—Quiero que seas mi esposa.
Cuando escuché esas últimas palabras que pronunció sentí que la vista se me nublaba y empezaban a zumbarme los oídos.
—¡EH! No vayas a desmayarte ahora. Dame una respuesta —me dijo Loki.
—Claro que quiero. ¡JODER, SÍ! —le dije emocionada—. Pero no entiendo nada, hace dos días me dijiste que no me hiciera ilusiones.
—Porque seguía confuso, de hecho lo sigo estando, pero algo menos. He decidido guiarme por lo que deseo, y es esto.
—No puedo creerlo —dije llevándome las manos a la cara, después, le miré realmente alucinada.
—Pero no vayas a ponerte a gritar, por favor.
—Tranquilo, no voy a hacerlo. ¿Qué día tienes pensado hacerlo? —le pregunté.
—Quiero que sea el primer viernes del otoño, me da igual como se haga el ritual, pero quiero que sea ese día.
—Eso es dentro de muy poco, me parece genial, pero... ¿Puedo preguntar por qué? Es mera curiosidad, no estoy muy puesta en vuestras costumbres.
—Bueno, en realidad me da igual si es en otoño o no, pero quiero que sea viernes, eso es inamovible, el viernes es el día dedicado a mi madre, Frigga.
—Oh... —dije mientras le sujetaba el brazo—. Pues que sea el primer viernes de otoño.
—Lo único que no me hace gracia es que, si lo hacemos por nuestras costumbres, quien tenga que oficiar la boda sea mi hermano.
—¿No tenéis sacerdotes?
—Somos como dioses...
—Oh, cierto. Bueno, me da igual cómo sea la ceremonia mientras no se tengan que sacrificar animales.
—¿Nos tomas por bárbaros? Esa era costumbre midgardiana, nosotros nunca pedimos tal cosa.
—Pues entonces que sea por el rito asgardiano.
—¿Segura? Podemos hacer ambos.
—No es necesario, con uno basta.
—Deberíamos volver, aún te queda mucho que hacer en tu nueva casa y yo también tengo cosas que organizar.
Una vez llegué a mi casa me puse a gritar de la emoción, no podía creerlo, iba a casarme con Loki, para ser sincera, el hecho de casarme nunca había entrado en mis planes, pero si era Loki quien me lo proponía no iba a negarme en absoluto. Necesitaba contarle esto a alguien, pero solo conocía a Thor y a Valkiria y no sabía dónde vivían. Por suerte se me ocurrió conectarme a la play, fijo que Thor estaría jugando y no me equivocaba.
—¡Ey! —me dijo cuando me conecté—. Nos hemos descargado el War Zone y nos vendrías muy bien para el equipo.
—¿Podrías venir un momento a mi casa?
—¿Por qué? ¿Ha pasado algo? Oh, un momento que está aquí mi hermano.
Escuché como Thor se puso a hablar con Loki porque se olvidó de cerrar el micro, pero aun así no conseguía escuchar qué decían, hasta que oí a Thor dar un tremendo grito y después reír como un loco, estaba claro que Loki ya se lo había contado así que era cuestión de tiempo de que viniera hacia aquí.
Cinco minutos tardó en llegar, aunque vino acompañado de Valkiria. Thor no me dijo nada, tan sólo me dio tal abrazo que me hizo elevar del suelo.
—¡Enhorabuena! —me dijo al dejarme en el suelo—. Sabía que acabaría en boda, lo sabía.
—Aún quedan unos meses.
—No te preocupes, le vigilaré por si intenta escapar, aunque ya te digo que no. ¿Querías que viniera para contármelo?
—No, de hecho, me alegro de que estéis ambos aquí. Veréis, yo no sé nada...
—¿No te han contado lo de la abeja y la flor? —me pregunto Valkiria.
—No es eso... Creo que ese tema lo conoce muy bien —dijo Thor y yo me puse roja de la vergüenza.
—Me refería a las tradiciones de aquí, he aceptado seguir el rito asgardiano, pero no sé nada sobre él.
—Tienes que acostarte antes con el rey, o sea conmigo.
—¿QUUEEEEEEE? —dije y los dos se empezaron a reír—. Eres un idiota —le dije riendo también al ver que era broma.
—Mi hermano jamás lo consentiría. Toma asiento, te explicaremos todo...
—————————
Los meses pasaron y el día de la boda llegó, tenía tales nervios que fui incapaz de dormir en toda la noche, y más teniendo que dormir sola, puesto que la noche antes los novios debían dormir separados. Este tiempo Loki y yo habíamos seguido viviendo separados, aunque siempre dormíamos juntos, ya fuera en su casa o en la mía y, también, comenzamos a compartir mucho más tiempo juntos, sobre todo por el hecho de que me estaba enseñando a pelear, aunque era tan pésima que le desesperaba.
—Es hora de tu baño —dijo Valkiria entrando en mi habitación y, con dicho baño, empezaría el ritual.
Varias mujeres, entre ellas Valkiria, me prepararon un baño y me dieron una serie de cuidados, como lavarme el pelo, las manos y también el rostro con varios productos, después, me enjuagaron con agua fría y perfumada, me secaron el pelo, me lo cepillaron, me ayudaron a ponerme el vestido y me colocaron una corona de flores. Cuando me miré al espejo no me reconocía y pude ver que mi sonrisa era enorme, a pesar de los nervios.
Entonces nos dirigimos hacia la zona de la ceremonia, era el mismo precioso acantilado donde Loki me lo propuso, la mayor parte del pueblo estaba allí, no me cabía ninguna duda. Tanto Loki como Thor estaban dentro de un círculo formado por piedras y, cuando Loki me vio caminar hacia él, no pudo evitar que se le formase una sonrisa, y a mí tampoco. Llevaba su hermosa armadura asgardiana y su casco, era la primera vez que le veía con ella puesta y casi me da un infarto de lo majestuoso que iba.
—Estás preciosa —me dijo.
—Y tú pareces todo un rey.
Loki sonrió ante mis palabras, una sonrisa sincera y feliz como nunca antes se la había visto. Entonces tomó una espada que tenía a su izquierda y yo hice lo mismo con la que tenía a mi derecha.
—Yo, Loki, te entrego la espada de mis antepasados por ser la continuadora de mi linaje.
—Yo,______, te entrego esta nueva espada como símbolo de protección e inicio de nueva tradición familiar.
Ambos intercambiamos las espadas, ahora era el turno de los anillos, pero antes de intercambiarlos, debíamos pronunciar nuestros votos. Ambos nos colocamos el anillo sobre la palma de nuestra mano y esta sobre la punta de la espada, mientras que Thor colocaba su martillo por encima de ellas.
—A nuestro Padre de Todos, Odín su nombre sagrado, en Midgard y en Asgard, que su voluntad nos guíe y que haga de esta unión una tan fuerte y duradera como la de con nuestra Madre Frigga —dijo Loki.
—Que Odín y Frigga nos entreguen conocimiento en nuestro camino venidero, que Thor bendiga nuestra unión con fuerza y coraje y que tú, Loki, nunca nos niegues las risas.
—Loki, juras en nombre de nuestro padre, Odín, y nuestra madre, Frigga, que quieres tomar como esposa a esta mujer —le dijo Thor
—Lo juro por Odín y Frigga
— Y tú, _______, juras en nombre de Odín y Frigga que quieres tomar como esposo a este hombre.
—Lo juro por Odín y Frigga.
Después de aquello intercambiamos los anillos y, antes de procesarlo, ya tenía los labios de Loki sobre los míos mientras el pueblo estallaba en vítores. Era la hora del banquete, por lo que Loki me alzó en brazos y me llevó a la que sería nuestra nueva casa, era tradición celebrar el banquete allí, por eso eligió la casa con el jardín más amplio que había en el pueblo.
Una vez dentro, Loki me volvió a dejar en el suelo y colocó la espada en el pilar central de la casa, mientras, yo le ofrecí una jarra de hidromiel para brindar por Odín y Frigga. Después de aquello salimos al jardín para dar comienzo al banquete después de brindar de nuevo, esta vez con todos los invitados y, por fin, pudimos sentarnos para comer, pero aún no había probado bocado cuando Thor se acercó y colocó su martillo sobre mi regazo.
—¿Qué haces? —le preguntó Loki—. Le harás daño.
Pero lo cierto era que no, el martillo no me aplastó como temía Loki.
—Le estoy otorgando fertilidad, quiero sobrinos pronto.
—Tú ni siquiera tienes ese poder —le dijo Loki molesto, a lo que Thor retiró su martillo y se sentó en su asiento.
El banquete llegó a su fin y dio paso al baile, donde todo el pueblo bailaba y nos felicitaba por nuestra unión. Yo no podía dejar de beber ese hidromiel, estaba realmente delicioso, hasta que me empecé a sentir levemente embriagada.
—Pues creo que ha llegado la hora de consumar nuestro matrimonio —dijo Loki alzándome en brazos ante los vítores de todos, debería haberme muerto de vergüenza, pero me lo estaba pasando realmente bien. Loki me llevó en brazos hasta nuestro nuevo dormitorio y selló bien la puerta y la ventana.
—No me fío de que no vayan a entrar a comprobar que lo estamos haciendo. —dijo Loki.
—¿Saben acaso que ya lo habíamos consumado mucho antes de casarnos?
—Todas las parejas de aquí han follado antes de casarse, no somos especiales, pero hay que terminar con el rito —me dijo esta vez mirándome de forma lujuriosa, ahí estaba el Loki que conocía.
—Quiero hacer una tradición de mi tierra —le dije a Loki.
—¿De qué se trata?
—De que me quites la tanga con los dientes. ****(Nota: Lo he puesto en comentarios, pero lo aclaro aquí también, sí, sé que se quita el liguero, pero eso se hace en público, en cambio, la tanga se quita en privado)*****
Loki rio ante mis palabras y antes de darme cuenta ya me tenía sobre el tocador de la habitación, intentando subir la falda de mi vestido de novia.
—Déjame, mejor me lo quito... ¿Me ayudas? —le pregunté dándome la vuelta.
—¿No prefieres que use mi magia?
—No, quiero sentirte desnudarme lentamente.
Loki fue desabrochando los botones de mi vestido uno a uno, hasta que este cayó al suelo, dejándome tan únicamente en ropa interior y ligueros.
—Ahora creo que sí puedes quitármelo.
Loki se puso de rodillas, tomó la tela del tanga con sus dientes e intentó bajarla mientras yo me divertía a la par que me excitaba, y sabía que él también. Loki me mordió suavemente la piel del muslo y me hizo soltar un jadeo, antes de seguir quitándome la tanga. Me invadieron todos los recuerdos calientes de nuestros encuentros mientras mi perverso marido me tocaba el trasero con ambas manos, apretándolo y acariciándolo, hasta que mi tanga por fin cayó al suelo y él se levantó para ponerse frente a mí.
—¿Hay alguna tradición más? —me preguntó.
—Sí, ahora debo desnudar a mi marido —le dije mientras intentaba quitarle aquella armadura sin mucho éxito, lo cual le divirtió mucho y me ayudó a quitársela mientras se reía, adoraba su risa, y más esa, se notaba que estaba feliz y eso me hacía estarlo a mí también, muchísimo más.
Una vez desnudo le besé primero con amor, pero luego ese beso fue tornándose cada vez más deseoso. Loki soltó un jadeo cuando agarré su duro miembro con mi mano y yo le miré a esos maravillosos ojos verdes mientras seguía masturbándole, siempre me habían encantado sus ojos, podría perderme en ellos.
— Súbete a la cama y ponte en cuatro —me dijo.
Y yo le hice caso, si Loki dentro de nuestro juego me pide que haga algo yo lo cumplo. Moví mi trasero de forma insinuante y Loki me dio un azote en una nalga y luego en la otra antes de estrujarlas con sus manos. Entonces se inclinó sobre mi espalda para poder susurrarme al oído.
—Aunque sea nuestra noche de bodas, recuerda que sigo siendo el dueño de tus orgasmos.
—Sí, mi Dios —le dije absolutamente excitada.
—¿Te acuerdas de esto? —dijo mientras hacía aparecer aquella bala vibradora que usó conmigo la primera vez que me llevó a su realidad.
—¿Cómo olvidarlo? La hiciste funcionar justo cuando estaba delante del Dr. Strange.
—¿En serio? Eso no me lo habías contado... Esta vez voy a meterlo por un sitio diferente, no te preocupes, estoy seguro de que te gustará y, al ser más pequeño, no te dolerá.
Loki introdujo la bala en mi boca para que la lubricara mientras sus ojos brillaban de pura lujuria, una vez la sacó de mi boca me hizo inclinarme más aún sobre la cama para introducirla lentamente en mi trasero, fue rápido e indoloro, tal y como me aseguró.
—Quizás ahora no sientas gran cosa, pero es para luego para lo que la quiero ahí —me dijo—. Date la vuelta.
Me puse boca arriba y me incorporé levemente sobre mis codos mientras le ponía a Loki cara de perversión, sabía que le encantaba esa cara a lo que se inclinó para besarme mientras una de sus manos bajaba hasta mi entrepierna, tocándola, explorándola, metiendo uno de sus dedos en mí y luego otro, haciéndome gemir y ahogando esos gemidos con besos.
Cuando sentí que me introducía tres dedos arqueé mi espalda, separándome de su boca y dándole acceso a mi cuello, el cual empezó a devorar, haciéndome estremecer. Loki fue bajando sus besos por mi clavícula, hasta situarse en el valle de mis pechos, entonces sacó su lengua y rodeó uno de mis pezones con su lengua y, después, tiró de él con sus labios antes de prestar atención al otro.
Pero no se detuvo ahí, siguió bajando por mi vientre, hasta llegar a mi monte de Venus y morderlo y, después, mis labios vaginales, haciéndome jadear de nuevo. Su lengua me saboreó primero antes de centrarse en mi clítoris para jugar con él y hacerme enloquecer, temblar y contraerme. Loki sonrió mientras ponía sus manos en la parte interna de mis muslos, impidiendo que cerrase las piernas involuntariamente mientras seguía centrándose en el pleno centro de mi placer, cerrando su boca sobre él y succionándolo.
—No, pares... Por favor —le supliqué mientras cerraba los ojos totalmente extasiada, el ritmo de Loki me volvía cada vez más loca y sentía mi cuerpo temblar cada vez más.
—Oh, Loki... No pares — Conseguí decirle mientras mi placer aumentaba cada vez más y más, hasta que consiguió hacerme llegar hasta un orgasmo que me recorrió entera, haciéndome jadear y gemir sin que pudiera evitarlo. Loki no se separó de entre mis piernas hasta que hube acabado.
Entonces se incorporó, esta vez sí que tenía esa sonrisa perversa, sujetó mis muñecas a la cama con lazos mientras colocaba su erección a la entrada de mi vagina, a punto de sellar por fin lo que un día comenzó con lo que creía que era un sueño. Y me penetró, comenzó hacerlo de forma lenta, nada que ver con la forma en que solía follarme, entonces sentí como activaba la bala que me había colocado en mi trasero, provocando en mí nuevas y placenteras sensaciones.
— Oh, sí... —dijo Loki—. Siento como vibra, lo noto en mi verga.
Loki cambió el ritmo de sus penetraciones a otras más duras, rápidas y profundas, las cuales me hacían gritar de puro placer a la vez que Loki se clavaba una y otra vez en mí mientras sentía como la bala vibradora y su erección casi se rozaban en mi interior. Nuestro sexo siempre fue así, de una forma u otra, Loki era caliente, perverso y muy real, aunque aún me costara asimilarlo. Él siempre conseguía sorprenderme con cosas nuevas que me volvían loca.
De pronto Loki paró, me libró de los lazos y, sin salir de mí, me agarró por la cintura y me alzó, haciendo que mis piernas rodearan su cintura mientras se hundía aún más en mí, mucho más profundo.
—Loki... —llegué a decir mientras me moría de placer.
Me pegué a su cuerpo y le rodeé con mis brazos, hundiendo mi mano en su cabello mientras me movía encima de él a su compás.
—No te corras aún, aguanta un poco —me ordenó, y lo hice a duras penas, ya que notaba como comenzaba a contraerme cada vez más.
—Ahora, libéralo ahora —me dijo.
Y me entregué a aquel gran placer de nuevo junto a él, gritando, jadeando, mientras mis paredes internas se contraían alrededor de él a la vez que le notaba derramarse dentro de mí. Después, ambos nos dejamos caer sobre la cama, uno al lado del otro mientras nos cubríamos de caricias.
—Mañana deberás salir con el pelo trenzado, como símbolo de que hemos consumado este matrimonio —me dijo Loki.
—No creo que sea necesario... Fijo que nos han oído.
—Ni por asomo, ya sabes lo ruidosos que son, esta fiesta va a durar varios días, así son las bodas asgardianas.
—Lo soportaré —le dije con una sonrisa.
—Ten —dijo Loki dándome una pequeña caja—. También es tradición que el novio obsequie a la novia después de la consumación.
—No era necesario...
—Quería hacerlo, ábrelo.
Abrí la caja y noté al instante como me escocían los ojos al intentar aguantar las lágrimas de la emoción, era un colgante, pero no uno normal, estaba hecho con la gema que me otorgó la característica asgardiana. De la gema solo quedó la parte blanca después de usarse, pero había reemplazado el hueco que había dejado la parte dorada con oro.
—Es... No tengo palabras... Me encanta.
—Ese día tomé la decisión más importante de mi vida —me dijo Loki mientras me tomaba de la barbilla, me besaba y pronunciaba aquello que tanto había anhelado.
"Te amo, te amo como nunca he amado a nadie"