Esta historia es una realidad alterna relacionada con el capítulo 3 de mi libro HECHICERA (LOKI Y TÚ), la cual podéis encontrar en mi perfil.
Este shot es estilo dark romance, por lo que si no te gusta este estilo de relato te recomiendo que no sigas leyendo.
Todos aquí sabemos que las relaciones en estos relatos no son sanas y los personajes se comportan de forma muy cuestionable, a veces intolerable, por lo tanto, no hay que permitirlo en la vida real. Pero recordad que esto es ficción, casi todas mis historias muestran a Loki como un cachorrito, pero en esta vez tiene un enfoque un poco más oscuro.
Si vas a leer sin ofenderte, adelante, sino mejor que dejes de hacerlo en este instante, ya lo eliminé una vez, pero no voy a volver a hacerlo.
En cuanto a los que os gustan estos relatos, espero que lo disfrutéis 💚
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"Mierda" "Se ha dado cuenta, no sé cómo, pero lo ha hecho. Se ha dado cuenta de que le espío" "Joder, tengo que salir de aquí"
Intenté tranquilizarme para que no se me notara el nerviosismo y actuar con naturalidad, a la vez que pensaba en cómo salir de allí sin llamar la atención, como si solo hubiera ido a tomar algo.
—¿Desea otra copa señorita?
Era el camarero y casi me da un infarto, pero ahí vi mi oportunidad de escapar.
—No, gracias. Debo irme ya, se me hace algo tarde. Ten, quédate el cambio —dije mientras le tendía un billete.
—Muchas gracias, señorita, que pase una buena tarde —contestó el camarero dedicándome una amplia sonrisa y guiñándome un ojo.
Era guapo, quizás en otra situación habría filtreado con él, pero ahora lo único que quería era salir de allí.
Salí de allí con toda la naturalidad que me fue posible y crucé el vestíbulo del hotel, antes de girar hacia las escaleras, eché un vistazo hacia atrás para asegurarme de que no me seguía y subí las escaleras a toda velocidad, ni me planteé subir en ascensor, ya que en este momento, me pareció lento y lo único que quería era llegar a mi habitación cuanto antes e irme de allí. Cuando por fin llegué cerré rápidamente y miré a través de la mirilla. No había nadie en el pasillo, no me había seguido.
Quizás me hubiera dejado llevar por el pánico, pero por si acaso metí todas mis cosas en la maleta rápidamente para salir de allí, no sin antes mirar de nuevo por si había alguien en el pasillo. Al ver todo despejado abrí la puerta para salir rápidamente, pero...
Ahí estaba, justo delante mí. ¿Cómo? Había mirado hace unos segundos y no había nadie.
¿Ibas a alguna parte? —me dijo con una sonrisa en la cara.
Un grito quiso salir de mi garganta, pero no le dio tiempo, pues antes de que pudiera ni siquiera reaccionar, aquel hombre me agarró del cuello y se introdujo conmigo en la habitación.
—¿Quién eres? ¿Te manda S.H.I.E.L.D.? —preguntó.
—¿Qu ..? ¿Quién es Shiild? —pregunté confundida.
Aquel hombre se acercó más a mí de forma amenazadora y no pude retroceder, ya que tenía la pared justo detrás.
—No te conviene hacerme enfadar. Dime ¿Por qué me espiabas? —la mano de aquel hombre seguía en mi cuello, pero por algún motivo que desconocía, no la apretaba.
—No te estaba espiando —dije.
Pero no le gustó mi respuesta y me agarró bruscamente por debajo de la barbilla para obligarme a mirarle a la cara. Aquellos ojos... Parecían que supiera lo que estaba pensado.
—¿Pretendes mentirme a mí? ¿Crees que puedes mentir al mismísimo dios de la mentira?
No lo dijo gritando sino con una tranquilidad escalofriante y, sinceramente, habría preferido los gritos. De pronto hizo aparecer algo en su mano ¿Era un cetro? ¿Cómo lo hizo?
—Podría obligarte a decirme la verdad, con mi poder no me costaría nada, además, estarías totalmente a mi merced —dijo acercando su rostro hacia el mío mientras pasaba su pulgar por mis labios y pegaba su cuerpo al mío todavía más. Después colocó la punta afilada del cetro sobre mi cuello y ante eso, yo solo pude aguantar la respiración—. Pero prefiero no hacerlo, es más divertido si eres consciente. Te lo preguntaré una vez más ¿Por qué me espiabas?
—Porque voy detrás de una mafia de trata de personas y tú eres mi principal sospechoso —le dije, y puso cara de confusión.
—¿Por qué sospechas de mí? —volvió a preguntar sin apartar su afilado cetro de mi cuello.
—Pues... ¿Quizás porque estás amenazándome de muerte en ese mismo instante?
—¿Acaso no sabes quién soy?
—No, no lo sé —le dije. Estaba confundida, si no era el criminal que estaba buscando... ¿Entonces quién era?
—Soy Loki, príncipe de Asgard y futuro rey de Midgard —su presentación me confundió aún más—. ¿Y tú quién eres?
—Soy________, como ya te he dicho, hago caer redes de tráfico de personas.
—¿Entonces no trabajas para S.H.I.E.L.D.?
—Ya te he dicho que ni siquiera sé quién es —dije, y aquello pareció divertirle.
—Parece ser que ambos hemos cometido un error —dijo mientras hacía desaparecer el cetro ante mi sorpresa—. Pero eso no significa que vaya a dejarte ir, he venido para divertirme.
Aquello me hizo sentir temor, quizás Loki no fuera de la mafia, pero era un criminal, podía sentirlo por su forma de actuar y por la forma en la que me había amenazado. De hecho, sentía un filo hilo de sangre bajarme por el cuello desde la zona donde había estado la punta del cetro.
Loki puso su mano alrededor de mi cara para hacerme girar el rostro y poder observar mejor aquella pequeña herida, no sabía qué intenciones tenía, pero podía sospecharlo. Entonces, para mi sorpresa, llevó su cabeza hasta mi cuello para pasar su lengua por la pequeña herida, limpiando mi sangre y casi haciéndome soltar un gemido.
Quise impedirlo, pero me aprisionó aún más contra la pared mientras que, con su mano libre, me levantaba una de mis piernas para colocarla a la altura de su cintura, haciendo que su entrepierna rozase contra la mía. Loki tenía mucha fuerza, por más que intentaba zafarme era inútil, él ni siquiera se movía un milímetro.
—No te resistas a mí —me dijo al oído—. A diferencia de S.H.I.E.L.D. yo te dejaré en paz cuando terminemos, son ellos los verdaderos asesinos, traficantes de armas y los que obligan a las personas a trabajar para ellos contra su voluntad. Son mis enemigos y también los tuyos, me alegro de que no formes parte de ellos.
¿Sería cierto aquello que Loki acaba de decir? En ese caso estaríamos en el mismo bando. Mi instinto me gritaba que Loki era peligroso y que debía huir, pero contra toda lógica, estaba excitada y quería corresponderle. Estaba confundida y no sabía qué debía hacer. ¿Me dejaba guiar por mi instinto y huía o, por el contrario, cedía ante lo que mi cuerpo pedía?
—Déjame ir. Por favor —le supliqué.
Pero Loki volvió a obligarme a mirarle solamente para poder llevar sus labios a los míos. Intenté evitarlo, pero me tenía fuertemente sujeta por la nuca y, lo único que conseguí, fue que me atrajese más hacia él. Loki solo se separó unos milímetros al tirar de mi labio inferior con sus dientes y para pasar su lengua por ellos antes de volver a besarme de nuevo. El sabor de mi propia sangre me llenó la boca junto a su lengua, que se abrió paso por mi boca y me sorprendí a mí misma recibiéndola con la mía, comenzando un juego en el que nuestras lenguas jugaban con ganas a entrelazarse y, cuando me separé de él, me sentí mareada.
—¿Qué me has hecho? —le pregunté.
—Nada —me dijo él mientras me alzaba en brazos y me colocaba sobre un tocador que había en la habitación.
Loki llevó mis manos a mi espalda y las ató con una correas que hizo aparecer, al igual que también me ató ambas piernas a dos de las patas del tocador, dejándome inmóvil y completamente abierta y expuesta a él. Ante eso, Loki colocó su entrepierna sobre la mía y empezó a rozarse contra mí suavemente, hasta que pude sentir como su miembro se iba endureciendo hasta formar un enorme bulto.
Loki introdujo su mano por debajo de mi vestido, acariciándome lentamente la entrepierna por encima de mis bragas. Ese contacto me hizo estremecer de placer y mis piernas intentaron cerrarse involuntariamente, pero al estar atadas a las patas de aquel mueble, apenas se movieron, en ese momento Loki podría hacer todo lo que quisiera conmigo sin que pudiera oponer resistencia.
Él volvió a colocar sus labios sobre los míos mientras apartaba mis bragas hacia un lado para poder pasarme los dedos entre los labios de mi entrepierna, lenta y sinuosamente, de arriba abajo, primero y centrándose en mi clítoris después. Sentí como Loki sonreía al hacer eso, mi cuerpo estaba delatando lo verdaderamente excitada que me sentía.
—Para estar poniendo tanta resistencia veo que estás totalmente húmeda —me dijo mientras aumentaba la intensidad de su caricia sobre mi clítoris sensible ante tal estímulo y excitación, lo cual me hizo temblar y soltar un gemido.
—Tienes demasiada ropa —me dijo mientras observaba con sorpresa como mi vestido y ropa interior desaparecía, dejándome completamente desnuda y expuesta a él.
Loki me miró con detenimiento mientras sus pupilas se dilataban y se separó de mí para poder observarme mejor mientras se le formaba una media sonrisa al posar su vista en mi entrepierna.
—Voy a disfrutar tanto poseyéndote... Aunque no lo haré hasta que me lo supliques.
—No pienso suplicártelo —le dije no muy convencida.
—Ya lo creo que lo harás —dijo mientras se acercaba a mí y me introducía dos dedos.
Eso hizo que se me escapara un fuerte gemido y Loki me miró con satisfacción mientras los entraba hasta el fondo y los volvía a sacar
—Gime otra vez —me dijo introduciendo un tercer dedo y apretando su cuerpo al mío mientras sentía su respiración en mi cuello.
Me mordí fuertemente el labio para no darle tal satisfacción, pero entonces él liberó su mano de mi entrepierna para dirigirla a mis pechos, extendiendo mi humedad alrededor de mis pezones hasta que estos se pusieron más erectos aún, después, con ambas manos me agarró mis pechos, presionándolos ligeramente mientras que sus dedos índice y pulgar jugueteaban con la zona más erógena.
—Tu cuerpo lo está deseando. Suplícamelo —me dijo.
—Para, Loki, es lo único que te suplico —deseaba que me follara, pero si cedía ante él estaba perdida y dudaba mucho que me dejase marchar después en lugar de raptarme.
—¿Parar? No he hecho más que empezar —dijo mientras llevaba su cabeza a mis pechos.
Sentí su cálido aliento sobre uno de mis pezones y me estremecí incluso antes de que su lengua lo rozase y empezase a moverse en círculos por él, primero en uno y luego en otro, haciéndome gemir y sentir cosquillas desde mi entrepierna hasta mi vientre. Al final iba a conseguir hacerme suplicar.
Loki volvió a introducirme tres dedos mientras su boca no se separaba de mis pechos, aquella combinación iba a terminar provocándome un orgasmo y no podría evitarlo, pero Loki paró cuando me lo notó.
—No, no voy a dejar que te corras —me dijo—. No hasta que me pidas que te folle —añadió mientras hacía desaparecer sus ropas.
Loki colocó su larga y gruesa virilidad entre mis piernas, pero no me penetró, tan solo comenzó a rozarse conmigo, estimulándome enormemente mientras volvía a llevar su boca a mis pezones, esta vez dándoles pequeñas mordidas indoloras pero placenteras combinándolas con succiones.
Ya no aguantaba más, el hecho de tener su miembro rozando mi abertura me hacía sentir tan excitada que incluso me dolía.
—¡Para! —le dije—. ¡PARA Y FÓLLAME DE UNA VEZ!
Loki se apartó sonriente de mis pechos antes de volver a meterme su lengua en la boca y gemí al sentir como su grueso miembro me invadió, entonces, comenzó a embestirme tan fuerte que el espejo del tocador y todo lo que contenía cayó al suelo. Al tener mis manos atadas no tenía ningún punto donde apoyarme, pero Loki me apretó entre sus brazos y liberó mis piernas. Su gran miembro me provocaba gran placer al entrar y salir de mí y, ese placer, subía desde mi entrepierna hasta mi vientre y me hacía estremecer y contraerme.
—Vayamos a la cama, será más cómodo —me dijo mientras me liberaba también las muñecas.
Loki me sostuvo en brazos y, cuando llegamos a la altura de la cama, me lanzó sobre ella como si fuera una muñeca que no pesase nada, después, se situó junto a mí y me puso de costado mientras se llevaba una de mis piernas a su hombro y volvía a penetrarme fuertemente.
—Podría partirte en dos si quisiera —me dijo dándome duras y profundas embestidas.
—Lo sé, lo estoy sintiendo.
Sus embestidas eran tan profundas que, en algunas ocasiones, me provocaban algo de dolor, pero nada en comparación del placer que me inundaba después. No sabía cuánto tiempo llevaba Loki follándome, pero sentía como iba a llegar al orgasmo y mordí y agarré fuertemente las sábanas antes de recibir ese fuerte placer que me hizo temblar mientras gritaba el nombre de Loki, pero él no me dio tiempo a recuperarme de tal orgasmo.
—Arrodíllate —me dijo mientras se incorporaba.
Y así lo hice aún con el corazón, latiéndome fuertemente y con la respiración entrecortada. Loki me sujetó la cabeza para que me llevara su miembro a la boca y cerró los ojos a la vez que dejó escapar un gemido ronco cuando sintió mi boca y mi lengua moverse alrededor de su longitud. Me ayudaba con la mano para poder darle aún más placer, si bien Loki comenzó también a mover sus caderas para introducirse hasta lo más profundo de mi garganta.
—Más rápido —me dijo mientras aumentaba el ritmo y me apretaba la cabeza a su miembro para que no me separase de él, entonces sentí su líquido caliente en mi boca y, sin pensarlo, dejé que bajara por mi garganta.
—Bien hecho. Al final te has portado muy bien —me dijo él mientras me ayudaba a levantarme y volvía a hacer aparecer nuestra ropa—. He de irme. Tengo un compromiso y se me hace tarde, solo te pido que, por tu bien, no vayas a la plaza que hay frente al museo, si vuelvo a verte de rodillas ante mí haría que me la chuparas de nuevo delante de todo del mundo. Volveré a por ti cuando todo termine, si es que sigues aquí...
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