A la mañana siguiente me sobresalté con el sonido de la alarma. Tenía que ir a trabajar, pero tenía a Loki pegado a mi espalda, lo que hacía que no quisiera moverme de allí. Al igual que la noche del sábado, habíamos dormido juntos, aunque no abrazados, quizás eso ya era demasiado pedir. Al final saqué fuerzas para incorporarme, pero Loki me agarró y me atrajo a él, abrazándome por detrás.
—Debo ir a trabajar... —le dije apesadumbrada.
—¿Cuánto tardas en llegar a tu trabajo?
—30 minutos andando.
—Te llevaré, así nos da tiempo a echar uno rápido —me dijo mientras me acariciaba por todas partes.
Loki acarició suavemente mi costado, mi brazo, mi cuello, hasta enterrar su mano en mi cabello para quedar mi cuello expuesto y poder besarlo mientras su otra mano mimaba mis pechos, acariciando mi aureola en círculos para después tirar de mis pezones hasta endurecerlos, posteriormente, deslizó su mano por mi entrepierna y acarició lentamente mi clítoris antes de introducir dos dedos en mi interior y luego tres.
—Ya estás completamente húmeda para mí —me dijo antes de tomarme en esa misma posición, pegado a mi espalda y embistiéndome desde detrás mientras sentía su aliento sobre mi cuello antes de darle una suave mordida.
Loki no retiró su mano de mi entrepierna, sino que la dejó allí mientras sus dedos frotaban mi clítoris, a la vez que su erección me llenaba entera una y otra vez, aumentando la intensidad cada vez más, haciéndome jadear de placer cada vez que golpeaba mis paredes hasta que ambos estallamos.
—El próximo será mucho mejor —me dijo—. Pienso disfrutar de tu piel del mismo modo que tú hiciste con la mía.
Loki no se fue después de eso, sino que se quedó también a desayunar conmigo, estaba sirviendo dos tazas de café cuando escuché un sonido en la ventana.
—Hay un bicho peludo ahí fuera —dijo Loki.
—Es Isidoro, el gato de una vecina, suele venir a darme los buenos días —le dije mientras abría la ventana para dejarle entrar. El pequeño gato se restregó por mis piernas ronroneando y lo alcé en brazos para darle un beso en su cabecita peluda, le tenía mucho cariño, a pesar de que no era mío.
—¿Por qué le das mimos? ¿Acaso no es un animal inferior a vosotros los humanos? —me preguntó, a lo que yo le miré horrorizada y disgustada.
—¿Qué estás queriendo decir con eso? Es un ser vivo, como nosotros, y créeme que los animales llegan a sentir un amor más puro y leal por sus dueños que cualquier humano por uno de sus iguales.
—Pero viven menos que vosotros. ¿Merece la pena encariñarse?
—Cada-maldito-puto-segundo, Loki —le dije enfadada—. Antes de conocerte tenía un perro, sufrí muchísimo cuando murió, pero no te haces una idea del cariño que recibí de él. Los animales no juzgan, solo aman incondicionalmente a sus dueños. No me gustan las personas que odian a los animales, te lo advierto.
—Yo no los odio, créeme, jamás dañaría a ninguno. Es solo que...no sé... Me resulta curioso como os encariñáis con algo que sabéis que perderéis pronto.
Sabía de sobra a que se estaba refiriendo Loki con la última frase, era una indirecta para darme a entender que él jamás se encariñaría con alguien a quien perdería pronto, como con una midgardiana como yo, por ejemplo. Maldito corazón frío de jotun.
—Llego tarde al trabajo —le dije sin mirarle—. ¿Me llevas?
—Está bien —dijo Loki tomándome de la cintura y dejándome al lado de mi trabajo, justo en una zona donde nadie pudiera vernos aparecer.
—Nos vemos —le dije mientras me dirigía hacia la puerta, pero Loki me tomó del brazo y me acercó a él para besarme, no me lo esperaba y me alegró aquel amargo momento.
—Te veo pronto —me dijo antes de desaparecer.
————
NARRA LOKI
En realidad no tenía que hacer nada esta semana, pero tampoco quería quedarme en aquella realidad, más que nada, porque no quería encariñarme con ella. Cada vez me hacía necesitar más su cuerpo e incluso me hacía preocuparme por su seguridad, aunque aquello que le había contado para convencerla de quedarse allí no había sido más que una mentira.
Entré en mi casa y me serví la bebida más fuerte que tenía hasta que noté una presencia junto a mí.
—¿Qué haces de nuevo aquí, Thor?
—¿Se ha ido? —me preguntó él. ¿Por qué tenía tanto interés en ella?
—Sí, lo ha hecho, y no creo que vuelvas a verla por aquí.
—¿Por qué? ¿Qué ha pasado?
—Nada, simplemente que es midgardiana y, además, ni siquiera es de esta realidad...
—¿Y eso es un problema?
—Quizás para ti no, por eso eres tan manipulable. Ya sabes lo que opino de las relaciones, son una pérdida de tiempo.
—¿Me lo dices para convencerme a mí o para convencerte tú?
—¿Qué? ¿A qué te refieres?
—Siempre has evitado enamorarte, no entiendo por qué no quieres experimentar algo tan bonito como eso, aunque hay veces que llega alguien y no podemos evitar hacerlo, por mucho que intentemos convencernos de lo contrario.
—No estoy enamorado, quizás... le haya tomado un poco de cariño, pero nada más.
—Pues si para ti solo es un capricho es mejor que la dejes, cuanto antes mejor, quizás tú no te enamores, pero ella puede llegar a hacerlo y sufrirá. En cambio, si estás seguro de sentir, aunque sea un ápice de amor por ella, tráela aquí. No puedes viajar a su realidad siempre y puede que, cuando te des cuenta de que la amas, no puedas volver a verla.
—Eso último pasará de todas formas.
—Toma —me dijo dándome una extraña gema blanca y dorada. Cuando la tomé en la mano sentí la poderosa magia que habitaba en ella.
—¿Qué es esto? —le pregunté.
—Algo que busqué sin descanso el tiempo que estuve con Jane y, justo cuando lo encontré, lo dejamos. Tiene la capacidad de otorgar a un humano las características de un asgardiano, incluida la longevidad.
—¿Funciona?
—No lo sé, no lo he probado.
—No la necesito.
—Eres un cabezota. Quédatela, solo por si acaso. ¿De acuerdo? —me dijo antes de irse.
Me tomé la copa de un trago y me serví otra. Necesitaba pensar, necesitaba meditar... Siempre había sido calculador, pero por una vez en mi vida, no sabía exactamente qué hacer. ¿Realmente quería a _______? No estaba seguro, puesto que jamás me había enamorado, pero cada vez notaba más su ausencia. Había intentado alejarme y no volver, en divertirme con otras personas, pero al final la que estaba en mi mente era ella. Y eso, más que amor, me parecía una imprudente obsesión por mi parte.
Si no quería traerla era porque, de tenerla cerca, cada vez sucumbiría más a ella, de hecho ya lo hice el sábado al aceptar sus condiciones. No obstante, cada vez que me acordaba de sus caricias, me estremecía, deseaba tener sus manos sobre mi piel de nuevo.
No sabía qué hacer y necesitaba tiempo para meditarlo.
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NARRA _______
Me estaba tomando una ducha después de llegar del trabajo, aquel fin de semana había sido el más intenso de mi vida y lleno de emociones. Amaba a Loki con locura y cada vez lo amaría más, hasta que llegase el día en que él no volviera y me quedase destrozada. Debía ser clara con él y decirle todo lo que pensaba y sentía, pero no me atrevía.
Me puse el albornoz y fui hasta mi habitación para ponerme el pijama, entonces noté una presencia detrás de mí. Loki estaba allí, así que me retiré el albornoz y me di la vuelta.
—No te esperabAAAAAAAAAHHHHHHH —grité cuando me di la vuelta y vi que no era Loki quien estaba allí, sino Strange, quien me miró con cara de shock antes de salir de mi habitación.
Me vestí lo más rápido que pude y fui al salón, no tenía ni idea de qué hacía el Dr. Strange aquí, pero fijo que nada bueno.
—¿Es que quieres matarme de un susto? —le dije cuando entré al salón—. Podrías haber llamado al timbre como las personas normales, te habría abierto.
—Discúlpame, no era mi intención, de verdad, justo acababa de salir del portal cuando... bueno...
Me puse roja solo de recordarlo, Strange era mi segundo crush y, de no haber estado con Loki, fijo que me habría tirado encima de él.
—¿Por qué has venido? —le pregunté.
—Porque no me creí del todo la historia del porqué me seguías, así que te tomé un cabello cuando te ayudé a levantarte y me llevé una sorpresa al ver que no eras de mi realidad. Así pues, me gustaría que me dijeras cuáles son tus verdaderas intenciones en mi reali... ¿Esa es una figura mía? —dijo Strange cuando vio mi vitrina friki con las figuras de los personajes Marvel.
—Sí, hice la colección.
—Entonces... ¿De verdad eres fan?
—Sí, en eso no te mentí en absoluto —le dije cada vez más muerta de vergüenza. Loki se había partido de risa con las figuras, incluso intercambió las cabezas de los Vengadores alguna vez, pero Strange estaba más bien sorprendido.
—Voy a preparar un té —le dije mientras le dejaba observar con curiosidad toda mi colección, cuando volví, estaba leyendo con detenimiento uno de sus cómics.
—O sea que en esta realidad únicamente somos personajes de ficción. No existimos.
—Técnicamente no, pero sí los actores que os dan vida.
—¿Hay también películas?
—Sí, pero estas están basadas en una realidad distinta a la vuestra también.
—¿Las tienes?
—Sí, te las dejaré por si tienes curiosidad.
—Créeme que la tengo, y mucha, no había visualizado nunca esta realidad. ¿Cómo fuiste capaz de viajar a la mía?
—No puedo decírtelo, lo siento.
—Te llevó alguien. ¿Verdad? ¿Por qué?
—Porque yo se lo pedí. Aunque no tienes de qué preocuparte, esa persona no quiere que me quede en tu realidad.
—Entiendo... Aunque no hay peligro de que cambies, a menos que seas alguien vital para salvar este mundo.
—No lo soy, a menos que tenga que salvarlo a base de aburrimiento.
—Entonces no habría ninguna repercusión.
—¿En serio? ¿De verdad? ¿Puedo quedarme en tu realidad?
—No solo eso, te veo incluso potencial para ser hechicera, si decides venir podría enseñarte.
Casi me desmayo al escuchar eso, es lo que había deseado desde que salió su película. Solo había un problema: Loki.
—Tengo que pensarlo y meditarlo con mucha cautela —le dije.
—Ten —me dijo dándome una tarjeta—. Realiza este símbolo cuando quieras venir a mi realidad y vendré a por ti. Buenas noches —me dijo antes de abrir un portal e irse.
Aún no podía creer lo que estaba pasando, debía pensar y meditar todas mis opciones. Amaba a Loki y eso era lo primero que tenía que resolver, la próxima vez que le viera le sería sincera y le confesaría mis sentimientos, después, le preguntaría sobre qué decisión tomaría sobre lo nuestro, posiblemente rompería aquel romance, pero aunque me destrozase, mejor así que alargarlo infinitamente.
Luego estaba Strange, si Loki aceptaba nuestra relación dudo que le entusiasmase la idea de unirme a una orden que no le tiene ningún aprecio, pero me moría por aprender con los hechiceros, sin embargo, si Loki rompía conmigo nada me impediría aceptar la propuesta de Strange.
Lo único que tenía claro era una cosa, y era que no iba a quedarme en mi aburrida realidad. Ya inventaría algo, como que me mudaba a otro país, o cualquier excusa que explicase mi ausencia. Ya que, o al menos suponía que, podría volver aquí de vez en cuando.
En fin, mañana debería ponerme a preparar mi mudanza porque lo tenía muy claro, me mudaría a la realidad de Loki, estuviera de acuerdo o no.