A Perfect World

Galing kay Valky_moon

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"El mundo puede ser perfecto siempre que quieras creer que es así" Bajo la apariencia de una vida sencilla y... Higit pa

1. Un lugar llamado Wando-eup.
2. La familia Park.
3. Y no todo es lo que parece.
4. El sufrimiento de Hye Sun.
5. Un encuentro desafortunado.
6. Un problema para Sehun.
7. El oscuro pasado de Kyungsoo.
8. Park Chanyeol, un buen policía.
9. Kim JunMyeon, un hombre despiadado.
10. Kim JongIn y Park Hye Sun.
11. Sweet candy.
12. "¿Es usted una buena persona, doctor Do?"
13. Espinacas y fresas.
14. Cuando alguien nos decepciona.
15. Una tentación cada vez más real.
16. Fractura en el tiempo
17. Contacto.
18. Codicia.
19.El gran error de Sehun.
20.Conexión Beijing.
21. La furia de JongIn.
22.Los ojos nunca mienten.
23. Kim Jongdae, el hombre que no olvida.
24. Hay cicatrices que nunca sanan.
25. Un mal necesario.
26. Lose control.
27.Un matrimonio fallido.
28. Un pasado que marca de por vida.
29. Cuidado con lo que deseas.
31.Una proposición indecente.
32. Envidia.
33. Abusos silenciados.
34.Bambi
35. Ricos y pobres.
36. Sólo pienso en ti.
37. Los sueños, sueños son.
38. ¿Qué está pasando en Wando-eup?
39. Crónica del desamor.
40. Cuando el miedo atenaza.
41. Infiel.
42.La mentira es la forma más simple de autodefensa.

30.Una noche tormentosa.

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Galing kay Valky_moon

Dejo mis palillos a un lado cuando termino de cenar, me siento llenísimo y la verdad es que LuHan tenía razón, Hye Sun es una excelente cocinera, esa chica me fascina cada día más, no comprendo cómo puede ser tan joven y a la vez tuviese tantas habilidades.

Yo con 18 años era un cero a la izquierda con la cocina, acostumbrado a los guisos de mi madre, la verdad es que no tenía mucho interés en ello, cuando me independicé le vi las orejas al lobo y fue cuando me puse serio para aprender.

Sabía que me podía esto, entre más cosas supiera de ella, más interés despertaría en mí su persona, me gusta su forma de ser, me gustaba demasiado para autoconvencerme de que solamente me atraía por ser una cara bonita.

Fue una cena agradable, donde Chanyeol a pesar de lo que cansado que estaba nos arrancaba a todos una risa con alguna de sus ocurrencias, se puede decir que es bruto como un arado pero a la vez esa forma de expresarse resulta muy graciosa.

—LuHan, a fregar los platos —le ordena Chanyeol.

—Voy tío.

—Iré ayudarlo —se levanta Hye Sun recogiendo algunos platos.

Veo como ambos hermanos se internan en la cocina, LuHan se pone los guantes mientras acciona el grifo del fregadero, Hye Sun en cambio le va llevando las cosas para que las vaya limpiando.

Chanyeol aprovecha que se marcharon para abrir la ventana y encenderse un cigarrillo, a pesar de que ya de noche, se nota que el cielo está encapotado porque no se ve ni una estrella.

—Pues vaya, parece que va llover —se lamenta echando el humo hacia afuera.

—Eso parece.

—Oye Baekhyun, espero que no te haya molestado que se hayan quedado a cenar, LuHan lleva toda la semana preguntándome cuándo podía venir, y le di largas cuánto pude, pero el pobrecito echa de menos las tardes que pasábamos juntos.

—En todo caso Chanyeol, tengo que ser yo el que tiene que pedir disculpas por ser un okupa en tu casa.

—¡Ya hostias! Qué me estás contando Baekhyun, estoy encantado de que estés aquí, no tenía la casa tan limpia —se ríe a mandíbula abierta —desde nunca.

Me río con él, la verdad es que desde que comencé a vivir aquí siempre me sentí muy bien aceptado por su parte, sabe que soy ordenado, aunque no tanto como el obsesivo de nuestro amigo Kyungsoo. Chanyeol nunca le dio demasiada importancia a eso, pero ahora se esfuerza en alcanzar unos mínimos, por ejemplo no encontrarme su ropa interior tirada en medio del pasillo como el primer día de dormir aquí.

Veo que tiene intenciones de cerrar la ventana y le dio el alto con la mano.

—Si no te importa, déjala la abierta y si abres la otra, mejor, la verdad es que tu casa es muy calurosa.

—¿Pasas calor por la noche? —me pregunta sorprendido.

—Un poquito.

Mentira, paso un calor de muerte, en Seúl vayas adónde vayas todo el mundo tiene aire acondicionado, es raro que un hogar no lo tenga y si no lo tiene es porque no puede pagárselo.

—Seguro que has vivido toda tu vida con aire acondicionado, pues que sepas que ese aire que sale de esas máquinas es malísimo —me dice poniéndome mala cara cómo si estos aparatos lo hubiera inventado el demonio.

—O... Oye Chanyeol, no tiene nada de malo vivir más cómodo no crees, soy sensible al calor y tampoco es que pusiera el aire en mi casa a 20º grados, además, aún no estoy acostumbrado a la humedad de esta isla.

—Esta noche te sacaré el ventilador que guardo en el trastero, deberías habérmelo dicho antes.

Pues no iba a decirle que no.

—Gracias Chanyeol.

Hye Sun y LuHan vuelven de la cocina, desgraciadamente presiento que pronto se marcharán, aunque ya es lógico siendo las nueve de la noche.

—Hye Sun ¿hoy has quedado con tus amigas? —le pregunta Chanyeol sonriéndole exageradamente, en cambio ella se muestra repentinamente tensa.

—No tío, esta noche no he quedado con ellas.

Escucharle decir eso me alegra un montón, lo sé, muy ruin por mi parte alegrarme de que no haya quedado con su novio, de hecho admito que le tengo celos a ese niñato.

—¡Oh! En ese caso tenemos a una más para la sesión de esta noche —anuncia Chanyeol chocando sus manos —hoy estrenamos la nueva serie de Netflix, zombieland ¿verdad LuHan?

—¡¡SÍ TÍO!!

Hye Sun no le ve nada claro, y yo tampoco, no tengo ni idea de qué va esa serie, pero por el título no creo que sea sobre la migración de los elefantes en la sabana africana.

—Tío, no crees que esa serie no es adecuada para Lu...

—¿Eh? ¿Por qué no? A tu hermano le gusta las pelis de zombies, ya se vio la serie Walking dead entera.

—¡¡TÍO!!

—Hye Sun —intenta calmarla —Lu ya tiene 15 años, es un hombrecito y te aseguro que disfruta mucho viéndolas.

Sinceramente, yo no soy muy fan de este tipo de series, no es que me den miedo, pero prefiero las de acción o de risa, y viendo la cara de Hye Sun, tampoco es que sea muy aficionada a las series de zombies.

—Hye Sun —interviene LuHan —el tío y a mí nos gustan, es lo que solemos hacer cuando te vas con Sehun.

Silencio.

Chanyeol carraspea mientras coge el mando, es realmente gracioso cómo LuHan suelta eso de una forma tan natural cuando nosotros dos a pesar de que ya lo sabíamos, nos hacíamos los tontos.

—A sentarse, que comience la sesión —nos ordena Chanyeol.

Yo me senté en una esquina, me gusta apoyarme en el reposabrazos y veo que Hye Sun se sienta a mi lado, me pongo nervioso, siento sus muslos rozarse con los míos, hasta que ella opta por cruzar las piernas, aunque intento no hacerlo, de vez en cuando se me van los ojos para mirarla, y ella me responde con una sonrisa.

Y esos labios, esos labios carnosos en forma de fresa, siempre que los veía encendían mis instintos más bajos.

Resignado miro la televisión, aceptando que lo prohibido alimentaba más mi deseo.

Sehun se deja las manos, los brazos y hasta los sobacos en esas perolas para dejarlas como una patena, está agotado de tanto frotar y aún le quedan un par de horas por delante.

Ahora comprende cuando le decían lo duro que era trabajar, en su vida había sudado tanto y se siente tremendamente sucio oliendo a las fritangas que impregna su ropa de la freidora del señor Yang.

Sabe que no debería quejarse, trabaja en un restaurante chino de su barrio y no le pagan mal, aunque el esfuerzo es agotador de tanto lavar perolas, cubiertos, platos y vasos.

¿Es que no sabe que existe el lavavajillas?

Se ríe como un idiota, pensando que un inmigrante chino le diera un trabajo por horas a él, un coreano patrio, ya que siempre fue muy crítico con los extranjeros de su barrio.

Gumi-ru es un crisol de culturas, pero lo que más abundaban eran chinos, tailandeses y filipinos, simplemente con oler alguna de sus calles podías saber qué nacionalidad se había mudado allá.

Y hasta un día reconoce que paseando por la zona de los tailandeses, olió el pad thai de un restaurante que lo estaba cocinando y se le antojó comprarse una ración.

—Sehlun, tú más rápido limpliar, mucho aún por limpliar —le dice el señor Yang.

El pobre resopla, si es que le van a salir hasta callos, el jabón que usa no es que sea muy bueno, por no decir de la esponja, está tan sucia que no sabe qué esquina usar ya.

—Oiga maestro, no tendrá por ahí otra esponja, a poder ser nueva.

El señor Yang se acerca al fregadero, estira del cordón del tapón para que se vaya toda el agua sucia, luego procede a abrir el grifo y le roba al esponja, la estruja para quitarle toda la mierda y vuelve a tener ese color verdoso tan característico de cuando está nueva.

—Tú sacar agua si tú ve que es negla.

Sehun asiente un poco avergonzado, apoya los codos en el fregadero, viendo cómo el agua limpia corre, cuando nota que está lo suficiente caliente sin quemarse vivo, vuelve a poner el tapón y lanza un chorro de la botella de jabón.

Al menos sus uñas ya no están tan negras y no le da tanto asco limpiar los restos de la comida de la gente.

Oye que alguien entra en el local, es raro porque a esas horas ya no se acepta clientela, solamente a domicilio, respira tranquilo y sigue con su faena mortalmente aburrida.

—¡Buenas noches! ¡Venimos a por cuatro bimbibap!

Sehun alza la vista rápidamente al reconocer aquella voz ¿Qué coño estaba haciendo SeoJoon y los demás chicos de JongIn en su barrio?

—Aquí no bimblibaz, tú váyate.

—Pero oye viejito ¿Cómo que no hay bimbibap? ¡Si estamos en Corea!

—Aquí sólo comida china, váyate.

Era muy evidente lo que estaba pasando, Sehun prefiere no meterse, si le vieran sería peor, encoje los hombros y el cuello, sólo desean que se marchen.

—¿Dónde está el libro de reclamaciones? ¡Ah mierda! Creo que todo esto se debe a que el puto chino no tiene ni idea de coreano —dice el muchacho apoyando apoyando sus manos sobre el mostrador mientras que los demás se reían por lo bajo —Q U I E R O    C U A T R O    B I M B I B A P ¿Comprendes ahora Chunlee?

—Mi entender, pero no bimbibap, si tú no fuera, yo llamar policía.

Las risas estallan y el pobre hombre ya no sabe qué hacer para hacer que se marchen, se oyen murmullos de otros trabajadores del restaurante en chino, algo que SeoJoon aprovecha para darle más candela al asunto.

—¡Qué habléis en coreano, coño! —les chilla golpeando la palma de la mano sobre el mostrador —¡¡Sehun!! ¿Podrías hacer salir de ahí y decirle a Chunlee lo que queremos?

Él se queda blanco al oír su nombre, sabían desde el primer momento que él trabajaba allá, sigue repitiendo su nombre y no tiene más remedio que acercarse a hacia ellos.

No comprende por qué están allá, como si no tuvieran nada mejor que hacer un viernes por la noche.

—Qué pasa SeoJoon.

—Dile a tu jefe que queremos cuatro bimbibap.

—Oye, ya vale colega, sabes que aquí no hacen de eso, así que márchate.

—Mierda Sehun, a JongIn se le antoja un bimbibap ¿Qué puedo hacer? —le pregunta dramatizando sus gestos.

—Y a mí por qué cojones me preguntas, largaos de una puta vez —vuelve a insistir mirándolo fijamente.

Ve que uno de los chicos la da una patada a una de las sillas y otro directamente tira una de las mesas al suelo.

—Ves Sehun, los chicos se han enfadado, ahora dime tú cómo arreglo esto ¿Sabes hacer bimbibap?

—¡¡CÓMO COJONES QUIERES QUE TE LO DIGA!!

SeoJoon hacía mucho tiempo que lo estaba buscando, pero le podía darle más una paliza que simplemente entrar en el local como ordenó JongIn para ridiculizarlo, le lanza un furibundo puñetazo en toda la mejilla pero Sehun no se queda atrás y le devuelve el golpe, el resto de los chicos le rodean, sabe que está desventaja pero aún así piensa presentar batalla, hasta que sus piernas aguanten.

El señor Yang y el resto de los trabajadores se refugian detrás del mostrador, uno de ellos llama a la policía, están aterrorizados y son incapaces de mirar la paliza que le están dando a Sehun.

De pronto una mano poderosa detiene uno de los golpes que iba a recibir, aquel hombre mira a los cuatro con rabia, y sin mediar palabra comienza a ensartar una serie de patadas voladoras contra ellos, todos caen al suelo violentamente, sorprendidos por sus habilidades en artes marciales, se levantan y vuelven a cargar contra él.

Con un salto de dos metros se sitúa encima del mostrador, riéndose de esos críos, no son conscientes que solamente apretando una parte de sus cuellos sería capaz de matarlos en dos segundos.

Sehun consigue apoyarse en la pared, se limpia la sangre de su cara con el dorso de su mano, no conoce de nada a esos dos tipos que entraron en el local, pero está claro que el chino volador sabe pelear muy bien, y el otro tiene pinta de serlo también, aunque se mantiene al margen como espectador.

La pelea duró lo que dura un suspiro, los cuatro yacían tirados por los suelos lloriqueando por los golpes recibidos, de pronto el que parece más alto le dice algo en chino al otro y dejan el local apresuradamente, Sehun no entiende por qué lo hacen, al menos quería darles las gracias.

La policía irrumpe en el local y se quedan sorprendidos por el desastre, el señor Yang se explica como puede lo que ha pasado, mientras que los agentes levantan del suelo a los chicos, Sehun ve que el señor Yang se acerca a él preocupado.

—¿Estás bien Sehlun?

—Bu...bueno, no sé qué decirle...

—Váyate al hospital, mira tu salud.

—No se preocupe señor Yang, soy más duro de lo que piensa.

Mentira, le dolía hasta las pestañas, pero no tenía dinero para ir al hospital para que lo curasen, se toca el cuerpo, examinándose de que no hubiera algún hueso roto, y como ve que no es así, se levanta y le pide al señor Yang ir un momento al baño, mientas se dirige hacia allá oye que uno de los agentes le pregunta a su jefe si quiere abrir alguna diligencia.

El señor Yang mira a esos chicos, no parecen para nada asustados, si no totalmente lo contrario, se sonríen ladinamente y hasta bromean entre ellos.

—Nada nada, son pleleas de niños.

Sehun se siente decepcionado, sabe que la comunidad china se relaciona poco con el resto de la gente de la isla, son herméticos y raramente hablan con otra persona que no sean de su misma nacionalidad.

Al final decide hacer caso a su jefe, y deja el local antes de lo previsto, pero igualmente le paga lo que habían acordado, su última paga porque ya no volverá más.

Posiblemente el señor Yang lo único que quería era no tener problemas, y pensó que si alejaba Sehun de su negocio, alejaría a esos chicos también.

Quiere llorar de la rabia, aún le debe mucho dinero a JongIn y sólo tiene quince días para que acabe el plazo, está desesperado, tanto, que haría cualquier cosa.

Estábamos viendo el segundo capítulo de la serie cuando de pronto sonó un tremendo relámpago que hizo vibrar las ventanas del salón, no es que me diese miedo pero me daba respeto.

Oigo cómo LuHan comienza a murmurar por lo bajo, su respiración está agitada y estoy realmente temiendo que le vuelva a entrar otra crisis pero ¿Por qué?

Otro relámpago vuelve a caer, iluminando el cielo por completo por un segundo, esta vez LuHan chilla histérico y se aferra a Hye Sun, procura calmarlo acariciándolo los cabellos mientras que veo que Chanyeol corre hacia las ventanas y las cierra de golpe, corriendo las cortinas y haciendo lo mismo con el resto de las habitaciones.

—Todo cerrado Hye Sun —le informa cuando vuelve a aparecer por el salón.

—Gracias tío —ella se levanta y veo que ambos se dirigen a la entrada—me lo llevo a la habitación.

—Claro, nosotros estaremos aquí.

No sé que pensar, viendo como estaban actuando los dos, esto ya había vuelto pasar más de una vez, me rasco la cabeza, sé que los autistas se alteran con ruidos muy fuertes, son sensibles a eso, pero lo que había pasado antes iba mucho más allá.

Estaba aterrorizado.

—Mi sobrino le tiene miedo a los truenos —me dice por fin.

—No lo sabía, en su expediente no dice nada de eso —le comento mirando hacia al pasillo mientras escuchaba a Hye Sun como si le estuviera cantando bajito.

—En realidad no sabes muchas cosas de él, Baekhyun.

Normalmente, cuando una persona te suelta eso, esperas que entonces te diga, pero no, Chanyeol permanece en un mutismo absoluto, hasta que por fin se levanta y me mira desde la entrada del salón.

—Vamos a ver a LuHan.

Asiento, estaba muy inquieto por saber cómo se encontraba, él permanece tumbado en la cama, en la que yo usaba, abrazado por Hye Sun. Ella mira a su tío y como si se hubiera inventado un código le hace una señas con las manos, Chanyeol respira aliviado y deja caer un suspiro pesado.

—Hye Sun, creo que lo mejor será que esta noche durmáis aquí, sigue habiendo tormenta, llama a tu madre para decírselo.

—Tío, mamá ya debe de estar durmiendo, y tampoco quiero despertarla, mañana se levanta muy temprano.

—Entonces, envíale un mensaje, al menos que se tranquilice cuando se levante y vea que no estáis en casa.

—Vale, ahora lo hago —ella agacha la cabeza hacia su hermano y le sonríe —¿Lu, te parece bien dormir en casa del tío esta noche?

—Siempre me gusta dormir aquí, puedo cerrar los ojos tranquilo.

Esa enigmática frase me hace pensar ¿Qué está pasando en casa de los Park para que un muchacho que poco conoce del mundo haya dicho eso? Veo que Chanyeol sale de la habitación, no lo comprendo ¿Acaso él lo ve normal? Me hace señas para que lo siga, y lo hago, hasta que nos detenemos en su habitación.

—Viendo las circunstancias de hoy Baekhyun, hoy dormirás conmigo, si necesitas algo de tu habitación ve a recogerlo antes de que se acuesten.

La verdad es que tenía pocas cosas personales, al menos a la vista, pero sí que tal vez necesitaba mi cable para conectar mi móvil a la corriente.

No es que me de cosa dormir con un hombre, recuerdo en mi etapa estudiantil que alguna vez después de pegarnos alguna juerga aparecer en la cama de algún amigo, pero esto completamente diferente.

Vuelvo a mi cuarto, LuHan ya se ha puesto el pijama y está acostado en la cama de su hermana, con los ojos abiertos y observando cómo Hye Sun está deshaciendo la cama para poner unas sábanas limpias.

—Hye Sun, dámelas, las doblaré, apenas las he usado unos días, no vale la pena lavarlas.

—No se preocupe profesor Byun, mañana pongo una lavadora a primera hora antes de irme y ya las tendrá de nuevo listas.

Miro a LuHan, parece que está tranquilo y no presiento que vuelva a tener otra crisis.

—Cómo estás LuHan.

—Estoy bien profesor, siento mucho causar tantos problemas.

Me acerco a él y me siento en la cama, en la cama que en teoría era la de Hye Sun.

—No digas tonterías, todos tenemos miedos, es lo más normal del mundo.

Él me cierra los ojos y aprieta las sábanas con sus manos, dios, si ya difícil hablar de nuestras vulnerabilidades, lo es todavía más cuando alguien tiene problemas para expresarse.

—Todo está bien LuHan, sabes, yo le tengo miedo a los bichos que vuelvan.

—Lo sé, Hye Sun me lo dijo —me quedo un poco cortado, no sabía que yo era punto de conversación entre ellos dos, le sonrío afablemente, procurando darle serenidad —pero estoy seguro que sus bichitos no le persiguen algunas noches como me pasa a mí en noches de tormenta.

Pues no, mi fobia no llega a esos extremos, creo que lo mejor será comentárselo a Kyungsoo y ahondar en eso, quizá tal vez sea algún trauma del pasado o no sé, para eso están los expertos.

Me despido de ellos deseándole las buenas noches, hay cosas de LuHan que no me cuadran, creo que cuando vuelva al colegio, le pediré a Kyungsoo echar un vistazo a su historial médico, presiento que ese chico está lleno de misterios. 

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pd, no es mi intención ridiculizar el acento chino, era para remarcar las dificultades lingüísticas de estas personas en la historia : ) 



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