismo, sintió un escalofrió recorrerle el cuerpo por completo y solo pudo cerrar sus ojos cuando ella levanto la fusta y comenzó a impactarle este contra su cuerpo, ella podía sentir su propia sangre recorrer su cuerpo, como lo caliente recorría todas las partes de su cuerpo y perdió el conocimiento, pidiendo que la mataran en un leve murmulló.
Carolina impacto una y otra vez la fusta en el cuerpo bañado de sangre de Azahara, la rabia que sentía de una manera demasiado placentera le gustaba verla así desmayada, sin sentido alguno, se apartó de ella con cuanto supo que si le seguía dando no sobreviviría, se dio media vuelta y se apoyó en la mesa que estaba ahí frente a la pared, respiro hondo tratando de calmarse.
Sasha y los demás no se asustaron de su arranque, pero Jared estaba con la boca entreabierta, jamás pensó que ella tuviera ese tipo de reacciones y evoluciones, carraspeo levemente mientras se terminaba de beber de un golpe su trago de whisky. Debía admitir que verla con sus manos llenas de sangre, su rostro y ropa le hizo tener una erección que era evidente si le observaba fijamente en esa parte.
Un teléfono sonó en ese instante y Carolina lo atendió sin preguntar nada, solo asintiendo a los segundos mientras lo dejaba a un lado se volteaba hacia ellos, pero fijaba su mirada en el alemán quien se acerco a ella apoyando sus manos en los hombros de ella.
---Tu hijo esta en perfecto estado, no tiene ningún tipo de droga en su cuerpo y en estos momentos lo trae Mario –dijo Carolina.
---¡Oh, Carolina! –exclamo con voz quebrada Parker.
Carolina le sonrió y este la atrajo consigo en un abrazo donde su cuerpo se sacudía a causa del llanto que dejo ir, demostrando que hasta el hombre más cojonudo se podía quebrar, ella no lo soltó lo apretó mas contra su cuerpo dejando que escondiera su rostro en el cuello de ella y que dejara ir esas lagrimas que tanto reprimía y que ahora podía liberarlas sin que nadie lo juzgara.
---Ve a cambiarte de ropa –dijo Carolina en voz baja –Tu hijo merece ser recibido como un príncipe por sus padres –exclamo.
---Debo de decirle a Ashley –dijo Parker separándose de ella –Se podrá feliz, podre borrar la tristeza de sus dulces ojos –exclamo dándole un beso en la frente a Carolina –No sabes cuanto te agradezco que hicieras esto por mí.
---No me debes nada –murmuro ella –Solo deseo que tengas una vida tranquila, sin tener que pensar en que personas te harán daño, debes de ser feliz y si en mis manos esta darte esa dicha te la daré.
---Eres el ser humano mas bueno que he podido conocer –exclamo el –Pero debo de informarle que nuestro hijo esta bien y que ya vine hacia aquí –dijo observándola a ella y luego a la mujer que estaba desmayada –Después ya cerrare cuentas con esta perra –murmuro.
Carolina solo asintió y le dio un leve empujón para que saliera de ahí y fuera hacia su habitación para que así le diera la noticia a su mujer y sobrino, porque el primero que pegaría un grito al cielo seria su pequeño niño, sonrió mientras sacudía su cabeza pensando en él.
Sasha se acerco a la mujer que sonreía sola y la abrazo haciendo que ella lo mirara con diversión en sus ojos y el bajara su mirada hacia los labios de ella.
---Eres una caja de pandora Carolina –le dijo el y ella sonrió mordiéndose los labios –Tan engañosa, dulce y amorosa, quien te viera y no te conoce pensaría que eres un ángel en esta tierra llena de seres malignos –murmuro –Sin saber que tun formas parte de ellos y que los lideras de una forma impresionante y alucinante.
---No me interesa lo que demás piensen o digan de mi –respondió ella en voz baja –Solo me basta de saber que las cosas que hago tienen un por qué.
Una alarma ruidosa sobresalto a Carolina quien se apartó de los brazos de Sasha y corrió el pasillo con rapidez dejando a todos anonados por su desesperación, Maximiliano fue el primero que reacciono y la persiguió, aquello no era normal y la forma de actuar de Carolina tampoco, cuando salió de la puerta solo le pudo ver el colazo que hizo al meterse en su despacho.
Carolina se movió a su laptop y la abrió con rapidez mientras tecleaba su contraseña y entraba a las cámaras donde se podía visualizar como unas personas ingresaban a la propiedad con armas y en silencio, la alarma solo se podía escuchar dentro de la casa mas no afuera, evitando así que ellos se enteraran.
Carolina agarro su móvil y marco el numero de Mario debía de alertarlo, esta casa seria una contienda de guerra y tenia que resguardar a su hijo, soltó una maldición cuando no contesto. Al tercer intento le contesto, pero no le dio tiempo a que respondiera.
---Escúchame muy bien, necesito que pases recto y vayas a la dirección que te envié hace unos minutos ahí, estarán unas personas que te respaldaran, en pocos minutos llegara otra camioneta con Malcom y la esposa de Parker, es necesario que lo protejas, en tu casa estará resguardada por los demás hombres –dijo ella con rapidez –Vienen a atacar y no se irán hasta que me maten y si me pasa algo, júrame que cuidaras a mi hijo –pidió con voz temblorosa.
---Eso no debes de pedírmelo, es un hecho, pero tu no vas a morir –respondió Mario –Mándalos ya y cuidado de ti con dejarte matar Carolina –advirtió.
Y la llamada se cortó, ella no había dejado de observar la pantalla; y aunque venían a pasos lentos evitando de dar alerta a los demás escoltas sabía que era cuestión de minutos para que diera inicio esa mierda.
Salió de ahí perseguida de Mehmet quien subió primero que ella las escaleras y llego al cuarto que ocupaba Parker, quien se sobresalto en escuchar la puerta siendo abierta.
---Saca a tu mujer de aquí –ordeno el turco con la respiración acelerada –Malcom ve con tu madre en este instante –demando y el niño se bajo con rapidez y corrió hacia la puerta adonde Carolina se acercaba con su respiración irregular.
---Te vas a ir con tu tía Ashley hacia donde esta tu tío Mario –exclamo Carolina y su hijo asintió – Ashley te suplico que hagas el esfuerzo de manejar –pidió acercándose a ella –Te daré la dirección hacia donde debes de ir ahí esta Mario y tu bebe, pero necesito que mi hijo sea protegido con rapidez y no confió en nadie –exclamo con temor –Debes de ser rápida y sin detenerte en ningún maldito semáforo o alto, el reloj está en contra de nosotros.
Ashley asintió mientras se ponía de pie y se acercaba a ella para agarrarle el rostro lleno de sangre.
---Debes de mantenerte con vida –le dijo y Carolina solo asintió ya era la segunda vez que alguien le decía lo mismo –Malcom vamos donde tu primo –exclamo llamando al pequeño quien tenia un puchero en sus labios.
---Madre vendrás después ¿Verdad? –pregunto el niño y Carolina asintió.
---Si, mi vida, pero necesito que se vayan ya –pidió al borde de las lagrimas y ellos salieron.
Ella observo a través de la ventana como la camioneta doble cabina y blindada salía y se perdía en la calle se aparto las lágrimas que habían comenzado a recorrerle el rostro mientras se encaminaba a su habitación siendo seguida por todos los demás, se adentro a su armario donde se quito su ropa llena de sangre, donde se colocó ropa deportiva.
---No están obligados a estar aquí –dijo cuando salió vestida –Si desean irse, lo pueden hacer de inmediato.
---Nadie te dejará, somos todos –exclamo Karev –Así que dispone de todo –pidió y Carolina asintió.
Esta observo a Parker quien se ponía una camisa negra.
---Usaremos de carnada a Azahara –exclamo –Le pondremos una peluca de mi mismo color de cabello y de espalda contra el balcón de la tercera habitación, en el momento que estos la tengan en su mira dispararan y la mataran creyendo que soy yo.
---Es ahí donde nosotros activamos las bombas subterráneas están en lo largo del patio, haciendo que una parte de estos mueran –añadió Mehmet –Nosotros debemos de tomar los balcones de la segunda planta resguardándonos en el concreto de estas, que impide que ellos nos puedan visualizar.
---Debemos ser rápidos, escojan sus armas y cartuchos, su llegada esta a menos de quince minutos –murmuro Carolina –El cuerpo de Azahara lo llevare yo misma –demando –Vosotros prepárense para atacar.
---Está bien –declaro Maximiliano –Tu debes de quedarte a mirar todo a través de las cámaras sus pasos y así informarnos –comento.
Carolina aparto la mirada y asintió mientras sacaba la peluca que poseía la misma tonalidad de su cabello, aquello solo se solucionaba con que ella diera la cara y lo haría, pero seria en el momento adecuado y decisivo, debía dejar que sus amigos mataran a un gran porcentaje de estos para que ellos tuvieran ventaja ante la batalla.
---Eso hare –murmuro saliendo de ahí.
Mehmet salió detrás de ella resoplando y le agarro el brazo cuando ella se disponía a bajar las escaleras, observándola con rabia, resoplaba como un toro embravecido y dispuesto a dar contienda y guerra, pero ella solo negó con su cabeza y el dio un paso atrás mientras tragaba saliva, de repente sentía que le costaba tragar y respirar, ella estaba dispuesta a sacrificarse por sus amigos y familia.
---Ni se te ocurra –exclamo en un susurro el –No lo hagas Carolina –advirtió y ella solo le dio una pequeña sonrisa llena de pena y culpabilidad.
---Señorita Martines, el niño Malcom no está en casa –dijo Arnold apareciendo a los pies de las escaleras.
---Oh, debe de estar en el patio de atrás –exclamo Carolina suspirando –Ve a buscarlo ahí, tal vez lo encuentras –murmuro encogiéndose de hombros, al verlo desaparecer al lado del jardín, Carolina observó hacia arriba –Dale de baja es uno de ellos –comento.
Y Mehmet supo entonces que ella sabia que llegarían ese día, aunque no sabía la hora exacta de su llegada, corrió hacia el balcón que tenia un ángulo perfecto hacia el jardín lateral y tras sacar su arma de su espalda, tras ponerle el silenciador, apunto y le disparo entre las cejas haciendo que la bala traspasara el cráneo de este y cayera al suelo en un charco de sangre.
Carolina era astuta, pensó a pesar que se sacrificaría por el bienestar de todos ellos y sobre todo el de su hijo.
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Maraton 1/2