Midgard, 2023
Observé con atención el enorme poder que tenía en ambas manos, en la izquierda la Gema del Espacio; en la derecha, la del Tiempo. No tenía mucho tiempo para actuar, debía ser rápida en hacer aquello que llevaba 5 años planeando antes de volver a dejarlas donde estaban. Si me pillaban perdería la confianza del resto de vengadores, pero tenía que arriesgarme, tenía que intentarlo, tenía que traerles de vuelta...
Asgard, 20 años antes.
La gente puede pensar que la vida en Asgard es algo maravilloso, pero eso es sólo si perteneces a un selecto grupo, si eres una ciudadana normal tu vida puede ser igual de mierda tanto en Asgard como en cualquier otro lugar, y más si estabas enamorada de uno de los inalcanzables príncipes. Thor era amable con el resto de ciudadanos; Loki, en cambio, los miraba con arrogancia, de ambos hermanos tuve que enamorarme del arrogante.
No podía soportar la idea de que jamás estaríamos juntos y mucho menos olvidarle, ya que mi trabajo como sirvienta en palacio me hacía verle a menudo, aunque él jamás puso una mirada en mí. Por eso decidí huir a Midgard, allí tendría una nueva vida y una nueva oportunidad lejos del hombre que tanto me obsesionaba.
Por supuesto, Heimdall jamás me habría dejado cruzar pero tenía un as en la manga, había observado lo suficiente a Loki como para descubrir cómo salir de Asgard, él mismo, sin saberlo, me había enseñado la forma.
Apenas puse un pie en Midgard S.H.I.E.L.D no tardó en encontrarme, su oferta era tentadora, un buen apartamento y un buen sueldo sólo por colaborar con ellos. Por supuesto que no me fie y mentí sobre mi procedencia, ellos sabían que no era humana pero no sabían de dónde venía, así que les hablé de un mundo inventado, sabía que los midgardianos estaban muy lejos de descubrir los otros 9 reinos, pues no contaban con la tecnología suficiente.
Midgard, 2012
Sabía que S.H.I.E.L.D acabaría contactando conmigo tarde o temprano para terminar con alguna amenaza, pero jamás imaginé que la amenaza sería Loki.
Ahora allí estaba, ideando un plan junto a los que se denominaban Vengadores ya que, en el caso de que te negarme a pelear contra Loki, me encerrarían. Decidí cooperar pero intentando evitar estar cara a cara con el "Problema". Nat, Steve y Tony fueron a Alemania a por él, yo me quedé en el helicarrier con Bruce, sólo por si acaso.
Estaba en el laboratorio con Bruce cuando le vi, Loki iba encadenado pero aún así tenía una amplia sonrisa en el rostro mientras miraba a Bruce a través del cristal.
"Ni siquiera se ha fijado en mí y eso que sólo estamos aquí dos personas". Pensé decepcionada. Aunque en, el último segundo antes de desaparecer de nuestra vista, Loki hizo contacto visual conmigo y supe al instante que algo tramaba.
Tenía la boca seca, estaba tomando un vaso de agua cuando vi a Thor entrar en la sala, lo que hizo que se me cayera el vaso por la impresión de verle.
—¿Qué te ocurre _______? —me dijo Tony—. Estás más torpe de lo normal.
—Veo que la "caza" ha salido bien —le comenté.
—Sí, ha sido demasiado fácil.
—¿Y tú eres...? —le pregunté a Thor para disimular, por supuesto que sabía de sobra de quién se trataba.
—Soy Thor, hijo de Odín, heredero al trono de Asgard.
—O sea, que va de dioses la cosa...
—Tu cara me resulta raramente familiar... —me dijo Thor mientras me observaba con detenimiento.
Aquello me hizo sentir un leve temor, si Thor me reconocía y S.H.I.E.L.D se enteraba que había mentido... Por suerte los príncipes jamás se fijan en los sirvientes y Thor se encogió de hombros y apartó su vista.
Los vengadores empezaron a discutir sobre qué hacer y yo simplemente me fui de allí pues dudaba que tuvieran en cuenta mis opiniones. Estuve tentada a ir a la celda de Loki pero, si lo hacía, después lo que me tentaría sería liberarle, así que sólo me dediqué a dar una vuelta por el helicarrier hasta que escuché una explosión y el aparato comenzó a tambalearse.
Nos estaban atacando por lo que fui corriendo hacia donde estaban mis compañeros aunque el camino más rápido implicaba pasar por la celda de Loki. Bien, pasaría mirando al suelo y no le miraría fijamente, pero Loki no estaba, ni tampoco la celda que le contenía. Aunque no estaba completamente sola en esa sala, Coulson estaba tirado en el suelo con una herida sangrante en el pecho.
—¡Mierda! Coulson ¿Qué ha ocurrido?
—Lo... Loki... a tu espalda —es lo único que pudo decirme antes de sentir como unos brazos me agarraban por detrás y me levantaban del suelo.
Mordí fuertemente la mano que me sujetaba, haciendo proferir un grito a mi atacante y aproveché el momento en que aflojó su agarre para golpear con mi codo su estómago. Era sirvienta en Asgard, sí, pero eso no significaba que no supiera pelear, de hecho era una exigencia para trabajar en palacio.
Cuando me di la vuelta para volver a enfrentar a mi atacante casi se me para el corazón... Era Loki, quien aprovechó ese breve momento de confusión para llevar el cetro hacia mi pecho. De pronto sentí como la mente se me nublaba, ahora a quién debía obedecer era sólo a él.
—Acompáñame —me dijo, y así lo hice, en aquel momento no sentía nada, sólo era un cascarón que se movía porque Loki lo ordenó, me habría lanzado al vacío si me lo hubiese pedido.
—Date la vuelta —me dijo una vez dentro de la cabina de uno de los aviones.
Hice lo que ordenó y me puso unos grilletes en mis muñecas, yo no dije nada ni tampoco me resistí.
—Esto es simple precaución, sé que no vas a atacarme cuando te despierte pero, por si acaso, toma asiento.
Me senté en uno de los sillones y Loki volvió a apuntar a mi pecho con su cetro, esta vez liberándome del hechizo, fue como despertar de un sueño.
—¿Qué es lo que me has hecho? —le pregunté.
—¿Tu jefe no te ha contado lo que este cetro puede hacer? Ya veo como se preocupa de vosotros...
—¿Qué es lo que quieres de mí? Supongo que no me has despertado sólo para charlar.
—Pues precisamente por eso lo he hecho. Respóndeme a una cuestión. ¿Por qué alguien elegiría vivir en un planeta como Midgard en lugar de en Asgard?
—¿Qué?
—No te hagas la tonta conmigo, sé que has engañado a todos sobre tu procedencia pero no a mí, sé muy bien quién eres y, de hecho... —Loki se inclinó sobre mí quedando su rostro a escasos centímetros de la mía, pude notar su sonrisa antes de que sus labios rozasen los míos brevemente.
—. Sabía que me seguías aquel día, sabía que querías salir de Asgard y, por eso, te mostré el portal. Era consciente de que en un futuro necesitaría un aliado en Midgard.
—¿Qué?¿Lo sabías? —le pregunté.
—No hay muchas cosas que se me escapen y esta no fue una de ellas, notaba tu nerviosismo cada vez que estaba cerca, pude ver como no apartabas la vista de algunas de mis ilusiones pensando que era yo —dijo Loki poniendo una de sus manos en la parte interior de mis muslos y subiéndola poco a poco hasta quedar encima de mi entrepierna. Loki comenzó a moverla lentamente por encima de mi pantalón provocando que me estremeciera de placer—. Podría haberte tomado en cualquier momento, de hecho iba a hacerlo el mismo día que te escuché decir que querías ir a Midgard pero, entonces, cambié de opinión, si te follaba no querrías irte y, como he dicho, necesitaba un aliado aquí.
—Pues te ha salido mal la estrategia —le dije—. No soy tu aliada, ahora vivo aquí y defenderé este mundo que ahora es mío.
—Si hasta hablas como ellos y todo... —dijo Loki—. Es una lástima, me agradabas bastante.
—¿Vas a matarme?
—Es muy probable que mueras hoy. ¿Para qué te voy a engañar? Pero no será por mi mano, a menos que tenga que defenderme de ti.
Loki desabrochó los botones de mi pantalón e introdujo su mano por debajo de ellos y también de mis bragas, ante esto miré de reojo a los pilotos que estaban a unos metros de nosotros.
—No te preocupes por ello. —dijo Loki mientras me estimulaba—. No se van a girar y, si lo hacen, he creado una ilusión para que no nos vean, además, con esos cascos no pueden oír nada de lo que pase aquí.
—Esto no va a hacer que me ponga de tu parte Loki —le dije.
—Lo sé, pero considéralo un regalo por mi parte.
—No debes de estar hablando enserio...
Loki introdujo de golpe dos dedos en mí y sentí un pinchazo agudo que me hizo hacer una mueca de dolor.
—Para, Loki, me haces daño —le dije.
—¿En serio nunca has...? ¿Cómo es posible? De haberlo sabido habría sido más cuidadoso —dijo Loki retirando su mano y sentándose a mi lado, sin embargo, aquello no había acabado aún. Él tomó mi rostro y me besó con violencia mientras me atraía hacia sí y me colocaba a horcajadas sobre él—. Te propongo una tregua de una hora que será lo que tardaremos en llegar a Nueva York, una vez allí, tú sigues tu camino y yo el mío. ¿Qué me dices? —dijo besándome de nuevo salvo que, esta vez, sus besos descendieron por mi cuello.
—No creo que me dejes ir así como así.
—Lo haré, tienes mi palabra, cuando aterricemos podrás ir con tu amiguitos si es lo que deseas pero, mientras estemos en el aire, quiero que seas mía.
Notaba el bulto de Loki entre mis piernas, estaba muy excitada y pensaba que aceptar su tregua no estaba tan mal, nadie tendría por que enterarse y yo cumpliría uno de mis más profundos deseos. Ya había tomado mi decisión y besé a Loki con ansia, él puso su mano sobre mi nuca para profundizar el beso mientras hacía desaparecer nuestras ropas y los grilletes que me había puesto en las muñecas.
—Levanta un poco —me dijo. Cuando lo hice, Loki colocó el extremo de su erección en mi abertura y, el simple roce, me hizo humedecer más aún—. Baja al ritmo que consideres, si lo hago yo sé que te haría daño.
Fui bajando poco a poco, al principio no fue agradable pero, cuando tuve a Loki entero dentro de mí, pude sentir una pizca de placer en medio del dolor. Loki se levantó de su asiento conmigo a cuestas y me tumbó lentamente en el suelo, donde hizo aparecer unos cojines. Una vez acomodada, Loki comenzó a sacar y a meter su erección en mí en lentas y suaves embestidas.
—¿Te hago daño? —me preguntó.
—No, ya no me duele.
Y era cierto, ya no sentía nada de aquellos pinchazos iniciales sino un profundo placer por cada embestida de Loki. Comencé a mover también mis caderas debajo de él, buscando sentirle todavía más mientras él se inclinaba para besarme.
—Creo que estás preparada para aumentar la intensidad.
Loki colocó una de mis piernas sobre su hombro y comenzó a embestirme mucho más rápido.
—AH, LOKII —dije mientras ponía mi mano sobre su abdomen y le arañaba dejando la marca de mis uñas.
—Tendría que haberte dejado los grilletes puestos —me dijo mientras me sujetaba las muñecas y comenzaba a follarme aún más duro que antes.
Loki conseguía llegar hasta lo más profundo de mí, y cuanto más fuerte y profundo llegaba más placer me provocaba.
—Vamos. Quiero que te corras y que grites mi nombre cuando lo hagas —dijo mientras llevaba uno de sus pulgares a mi boca para que se lo chupara.
Loki usó ese pulgar humedecido para estimular uno de mis pezones y aquello, unido a sus embestidas, hizo que empezara a sentir un gran placer cada vez mayor hasta que estallé y un placer mayor se extendió por todo mi cuerpo.
—¡LOKIIIIII! —grité arqueando mi espalda.
Loki, al verme así, también se corrió y se quedó unos minutos encima de mí mientras recuperábamos el aliento, después, se levantó e hizo aparecer las ropas de ambos.
—Dicen que la primera vez que lo hacéis no suele ser placentero para vosotras, pero te he visto muy entregada —me dijo.
—Pues para mí sí lo ha sido.
—Porque estabas completamente segura de hacerlo y muy excitada. En fin, es una pena que elijas un bando diferente al mío, podríamos repetir esto siempre que quisieras.
—Loki... No vas a ganar. Aún estás a tiempo de retirarte.
—Mi ejército es muy poderoso.
—No nos subestimes.
Loki me miró con una media sonrisa, estaba claro que nos subestimaba pero daríamos hasta el último aliento para detenerlo, intentaría hacerlo yo ahora mismo pero Loki me superaba en fuerza, habría sido un suicidio en toda regla, era mejor esperar a que cumpliera su parte y me dejara ir.
—Estamos llegando —me dijo—. Te dejaré ir, no te seguiré, ni te dispararé ni trataré de manipular tu mente, eso es lo acordado, pero no te protegeré de mi ejército y, si te cruzas en mi camino para intentar detenerme, ten por seguro que me defenderé.
Aterrizamos en la torre Stark donde tenían instalado el dispositivo que abriría el portal al ejército de Loki.
—Tienes una última oportunidad para unirte a mí —me dijo.
—Lo siento, no puedo —dije dándole un pequeño beso en los labios antes de irme rápidamente de allí.