Las doce en punto, normalmente me iba con Kyungsoo fuera del colegio para comer, pero esta vez no iba ser así, sabe que estoy enfadado con él, sigo sin entender su actitud, si da hasta la sensación que quisiera ocultarme algo.
A lo lejos, veo a LuHan comiendo con algunos compañeros de clase, la verdad es que no hablan mucho entre ellos, parece que van a lo que van, hasta que me pilla observándolo.
Dios, no pretendía espiarlo, y siento una vergüenza tan grande que bajo la vista a mi plato, rebusco cachitos de carne entre el arroz, para darme tiempo a recomponerme y poner cara de como si no hubiera pasado nada.
Oigo un leve golpe seco de bandeja sobre la mesa, LuHan se sienta tranquilamente enfrente de mí ¿pero qué situación tan estúpida he creado yo mismo?
—¿Hoy no come fuera, profesor Byun?
—Pues no, tengo mucho trabajo qué hacer LuHan.
—Ojalá pudiera yo pudiera hacerlo, pero Hye Sun me dice que la comida que me dan aquí es mil veces mejor.
Pues no sé qué decirle, el menú que han hecho hoy no es para echar cohetes, el arroz está un poco soso y la carne poco hecha.
Aunque igualmente, salvo si existe autorización expresa para que coman en sus casas, los muchachos no pueden abandonar el colegio al mediodía, no es un tema de control, si no de seguridad.
—Y lleva razón, la comida que os preparan la hacen como mucho amor.
Él me mira extrañado, sin llegar a comprenderme, es algo difícil hacerle entender que a veces las personas hacemos las cosas con cariño, ese sentimiento que nos humaniza.
—Es cuando haces algo y le pones mucho énfasis porque te gusta mucho.
—Oh...como las matemáticas.
Bueno, no exactamente, pero me vale para que haya captado la idea.
—¡Exacto!
—A Hye Sun le debe gustar mucho Sehun, el otro día le gritaba mucho por el móvil, le ponía mucha energía como usted dice.
Ah joder, creo que explicarle a LuHan que gritarle a alguien no es exactamente un acto de amor, pero temo confundirlo, así que me limito a sonreírle pensando que Hye Sun cada día más le supera esto.
Ambos sabemos lo que está pasando, pero somos dos adultos guardamos la compostura, sin embargo tampoco es justo que Sehun lo pague, aunque me caiga mal.
—Cómo te van los exámenes, LuHan.
—Oh, bien, son bastantes fáciles, excepto el de Lengua, está aprobado pero no creo que saque un excelente.
LuHan tiene una sonrisa bonita, es raro que lo haga, sé que lo hace porque le enseñamos que sonreír es un gesto que se manifiesta cuando estás satisfecho con algo.
Ojalá que algún día lo haga porque le nace del corazón y no de la razón.
Me impresiona la apabullante seguridad que muestra, la verdad es que es innegable que es un brillante alumno, incluso con materias más encaradas a humanidades, como la historia o filosofía.
Es muy bueno memorizando o con la lógica.
Lengua es otra historia, se pierde en los recovecos de la profundidad del idioma, pero le salva los análisis sintácticos de las oraciones, una parte de la asignatura más racional donde él se siente más a gusto.
—Me alegra oírte decir eso.
Veo que Kyungsoo entra en el comedor, y se encamina hacia nosotros, le muestro una mirada fría y sigo comiendo.
Para mi sorpresa, no esa mí a quién quiere ver.
—Buenas tardes —saluda sin sentarse —LuHan, dentro de 45 minutos nos vamos al hospital hacerte la revisión ¿sí?
Él alza sus ojos, notando la desaprobación en su rostro, como la última vez.
—Esta tarde hay gimnasia, y me gusta la gimnasia.
—Lo sé, pero hemos cambiado el horario de tu revisión para que pudieras asistir a tus exámenes esta mañana —le explica afablemente.
—Me gusta mucho la gimnasia, con mucho amor —repite empecinado.
Fue entonces Kyungsoo cuando me mira confundido, sé que me está pidiendo que le eche un capote con la rebeldía de LuHan, y de nuevo entro en conflicto con lo que debería de hacer y lo que quiero hacer.
—Lo sabemos LuHan, pero como bien dice el doctor Do, esas revisiones son muy importantes, te examinan para saber que estás bien.
—Y me encuentro bien, además, nunca recuerdo lo que hago allá.
Me quedo en shock cuando escucho eso, le estoy pidiendo explicaciones a Kyungsoo con la mirada, y por primera vez desde que lo conozco, veo que está perdiendo el control de la situación.
—LuHan —insiste —esto no es una opción, vas a ir te guste o no.
Y se marcha, dejándome a mí en un mar de confusión y a LuHan encabronado con la situación.
No pienso dejar las cosas así, lo intercedo cuando ya salía, se nota que no quiere hablar, pero me da igual, o me explica lo que está pasando o me veré obligado a tomar medidas drásticas.
—Qué coño es eso que no se acuerda de que va al hospital.
—Oh mierda Baekhyun, métete en tus asuntos.
—El autismo no tiene nada que ver con las lagunas de memoria ¿Por qué no lo recuerda? — le veo nervioso, y furtivamente le echa un mirada a LuHan, que está negando con la cabeza insistentemente —¿me estás escuchando?
—Ya Baekhyun, LuHan es posible que no lo recuerde porque usamos un tratamiento para activar ciertas partes de su cerebro, es una manera de motivar al lóbulo frontal, temporal y área de Wernicke para incrementar su actividad.
¿Me toma por idiota? ¿Existe eso?
—De qué tratamiento estamos hablando Kyungsoo.
—¿Me disculpas? Tengo mucho trabajo qué hacer y ahora no tengo tiempo de explicarte un método que un neurólogo tarda cinco años en dominar.
¿WTF? ¿de verdad piensa que voy a dejar esto así? De pronto mi móvil comienza a sonar ¡joder! ¿no existía peor momento? Kyungsoo aprovecha mi desconcierto para salir acelerando el paso, mi enojo crece cuando descubro quién me está llamando.
—Qué quieres Ji Eun.
—Vaya, veo que alguien está de mal humor.
—Ahora estoy comiendo, y sabes que no me gusta que me interrumpan.
La verdad es que era mentira, me molesta si es la típica llamada comercial pero no si me llama algún amigo, y por supuesto cuando era de ella.
Me alegraba el día y me gustaba que se acordaba de mí, pero la situación es completamente diferente ahora.
—Bueno... —la noto algo cortada, posiblemente porque no está acostumbrada a verme de malas —pues perdona que te haya interrumpido, la verdad Baekhyun es que te llamo porque tenemos que hablar, no podemos seguir así.
No me jodas ¿ahora se da cuenta? ¿después de más de una semana? ¿consiguió comerse su orgullo porque en el pueblo ya comenzaban a hablar?
—Ahora mismo no puedo Ji Eun.
—Lo sé pero ¿te parece bien pasarte por casa a la tarde?
Pues iba a ponérselo difícil.
—Sabes que estoy en época de exámenes, dedico mis tardes a corregirlos y termino bastante tarde, quizá otro día.
Se queda callada, posiblemente no se esperaba esa respuesta, pero quería dejarle claro que mi actitud con ella había cambiado.
—Está bien Baekhyun, y qué tal mañana.
Podría escudarme con el mismo argumento, que en las dos próximas semanas estaba ocupadísimo.
Dejar patente mi enojo con ella, y que se diera cuenta que estuve haciendo mi vida al margen de la suya.
—Mañana tengo el cursillo de jardinería y luego quedé con Chanyeol para llenar la despensa.
Soy consciente de que estoy siendo un cabrón, en realidad no había quedado con él, pero quería vengarme en cierto modo de estos días que ella ha pasado olímpicamente de mí.
—Ya veo que tienes una apretada agenda, lo mejor será que me llames cuando puedas quedar.
—Claro Ji Eun, te llamaré.
Sé que ha llegado a su límite, y no quiero que se rebaje más, este fin de semana la llamaré y por fin tendremos esa charla pendiente que tanto se ha dilatado en el tiempo.
—Baekhyun...te echo de menos...
Ahora mismo, esas palabras no me afectan como yo esperaba que lo hicieran, mi historia con ella parece estar escrito en pasado, pero me pregunto si seré capaz de dar el siguiente paso.
—Te llamaré, que pases un buen día.
Y colgué sin esperar respuesta ¿en qué momento dejé de quererla o es mi orgullo que estaba devorando lo que sentía por ella?
No sabré la respuesta hasta que la tenga cara a cara y escuchar lo que tenga qué decirme.
JongIn miraba contento el embarcadero privado que tenía su familia, era un gran día para él.
El día que podría ver los entresijos de las drogas que se producían en Bogil-myeon.
JunMyeon charlaba animosamente con uno de los hombres que los iba a llevar a la isla, esperando que Kyungsoo y LuHan hicieran acto de presencia, hasta que su hermano se para delante de él dándole a entender que quería hablar con él a solas.
—Hyung, quería comentarte un asuntillo que pasó el otro día.
Caminan en silencio hasta el coche, lo suficientemente lejos para evitar oídos ajenos, JongIn aprovecha para encenderse un cigarrillo, no tiene muy claro si lo que le va pedir le va molestar.
—Pues tú dirás.
—Resulta que descubrí que uno de tus chinos que trabaja en los bancos de algas marinas al norte de la isla dio una paliza a mis chicos —comienza a explicarle, notando la imperturbabilidad de JunMyeon, que lejos de asombrarse, parecía que ya lo supiera —me gustaría que lo echases a la puta calle.
—¿Sí? ¿Echarlo porque tus amiguitos la estaban liando parda en no sé qué restaurante chino? ¿en serio JongIn?
JongIn traga saliva, no solamente ya lo sabía si no que lo estaba abroncando, chupa una calada más profunda, sintiéndose abochornado y sin creerse que estuviera defendiendo a ese puto chino.
—Cómo lo supiste.
—El otro día llegó a oídos de uno de mis capataces, y luego me informó. Es increíble JongIn que no seas capaz de controlar a tu gente ¿es que no ves que así papá jamás confiará en ti?
Él palidece, por nada en el mundo quiere que se entere, si ya tiene la cruz encima, esto sería poner su nombre en ella.
—Dime que no lo sabe.
—Claro que no idiota, cómo puedes pensar eso...
Lanza un largo suspiro, aliviado de que el incidente no haya llegado a esferas más altas.
—Gracias Hyung, de verdad. Sin embargo me da por culo lo que hizo ese chino —se reafirma mostrando contrariedad.
—Pues ellos se lo buscaron JongIn, no se puede ir de matones por la vida. Quiero que te quede claro que no somos unos mafiosos, no vamos por ahí dando palizas, chantajeando o extorsionando, simplemente somos un grupo empresarial que trabaja silenciosamente por el bien de nuestra isla y por nuestra familia.
—Sí bueno... —ironiza sin acabar de creérselo.
JunMyeon no se esperaba esa respuesta ¿Cómo va participar JongIn en las actividades de la familia si no entiende la esencia de ésta?
—Escúchame bien JongIn —empieza mirándolo muy seriamente —esta isla era una puta mierda hasta que nuestra familia tomó las riendas para hacerla prosperar, somos el condado con la mayor producción de algas marinas de todo el país, hemos hecho que nuestra gente haya mejorado sus condiciones de vida, un paraíso donde no existe ni la delincuencia ni el desempleo, y sabes lo que hizo la Asamblea Nacional...sabes cómo nos recompensaron por nuestra buena labor... —JongIn niega con la cabeza, no teniendo muy claro qué pintaba el Parlamento del país en todo esto —nada, eso es lo que hicieron, absolutamente nada. Casi todas las partidas presupuestarias siempre van a parar a Seúl o a las ciudades administrativas con un status especial, mientas que nuestro condado sigue estando en el olvido, como si aquí no se necesitasen carreteras, escuelas o centros médicos. Nosotros simplemente hemos arreglado esa deficiencia.
Es un secreto a voces que en Corea en realidad hay dos Coreas, la moderna, tecnológica, urbana, empresarial y otra más profunda, arraigada en el mundo rural especializada en el sector primario.
El problema es que casi todo el presupuesto se destina para esa Corea urbana, donde se genera más negocio en detrimento de la otra, que subsiste como puede y que en muchos casos viven en una economía sumergida, creándose esa mala fama de no ser patrióticos y egoístas.
—Va...vale JunMyeon... —vacila sin tener muy claro lo que acababa de decirle.
—Hermanito, ayúdanos a que nuestra isla tenga el sitio que le corresponde, el lugar que nos pertenece por nuestro incansable esfuerzo.
—Cuenta conmigo, cuenta para lo que sea.
—Eso es lo que quería oír —finaliza satisfecho de que lo hubiera entendido —podrías aprovechar este verano para mirarte universidades, incluso si quieres estudiar en el extranjero, es muy importante que tengas una buena formación y no te negaré que me encantararía que fueses mi brazo derecho dentro de unos años.
JongIn traga saliva, esa no era la idea de su verano.
Su verano pasaba por fiestas, irse de vacaciones a Europa y ponerse ciego de alcohol y chicas. La entrada en la universidad implicaba renunciar a todo eso, sería dejarse los codos estudiando para elevar la nota de su expediente y repasar materias del año pasado que entrarían en el examen de acceso a la universidad.
¿Realmente estaba dispuesto a hacerlo?
—Claro JunMyeon, este verano me pondré a ello.
El ruido de un coche entrando en el embarcadero interrumpe su conversación, Kyungsoo aminora la marcha y ve a los dos hermanos en la lejanía, farfulla pensando que si no tenía bastante con aguantar a un Kim, ahora tendría que aguantar al otro.
No le gusta ninguno de los dos, pero con JongIn cree a todas luces que necesita tratamiento por lo que se dice de él por ahí.
—Buenas tardes —los saluda mientras baja del coche.
—Hola Kyungsoo, hoy nos acompañará mi hermano, creo que va siendo hora que vea lo que hacemos.
Ahora todo le cuadraba, Kim JunMyeon le importaba un cojón que LuHan perdiera las clases de la tarde, más enfocadas a terapia y actividades en grupo, estando en plena época de exámenes, cambió la hora para que JongIn pudiera venir, ya que los del último curso lo dedican a estudiar en el instituto o ultimar los detalles de los trabajos que debían presentar la semana próxima.
—Claro, pues vamos.
LuHan se siente ansioso, se parapeta detrás de Kyungsoo, sintiéndose intimidado al ver a JongIn.
—¿Sucede algo LuHan? —le pregunta JunMyeon afablemente.
—Conozco a ése —dice señalando a JongIn.
El aludido se sonríe, sabe que es conocido en toda la isla, de hecho todos los Kim, y se vanagloria de ello.
—¿En serio? ¿Quién te habló de mí?
—Nadie y todos.
Una respuesta críptica que solamente Kyungsoo es capaz de descifrar, nadie en particular, todos en general, como un murmuro que se esparce sin un origen concreto pero que todos saben.
—Que tal si vamos tirando, luego se nos hará tarde —dice por fin Kyungsoo al ver la incomodidad del momento.
La mar está en calma, JongIn observa a LuHan por el rabillo del ojo, le tiene cierta envidia por ser un genio, envidia por saber las intimidades de su hermana, segurísimo de que algún día la vio semidesnuda por casa y por qué no, escuchándola oír palabras sucias por el móvil a Sehun en un momento de calentón nocturno.
Se sonríe, aunque ya sabe que es autista ¿Cómo se sentiría si supiera que gracias a él pudo follarse a su hermana?
Por fin llegan a Bogil-myeon, está vez hay dos 4x4 esperando, cosa que confunde a Kyungsoo.
—Hoy voy a la oficina a revisar las cuentas de primera mano —le explica JunMyeon arremangándose la camisa, el calor aprieta y la humedad en esa isla es mayor que en Wando gun por la espesa vegetación —en hora y media nos volvemos a ver aquí.
¿En serio tenía que quedarse con JongIn? ¿vigilar que no tocase nada? ¿estar pendiente que no hiciera ninguna tontería? Era lo que le faltaba
—Claro, pues nos vemos luego.
Los tres se suben en el 4x4 y se encaminan hacia la frondosa selva, Kyungsoo cierra todas las ventanas, sabe que miles de mosquitos están acechando y la mínima oportunidad para colarse dentro, incluso tiene bolitas repelentes en el retrovisor por si alguno lo lograse.
No quiere verse de nuevo envuelto de picaduras como le pasó la primera vez que vino aquí, saca la loción antimosquitos y se lo pasa por el cuello, manos y brazos.
—Deberías ponerte esto JongIn, los mosquitos aquí son tan grandes como el tamaño de tu uña —le dice mientras le da el pote a LuHan.
Él ni lo duda.
Llegan el edificio, la puerta es simple, de acero y las instalaciones están bajo tierra, a simple vista parece un búnker y es tan pequeño que no se detecta vía satélite si no lo buscas expresamente, una vez dentro, LuHan, movido por el interés se dirige a su mesa, con todos sus cachivaches y datos almacenados en su tablet.
Y se pone a trabajar.
—JongIn, siéntate ahí y estate quieto —le ordena Kyungsoo, y luego procede hacer él lo mismo, sintiendo escalofríos cuando ve de lejos a máquina de electroshocks.
La paz duró cinco minutos, hasta que JongIn le habla.
—Doctor Do ¿Cómo se consiguió la fórmula de la LHN?
Eso sí que le hace gracia, duda que esté interesado en el proceso químico de las elaboración de las drogas, y hasta duda que pueda llegar a entenderlo.
—LuHan fue capaz de descomponer la escopolamina y aplicarla a la MDMA —observa su cara de tonto y se imagina que todo aquello le sonaba a chino —lo grandioso es que pudo separar algunos átomos de escopolimina y aplicarla a la MDMA, creando una sustancia completamente nueva, sin su cadena atómica, es muy difícil que alguien sepa de qué está hecha.
—¿Cómo la fórmula secreta de la coca cola?
A Kyungsoo le entraron ganas de darle un puñetazo, JongIn no comprendía lo difícil que es unir dos elementos de origen carbónico sin que la cadena atómica no se rompiera. Esto no era unir dos ingredientes a ver que sale, era un ejercicio de precisión, jugando con las entrañas de las substancias para crear una totalmente nueva.
—Algo así.
—Joder, qué listo es.
—Ni te lo imaginas.
Movido por la curiosidad, JongIn se levanta y se dirige hacia LuHan, lo ve enfrascado con sus fórmulas, moviendo nerviosamente sus dedos en su tablet a cada resultado de las probetas.
—Qué LuHan, te diviertes.
—Sí.
—¿Tú ya sabes lo que haces?
—Claro, no soy tonto.
—Pero ¿sabes para qué sirve?
LuHan le mira con cara de interrogante y JongIn se da cuenta que no tienen ni idea de los resultados de sus experimentos, simplemente juega con la química como un niño con sus juguetes de Lego.
—¡¡JongIn!! ¡¡Qué te estoy oyendo!! —le advierte Kyungsoo mirándolo mal.
Él cambia de conversación, la verdad es que poco le interesa la química, saca su móvil y busca un vídeo pornográfico lo más explícito que puede.
—¿Sabes lo que es esto? —le pregunta enseñándole el vídeo donde un hombre se veía claramente envistiendo a una mujer.
—No estoy interesado en la cúpula humana.
—¿En serio? ¿ni lo más mínimo?
—No.
—¿Y nunca has tenido...ya sabes...?
—El qué.
—¿Nunca te has empalmado?
—¡¡JongIn!! ¡¡deja al muchacho en paz!! —vuelve a gritarle Kyungsoo a punto de levantarse de la silla para cogerlo de una oreja y darle una patada para echarlo del búnker.
Estaba claro que Kyungsoo no le quitaba ojo, se enfurece por unos momentos, siente esa ira otra vez de nuevo poseerle, pero es capaz de tranquilizarse, sabe que ese doctor es muy importante.
Sabe que él es quien propicia que LuHan no se acuerde de nada de lo que hace.
Se da por vencido, renuncia a saber cosas de Hye Sun a través de él, juguetea con una de las pastillas que hay encima de la mesa, tiene forma redonda y la silueta de un ciervo.
—Oye LuHan —le dice esta vez elevando un poco el tono de voz para que el otro le oiga —¿Por qué esta pastilla tiene el dibujo de un ciervo?
—Me gusta Bambi, es una de mis películas favoritas, la he visto montones de veces.
JongIn se queda helado ante su respuesta ¿Una película que solamente ven los niños de cinco años? ¿Seguro que LuHan no tenía la mentalidad de un crío de primaria?
—Oh sí, está guay esa peli, todo ese rollo de la amistad, de los animalillos del bosque... —LuHan permanece serio, si hasta siente que lo está ignorando, así que decide sacar uno de los temas más sensibles de la película —y lo de la madre no veas, qué drama.
LuHan por un momento deja en suspenso en el aire dos probetas que sujetaba con las manos, hasta que las pone con cuidado en un soporte específico para ello.
—Sí, lo es. Pero a pesar de que Bambi creció sin una mamá, supo hacerse fuerte y consiguió salvar a todos sus amigos del incendio que provocó el Hombre, convirtiéndose en el Príncipe de los Bosques.
JongIn se queda impresionado por esa contestación, más propio de un análisis sesudo de la película, ahora era él el que sentía se como un niño de cinco años.
—Sí oye, qué feo eso de los cazadores...
—Esos cazadores eran malos, muy malos, sin embargo no consiguieron salirse con la suya —LuHan clava su mirada en esas probetas, como si su mente estuviera rememorando la película —y así debería ser siempre.
Kyungsoo no vive ajeno a la charla que mantienen entre ellos dos, posiblemente esa afirmación la mayoría de la gente estaría de acuerdo, pero LuHan era un chico especial.
LuHan padecía autismo y la frontera entre el bien y el mal se difuminaba hasta hacerse irreconocible.
Suspira, inquieto porque era consciente de que Baekhyun estaba empezando a darse cuenta de esas contradicciones, él ya lo sabía desde hacía mucho tiempo, pero su cobardía siempre le hacía detenerse en investigar lo que estaba pasando.
¿Cómo podía ayudar a LuHan y que él no cayera en el abismo?
Es muy interesante el paralelismo entre Bambi y LuHan, los puntos de conexión que existen y espero que se haya entendido :D