Avancé lentamente por los pasillos portando mi arma. Thor debía estar cerca, lo sabía, tenía que acabar con él antes de que se agotara el tiempo, pero no conseguía verle. Entonces sentí un movimiento y supe al instante que era él, me estaba esperando, estaba esperando a que cruzase por la puerta para ser él quien acabase conmigo, por suerte le vi venir.
Entré en la habitación contigua a la de él y salí por la ventana hasta colocarme donde, supuestamente, debía estar Thor escondido y le vi, estaba de espaldas a mí, mirando por el hueco de la puerta dispuesto a atacar, pero yo fui más rápida, apunté directamente a su cabeza con mi arma y le maté al instante.
—¡¡¡¡¡TOMAAAAAAAA!!!!! JAJAJAJAJAJA —dije por el micro cuando me apareció en la pantalla "#1 Victoria magistral"
—Mierda, te he subestimado —me dijo Thor al otro lado de la pantalla—. ¿No tienes que seguir colocando tus cosas?
—Pero si has sido tú quien ha insistido en jugar —le dije riendo.
—Pero eso fue antes de saber que ibas a masacrarnos —dijo por el micro uno de sus amigos.
—Tengo que seguir con la mudanza, me conecto después.
—Eso si mi hermano te da una tregua.
—Qué idiota eres —le dije antes de cortar la conexión.
—————
Aquella mañana había despertado entre los brazos de Loki, anoche sí que me abrazó mientras dormíamos, aunque se retiró rápidamente al despertarse y me dijo que tenía cosas que hacer y que lo más seguro que fuera esa noche a verme. Así que fui a mi casa y me puse a colocar todas las cosas, empecé por mi habitación, que era lo más importante si quería dormir allí y, después, el resto.
Estaba decidida a montar la vitrina con las figuras, me daba igual lo que pensaran, no obstante, al intentar subir la caja de la vitrina no pude hacerlo, ya que pesaba más de lo que podía cargar.
—¿Te echo una mano? —dijo alguien a mi espalda.
Era Thor que, como tenía la puerta abierta de mi casa, se tomó el lujo de entrar, aunque a mí no me importaba para nada.
—Pues no me vendría nada mal que subieras esta caja arriba, a la habitación de la izquierda.
—¿A la de invitados?
—Sí, bueno... Voy a montar mi pequeño rinconcito friki allí.
—¿Acaso juegas a videojuegos?
—Así es.
—¿Juegas al Fortnite?
—Prefiero el Call of Duty, pero sí, he echado alguna partida que otra.
—Conéctate esta tarde, voy a jugar con los chicos.
—No sé... aún tengo mucho que colocar.
—Te vendrá bien para distraerte.
—Está bien.
—¿Puedo pasar? —dijo una mujer desde la puerta, y fui corriendo a recibirla, ya que sabía de quién se trataba. Valkiria, la adoraba.
—Hola, encantada —le dije, y ella me miró muy sorprendida y luego a Thor.
—Vaya... Cuando Thor me contó que Loki se había enamorado me esperaba, no sé...
— ¿Una diosa asgardiana? Además... Loki no está enamorado de mí.
—Oh, no, no, no me refiero a eso, solo que pareces muy diferente a él.
—Son como la noche y el día, y sí que lo está, si no no te habría traído —dijo Thor.
—Como te pille Loki aquí va a matarte —le dijo Valkiria.
—No creo que venga hasta esta noche, está haciendo "Trabajos Sociales" —dijo Thor.
—¿Trabajos sociales? —pregunté.
—Sí... Tiene una cuenta en rojo bastante gorda y le va a costar equilibrarla.
—Pero... No le persigue nadie aquí. ¿Verdad? Es decir... No tiene que esconderse de la justicia ni nada parecido —le pregunté, y es que ese era un tema que me preocupaba bastante.
—No, llegó a un acuerdo con eso y salió más beneficiado de lo que esperaba.
Suspiré aliviada al oír eso, no tendríamos que escondernos ni nada parecido y, lo mejor de todo, que Loki no desaparecía para conspirar como temía. Thor y Valkiria se fueron y seguí colocando cosas hasta la tarde, cuando me conecté para jugar y, después de vencer a Thor y sus amigos, seguí colocando cosas hasta que llegó Loki.
—Vaya... Esto está muy avanzado, ya creía que tendrías que volver a dormir en mi casa hoy.
—¿Tanto te molesta?
"Genial, acaba de llegar y ya vamos a discutir"
—Me gusta tener mi espacio, aunque reconozco que contigo también duermo muy a gusto.
—¿Qué era lo de anoche?
—¿El qué?
—La gema blanca y dorada.
—Ya te dije que nada...
—Anoche estaba demasiado cansada para rebatir eso, pero no parecía "nada".
—¿Te ha contado algo mi hermano?
—No. ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver él?
—Te lo contaré todo, pero en otro momento. ¿Vale?
Suspiré resignada ya que me moría de curiosidad por saber qué era eso. No era una gema del infinito, de eso estaba segura, quería saber más y Loki me había dado la clave. Thor. Seguro que a él sí que podría sacarle más información.
—Ya estás planeando cómo averiguarlo por ti misma. ¿Me equivoco?
—No me leas la mente. Es que me puede la curiosidad.
—No lo hago, no lo he vuelto a hacer desde que nos conocimos, no me hace falta.
Loki colocó su mano a un lado de mi rostro mientras me acariciaba el pómulo con su pulgar, era increíble lo que ese pequeño contacto provocaba en mi cuerpo.
—Hoy quiero probar algo. Quiero ver hasta que punto eres capaz de entregarte a mí.
—¿Qué vas a hacerme esta vez? —le pregunté.
—Algo que creo que te gustará. ¿Qué tal si subimos y estrenamos tu cama? —me dijo deslizando su mano por mi nuca para atraerme hasta sus labios.
Subimos hasta mi habitación, donde Loki me desnudó lentamente, acariciando mi piel cada vez que tenía ocasión, hasta que solamente me dejó en ropa interior.
—¿Estás lista?
—Siempre lo estoy.
—Túmbate en la cama boca arriba.
Una vez me tumbé en la cama, Loki se inclinó hasta mí para desabrocharme y retirarme mi sostén.
—Eres realmente preciosa —me dijo mientras deslizaba su mano por el valle de mis pechos hasta mi entrepierna, haciendo que mi piel se erizara. —Coloca tus brazos por encima de tu cabeza y cruza las muñecas.
Sabía que venía ahora, Loki iba a atarme, pero esta vez no hizo aparecer los lazos alrededor de mis muñecas, sino en sus manos, esta vez sería él quien me atara personalmente. Él se acercó más a mí, sus centelleantes ojos verdes contrastaban con su pelo completamente negro, al igual que su piel.
Loki acarició suavemente la piel dónde iría la atadura y, después, la besó, nunca antes había hecho eso, posteriormente anudó mis muñecas y estas, a su vez, al cabecero de la cama. Loki se mantuvo concentrado mientras lo hacía y su respiración se volvió más agitada cuando tocó el turno de hacerlo con mis tobillos, dejándome totalmente inmóvil y expuesta a él.
—Eres mi prisionera y serás mía desde este momento hasta que te libere —me dijo, y yo no protesté, estaba deseando que Loki empezase.
Loki se tomó su tiempo para observarme y yo ya estaba completamente excitada, entonces vi como se acercaba de nuevo con otro pañuelo que me colocó esta vez alrededor de mis ojos.
—No —le dije—. Me gusta verte.
—Hoy no. Ahora quiero que confíes en mí.
—Hasta yo sé que eso es una locura.
—No hables, a partir de este momento quiero tu sumisión absoluta, si me desobedeces habrá consecuencias.
Sus palabras me excitaron más aún, adoraba al Loki dominante, me encantaba sentir su dominio sobre mí, ambos lo disfrutábamos a la hora del sexo.
No podía ver nada, lo cual hizo aumentar mis otros sentidos, sentía la presencia de Loki aún delante de mí, pero no podía estar segura, entonces fue cuando escuche un sonido familiar.
—Ayer, mientras cargaba algunas de tus cajas, encontré este juguete tan interesante —me dijo, y ya no me quedaba ninguna duda que lo que tenía era mi Satisfyer—. No sabía qué era al principio ni para qué funcionaba, pero no tardé en atar cabos. No te muevas.
"¿Qué? No". Pensé mientras Loki echaba la costura de mis bragas hacia un lado, pero no me dio tiempo a abrir la boca cuando noté la succión del aparato directamente sobre mi clítoris, haciéndome soltar un fuerte gemido. Intenté apartarme, pero estaba inmovilizada, tanto por las ataduras como por la mano de Loki sobre mi cadera para evitar que me moviera.
—¿Cuánto tardas en correrte con esto? —me preguntó, pero mis gemidos me impedían contestar—. Te he hecho una pregunta, contesta.
—Depende de la velocidad —le dije.
—Averigüémoslo —dijo poniendo el aparato al máximo y volviéndolo a colocar sobre mi clítoris, lo que me hizo arquear la espalda, provocando que las ataduras de mis muñecas se tensaran.
Loki no se quedó parado con el aparato entre mis piernas, sino que también participó activamente besando mi cuello y hombros hasta bajar a mis pechos, succionándolos y lamiéndolos sin piedad, haciéndome gemir y buscar deshacerme de mis ataduras para poder soportar aquel placer, un placer que en ese momento le pertenecía a Loki. Entonces lo sentí llegar, el orgasmo me golpeó de forma tan intensa que lo sentí desde la punta de los dedos de mis pies hasta mi cuero cabelludo.
—¿Ya está? —preguntó Loki—. ¿Qué gracia tiene este aparato entonces? Lo suyo es disfrutar y tomarte tu tiempo haciéndolo.
—Pero no te haces una idea de lo bien que sienta usarlo en ducha —le dije.
—¿Me estás diciendo que lo usas siempre que te duchas?
—Casi siempre.
Loki no dijo nada más, no podía verle, pero sabía que estaba ahí por su olor, entonces sentí sus manos a ambos lados de mi cara y sus labios contra los míos, besándome de esa forma posesiva y agresiva que le gustaba. Le correspondí el beso hasta que me quedé sin respiración y me sentí levemente mareada.
—No quiero que te muevas, pase lo que pase. ¿Entendido?
Estaba nerviosa a la par que excitada, nunca sabía qué podía pasar con Loki, pero tenía la seguridad de que él pararía si se lo pedía. Sentí algo frío acariciar mi piel, por un segundo pensé que podría tratarse de un cubito de hielo, pero no, era la mano de Loki la que se deslizaba por mi piel. Su forma de acariciarme era la misma, aunque su tacto era frío, muy frío, pero me gustaba por el hecho de ser Loki.
Sentí su lengua helada sobre mi pezón, haciendo que este se quedara erecto al instante, pero unos segundos después sentí algo caer sobre él, algo caliente que me provocó un destello de dolor durante un breve segundo y que, después, me dejó una sensación de calidez.
Volví a sentir su fría lengua de nuevo en mi otro pezón y, de nuevo, aquel breve y soportable dolor. Acto seguido, volvió a repetirlo en mi otro pecho, haciendo que esta vez el dolor durase un poco más. Quise gemir, pero Loki me silenció con un beso que casi me deja sin sentido, su lengua estaba tan fría que casi adormece la mía.
Después de aquel beso volví a sentir su lengua en mis pechos, salvo que esta vez cubrió más piel, al igual que aquel líquido que volvió a verter sobre la zona, aunque lo hizo al mismo tiempo que deslizaba su mano por debajo de mis bragas para estimular mi clítoris, por lo que a mi gemido de dolor se le unió uno de placer.
Loki fue aumentando la intensidad de su caricia, frotándome cada vez con más rapidez, al igual que lo hacía con su ritual de preparar mi piel con su fría lengua para luego derramar lo que supuse que era cera sobre ella. Sentía frío y calor a la vez, cada vez que el agudo dolor que me producía la cera se iba me dejaba un hormigueo sobre la piel muy placentero, pero Loki fue vertiendo cada vez más cera, esta vez sin preparar mi piel, haciendo que me sintiera arder y desear sus frías manos sobre la zona para calmarla.
Él pareció averiguar qué pensaba y cumplió mi deseo, pasó sus manos por mi sensible piel, rompiendo la cera y calmándome con su frialdad. Sus caricias eran suaves y cuidadosas, pero denotaban dominación.
—Me gusta el contraste que la cera ha creado en tu piel, está ahora tan sensible y rosada...
Acto seguido, Loki atrapó mi pezón derecho entre sus dientes, tirando suavemente de él para, después, succionarlo con fuerza y, luego, hacer lo mismo con el otro. Ya no sentía calor en la zona, sino frío.
—Voy a quitarte el pañuelo de los ojos —me dijo.
Cuando me lo retiró pude ver que tenía su forma de jotun y, aunque ya me lo había imaginado al sentir su frialdad, me asombré por lo hermoso que se veía en esa forma.
—No te has asustado...
—¿De verdad esperabas que lo hiciera? Ya sabía esto.
—Sí, pero no me habías visto así cara a cara —dijo mientras colocaba su rostro a la altura del mío.
—Si tuviera las manos libres ahora mismo no dudaría en acariciar cada centímetro de esa hermosa piel que tienes —le dije.
Loki me liberó de mis ataduras y yo me incorporé y posé mis manos sobre su cuerpo. Era tan frío... Y sabía que podría serlo más aún.
—Podría pasarme el día recorriendo cada una de tus marcas con las yemas de mis dedos —le dije mientras le acariciaba—. Eres... eres simplemente perfecto
—Te has enamorado de un monstruo...
—No eres ningún monstruo, Loki — le dije mientras le miraba directamente a esos ojos rojos, pero primera vez pude ver en él vulnerabilidad, pero únicamente fue durante un instante.
—¿Te gustaría que te follara de esta forma? —me pregunto.
—De hecho he fantaseado con ello.
—Suplícamelo, si de verdad lo deseas, ruégamelo. Pero te aviso de que no será agradable para ti y, si pierdo el control, puedo causarte mucho, muchísimo, daño.
—Fóllame, Loki, quiero que me folles de tal forma que mañana no pueda ni andar. Lo deseo.
Loki tomó mi rostro y me besó mientras sus manos descendían por mi cuerpo. Era muy frío, pero estaba completamente dispuesta a soportarlo, sabía lo atormentado que estaba por su naturaleza y quería hacerle ver que eso no importaba en absoluto.
Me tumbé de nuevo sobre la cama y Loki se inclinó sobre mí para penetrarme con fuerza mientras soltaba jadeos roncos en mi oído. Mi cuerpo estaba preparado para el orgasmo desde antes de que lo hiciera, él mismo se encargó de hacerlo al estimularme de una forma que solamente él sabe hacer, no obstante, la frialdad de su miembro alargó aquel momento.
Me sentía desconcertada ante las sensaciones que estaba provocando en mi cuerpo, sentía frío, hasta el punto de dolerme, pero también mucho placer. No podía aguantar los gemidos que me provocaba cada vez que me embestía, cada vez más rápido, cada vez más duro.
Loki volvió a cruzar de nuevo mis muñecas sobre mi cabeza, sujetándolas fuertemente con una mano, mientras que la otra la enterró en mi cabello, tirando de él para que dejase mi cuello más expuesto a él y poder morderlo y besarlo hasta hacerme estallar de tal forma que hizo que incluso me zumbaran los oídos. No tardé en sentir como Loki también se venía y este se quedó en la misma posición unos segundos antes de incorporarse y comenzar a inspeccionar mi cuerpo.
—¿Qué haces? —le pregunté.
—Comprobar que no te he hecho ninguna marca. ¿Te duele algo?
—No, no me duele nada.
—Quizás es porque la piel aún está adormecida por el frío. Vaya... Te he hecho una aquí...
Miré la zona a la que se refería Loki y casi me hace reír.
—No me lo has hecho tú, esa marca me la hice al golpearme con un mueble mientras hacía la mudanza. No tienes por qué preocuparte.
—No me lo contaste.
—Porque no tiene mayor importancia, fue un golpe pequeño, aunque a mí me salen marcas enseguida, de hecho la primera vez que me follaste sí que me las dejaste.
—Porque no me controlé demasiado ese día. Entonces... ¿Te sale una marca cada vez que te golpeas con algo?
—La mayoría de las veces sí, a veces incluso me salen sin saber cuando me he golpeado.
Loki suspiró al oírme decir eso.
—Sois muy débiles y enfermizos, demasiado, cualquier cosa insignificante podría mataros...
—Perdóname por nacer midgardiana —le dije visiblemente molesta.
En ese momento Loki hizo aparecer aquella gema que tanto me había llamado la atención y mi vista se posó en ella. No, no era una gema del infinito, aunque los motivos dorados brillaban con intensidad y parecían tener como una especie de corriente eléctrica en su interior.
—Es hora de que te cuente qué es esto...