Buscando el Paraiso (+21)

By girl_blue_666

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San Francisco y el mundo entero era un caos, Hanna liderando uno de los mayores negocios ilegales, la fama de... More

ANTES DE LEER
PERSONAJES
⚠ ADVERTENCIA ⚠
PRAESAGIUM
Capítulo 1 (Parte 1)
Capítulo 1 (Parte 2)
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 40 (Parte 1)
Capítulo 40 (Parte 2)
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46 //FINAL//
Epílogo
PRAESAGIUM
⚠NOTICIA IMPORTANTE⚠
CONTINUACIÓN

Capítulo 39

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By girl_blue_666


Adrien

— ¡Adrien! ¡James!

Bajo mi fusil poniéndole el seguro de inmediato y me quito los protectores de los oídos girándome junto al británico hacia la mujer que corre desde el almacén de entrenamiento.

La miramos correr con sus brazos junto a su cuerpo, y cruzamos miradas entre ambos confundidos cuando llega a nosotros y respira agitada tratando calmarse.

— ¿Estás bien...? — James la mira preocupado y la mujer se recompone con los ojos cafés brillando en emoción.

— ¡El señor Derryl! — Grita. — ¡Me llevara con él a Dubái! ¡Comenzare a trabajar como guardaespaldas!

Nos abraza con fuerza riendo emocionada.

— Eso es genial Stella, ¿Cuándo se irán? — James le sonríe y ella le mira ofendida.

— ¿Ya me estás echando?

— ¡No! Es solo que necesito una fecha para hacer la parrillada con los chicos el día siguiente.

Me rio a carcajadas cuando la chica comienza a gritarle por ser tan malo.

Desde que comencé a venir a los entrenamientos con los guardias de Derryl, me hice bastante cercano con cada uno de los futuros guardaespaldas, sin embargo, James y Stella son los únicos con los que me hablo luego de salir de aquí.

James vino desde Chester hace un par de años a entrenar con Derryl y hace dos años es orgullosamente un miembro de los guardias Morgan, porta su pistola dorada y todo el rollo. Y Stella vino desde Arizona hace unos meses para cumplir su sueño de ser un soldado, ya que el ejército americano no la acepto por su historial criminal.

Sigue sin decirme que fue lo que hizo, no creo que haya asesinado a alguien, es muy pequeña y ruidosa para hacer algo así. Sin embargo, es algo que siempre vuelvo a pensar cuando en el ring se lanza sobre mi como un gato rabioso.

A medida que ellos terminan de discutir como la mayoría del tiempo, yo igual calmo mi risa y veo al inglés desordenar el cabello de la chica de un metro y sesenta con una sonrisa.

— Felicidades Stella, solo recuerda quien eres, y nunca ser parte de las Perras.

La chica asiente sonriendo y junta su mano con la de él en un puño.

— Ser quien soy y nunca ser una de las Perras.

La chica choca su puño conmigo también y luego corre hacia el grupo que entrena cuerpo a cuerpo y les cuenta la noticia ya que todos la abrazan.

— ¿Ser una de las perras? — Pregunto mirando todavía el grupo que estrecha a la castaña.

— Ya sabes, los hombres de Hanna. — Lo miro confundido y se rasca la cabeza haciendo una mueca. Suele hacer eso cuando me cuenta algo que no debe.

— ¿Los guardias de Hanna se llaman Perras? — Rio. — ¿Gerald es el jefe de las perras?

— ¿Qué? ¡No! Esa es Fátima, Gerald es el jefe de guardias, no el de las Perras.

— ¿Quiénes son las Perras entonces?

— Las Perras de Hanna Morgan. — Suspira. —Veras, están los guardias de la señorita Hanna, los que la cuidan a ella, y están sus Perras, los que hacen el trabajo sucio, los que cuidan la mercancía durante los traslados, se encargan de distribuirla y atienden los asuntos ilegales. Las Perras, Dios... Son unos enfermos.

La curiosidad me pide saber más.

— ¿Y por qué no se debe ser una Perra?

— Porque una vez que te conviertes en una Perra de Hanna Morgan, no dejas de serlo hasta que mueres. En el mundo existen tres grupos de psicópatas armados a los que nunca quieres enfrentar; El ARMY estadounidense, ISIS, y Las Perras de Hanna Morgan. ¿Y sabes por qué? Porque todos esos dementes están dispuestos a morir por su líder.

¿Hanna lidera un grupo igual de peligroso que una organización terrorista?

🚬🚬🚬🚬

— Rusia, ¿Eh? — Suspiro escuchándolo y sigo secando los platos. — Y Hanna en Alemania... un mes, bueno, dos meses en realidad. ¿Tanto extrañabas a tu familia?

— Benito, entre Hanna y yo ya no hay nada. — Murmuro girándome hacia él mirando hacia la entrada de la cocina. — Te dije que quiero ser un buen novio para Tania, y eso no ha cambiado luego de que me dispararan.

El moreno me sigue mirando y se inclina hacia mi tocando mi pecho con su índice.

— No sabes cómo espero que se te trabe la lengua con una mentira más para poder romperte el rostro y decirle a mi hermana el desgraciado que eres.

Rio y lo empujo con cuidado, pero de manera firme para marcar los límites entre nosotros. Doy un paso hacia él y le mantengo la mirada.

— Un jodido crio no me da miedo, asique mete tus amenazas donde te quepan porque me aburre escucharte. — Choco mi hombro con el suyo al salir y voy de regreso a la sala donde su hermana mayor me recibe con una sonrisa y me pide que me siente a su lado.

Rodeo su cintura dejando un beso sobre su hombro y sigo con la mirada al adolescente cuando pasa frente a nosotros para ir hacia las escaleras.

— ¿Benito no veras la película con nosotros?

— No, iré a prepararme para el trabajo.

Su hermana mira al chico subir las escaleras y acaricio su espalda para que no le tome atención.

Nos quedamos junto a su hermana menor y a su madre viendo una película la cual hace dormir a la mujer mayor y me hace cerrar los ojos para descansar solo unos segundos.

Desde que llegue de Alemania lo he tenido encima, Benito no es tonto y sabiendo lo que hubo entre Hanna y yo, no le es difícil pensar que durante esos dos meses si nos vimos. Si solo supiera que durante esos dos meses no hubo noche que no estuviéramos juntos, claro, dejando de lado esas noches que tuve que dormir con Gerald.

El qué Benito lo sepa me pone de los nervios, y solo me confirma que debo terminar lo mío con Tania. No por que vaya a golpearme, eso no me interesa, pero si Tania se entera por él y no por mi... No quiero lastimarla.

Aunque creo que es algo inevitable, solo podemos hacer que sea menos doloroso diciéndoselo yo y no su hermano.

Ahora Hanna sigue en Argentina, no me ha contestado las veces que la he llamado y mucho menos responde mis mensajes, quiero creer que es porque está ocupada, y no porque vio la historia de Tania donde el regalo que ella me dio, Tania lo exhibe como si fuera de ella.

La hora pasa y cuando la mujer a mi lado se levanta, me despierta haciéndome ver la hora en mi móvil. Me levanto al igual que ella y tomo su rostro besándola repetidas veces diciéndole que ya debo irme.

— ¿Por qué no te quedas a dormir aquí? — Hace un puchero colgándose de mi cuello y le sonrió acariciando sus mejillas.

— Debo adelantar trabajo, falte dos meses, ¿Recuerdas?

— Ya pero no lo harás durante la noche, debes descansar también. — Murmura y lo pienso unos segundos, asiento y ella sonríe ampliamente besando repetidas veces mi mejilla. — ¡Genial!

Rio viéndola emocionada y la ayudo a llevar a su madre a su cuarto recostándola sobre la cama mientras Tania acomoda las cobijas sobre ella. Una sonrisa se adueña del rostro de mi novia mientras acaricia las mejillas de la mujer.

— Ocho años espere por tenerla aquí... — Me mira y mi pecho se agita cuando veo sus ojos cristalizados. — Y al fin la tengo mi amor, mi mami está conmigo.

— Lo está, cariño, lo está. — Tomo su otra mano dejando un suave beso sobre ella. — Ven, vamos a dormir, tu madre debe descansar también.

La chica asiente y ambos salimos subiendo al segundo piso. Entrelazo nuestros dedos hasta llegar al cuarto y me deja solo allí diciéndome que ir al baño. Entro en la amplia habitación y paseo mi mano por las distintas fotografías que tenía la ex chica ROM, colgadas.

La mayoría eran de su familia, sus hermanos de bebes, su madre sosteniéndolos, e incluso de ella de pequeña. A medida que avanzo los años pasan en las fotos, ya no hay fotos de una Tania adolescente, sino que las fotos de Tania en San Francisco, eran fotos que ella misma se hacía, y podías notar algo, era sutil, pero si lo notabas, ya no era tan sutil.

Las sonrisas que mostraba durante su niñez y adolescencia, ya no estaban, habían sido reemplazadas por sonrisas de labios juntos, sonrisas forzadas, y grandes ojeras en algunas. La tristeza que Tania sentía trabajando en ROM, quedo pasmada en cada una de esos retratos.

Entonces llegue al final de la pared, tenía fotos con los ROMERS, fotos con cada uno de ellos y también con todos en otras, pero ni una con Hanna. Cuando trabaje en la barra, Thomas me comento que Hanna era muy desconfiada con las de su sexo, y por eso nunca le intereso formar una amistad con la morena.

Cosa que cambio durante el último año.

Al igual que Tania, en sus fotos había sonrisas verdaderas, ya nada parecía forzado y creo que era el saber que su familia ya podría vivir con ella, porque ya tenía el dinero juntado. Eso combinado con la mejora de su autoestima, me lleva a la última foto, esa foto que tome yo, donde Tania esta al fin luego de ocho largos años, en el mismo sofá que sus hermanos y su madre.

Según Tania su felicidad comenzó cuando quito su nombre del tercer piso de ROM, yo creo que comenzó cuando se reunió una vez más con su familia.

— ¿Qué haces?

— Busco la foto de nosotros. ¿No soy tan importante como el puente Golden Gate? — La miro ofendido y ella ríe tirando de mi mano llevándome hacia la cama.

— Claro que no, lo eres más, y quite tu cuadro de la pared, porque... — Toma un cuadro de la mesa junto a su cama y me enseña el retrato sonrojada. — Porque te extrañe estos dos meses y quería que fueras lo último que viera al irme a dormir.

Sonrió enternecido por sus palabras y se abraza a mi cuerpo besando mi mejilla con calidez.

»— Te extrañe mucho, mucho, mucho. — Hace un puchero y lo beso sonriendo.

— Yo igual nena, me hubiese gustado pasar navidad contigo y tu familia.

Mis palabras la hacen levantarse de golpe y me sonríe.

— Hablando de Navidad, tengo una sorpresa para ti.

— ¿Ah sí? ¿Un regalo para mí? — Murmuro tirando de su cintura y la beso con lentitud disfrutando de sus besos calmados.

Corre hacia su armario y se encierra ahí diciéndome que la espere. Me recuesto sobre la cama viendo por la ventana y los pequeños copos de nieve comienza a caer contra la ventana.

Estamos en pleno invierno, y desde año nuevo no ha dejado de nevar.

Solo espero que no cancelen los vuelos o quizás cuando volveré a ver a Hanna.

Hablando de ella, todavía no responde mi mensaje. Miro hacia el closet y abro su chat decido a mandarle otro mensaje.

Yo: Hey, ¿Cómo está todo por allá? En Argentina es verano, ¿No?        /07 – 01/

Yo: Cielo, ¿Todo bien con los negocios?            /08 – 01/

Espero dentro de su chat respuesta, que si quiera se conecte y me ignore, eso por lo menos es una señal, sin embargo, no recibo nada.

Ansió verla, estuvimos dos meses juntos, juntos literalmente, y creo que eso intensificó significativamente lo nuestro.

— ¿Con quién hablas?

Cierro el chat bloqueando el móvil.

— Thomas, me preguntaba si le traje algo de Rusia.

Levanto la mirada y trago saliva al verla.

Tania avanza con una sonrisa tímida hacia mí y se detiene a los pies de la cama con la mirada baja. Ligeros rojos se abrazan a sus grandes muslos, las bragas y sujetador son del mismo color y llevan hilillos simulando ser nieve que hacen lucir el sexy traje, tierno.

Sus piernas se entrelazan entre ellas, sus manos toman sus muñecas sobre su abdomen, sus hombros se encojen y su cabello cae rozando sus hombros. Luce tan tiernamente sexy.

— Feliz navidad atrasada.

Rio mirándola y me levanto avanzando hacia ella. Tomo sus manos y deslizo mis dedos por sus brazos hasta sus hombros.

— No tenías que hacerlo.

Su rostro se sonroja.

— ¿No te gusta?

— ¡Claro que me gusta! Te ves hermosa, Tania. Pero no luces muy cómoda usando esto. — Acaricio sus hombros y bajo mis manos hacia su cintura sin dejar de ver sus ojos café verdosos.

— Si es verdad. — Suspira y baja la mirada sonrojándose más. — Es solo que no nos vemos desde hace dos meses y bueno... supuse que probablemente el regalo que trajiste de Rusia, era una indirecta de que extrañabas hacer el amor...

¿Extrañar hacer el amor luego de hacerlo dos meses con Hanna?

Niego alzando su mentón y acaricio sus suaves labios con mi pulgar.

— Tania, no soy uno de tus clientes, ¿Bien mi amor? Deja de pensar que debes complacerme siempre, nuestra relación no es solo sexual.

— Pero los hombres siempre quieren sexo.

— Según tu lógica, eso significaría que Hanna es hombre. — Ambos reímos y me quedo viendo como su cuerpo se sacude mientras una sonrisa se extiende en sus labios.

Carajo... va a doler tanto decirle la verdad.

Beso su cabeza abrazándola y ella me devuelve el gesto sin pensarlo acomodando su cabeza contra mi pecho.

— Y tengo una sorpresa más, pero me da vergüenza decirlo.

Tiro de su mano y la hago sentarse en la cama mientras apago las luces.

— ¿Da menos vergüenza si dejamos la luz apagada? — Susurro sentándome a su lado y la escucho sonreír.

— Si, da menos vergüenza así. — Susurra de vuelta.

— Perfecto, eres libre de hablar entonces. — Nos recostamos sobre la cama y logro ver sus ojos gracias a la luz del alumbrado de la calle.

Tania sonríe con los labios juntos y toma mi rostro con sus pequeñas manos.

Se demora en hablar, y mientras espero, mi curiosidad me hace imaginar los millones de opciones que puede ser esa otra sorpresa.

— Yo...

— ¿Si?

— Creo que te amo.

Esa es una gran sorpresa.

Trago saliva y acaricio sus manos cerrando los ojos. No puedo verla y...

— Yo igual te amo, Tania. — Miento.

Beso con ternura su mejilla caliente. La castaña rodea mi cuello y busca mis labios con los suyos.

Nos besamos con calma, disfrutando de las caricias del otro y lentamente nuestras manos se unen al juego. Me inclino sobre la morena escuchando lo mucho que me ama y yo deslizo mis manos hacia el broche de su sujetador quitándolo mientras mantengo mi boca ocupada sobre su cuerpo para no tener que decir la mentira otra vez.

Tania sigue comportándose igual de tímida que la primera vez, si, me devuelve los besos y caricias, solo que no de la manera que me gusta... de la manera que necesito.

Bajo mis besos a su cuello y tomo sus pechos con ambas manos apretándolos en busca de sus pezones. Sin embargo, a medida que más la toco, más raro se siente, y termino apartándome dejando suaves besos por su hombro y me recuesto a su lado acariciando su cintura.

Terminamos abrazados bajo las cobijas y Tania se acurruca contra mi pecho diciendo lo mucho que extrañaba dormir contra mí. Yo solo le sonrió y la abrazo cerrando los ojos.

No puedo hacerlo con ella, mucho menos puedo hacerlo con ella luego de lo que me dijo.

Hanna.

Ella y su recuerdo me hace perder la cabeza la mayoría del tiempo, a tal punto qué Tania ya no provoca la misma excitación qué hace algunos meses. Y el haber pasado dos meses teniendo sexo como adolescentes no ayuda.

No digo que veo menos atractiva a Tania, al contrario, soy consciente de lo sexy que es, es solo qué... Ahora que Hanna confeso sus sentimientos, es más difícil seguir con Tania.

Y hacerlo con Tania es engañar a Hanna.

Porque aunque no lo admita, sé que siente celos de qué este con ella.

🚬🚬🚬🚬

Papi mira, ahí viene Ryan y su chica.

Alzo la mirada del menú y sonrió buscando al policía con su pareja. Solo que cuando reconozco al rubio y veo a la chica mi sonrisa se borra.

Ella va tomada de su brazo y mira hacia todos lados buscando algo, luce un elegante vestido rosa con piel sintética alrededor de su cuello y grandes tacones que la hacen llegar casi al metro setenta.

Asique imagínense como lo hace para caminar.

Cuando llegan frente a nosotros, su rostro palidece notablemente durante los primeros segundos al cruzar miradas.

— ¿Adrien?

— ¿Stella? — Rio viéndola en el vestido. Ella muchas veces dijo odiarlos.

— ¿Se conocen? — Ryan me mira curioso.

La castaña y yo nos miramos fijamente sin saber que responder y es ella la que se gira hacia el rubio con una sonrisa.

— ¡No me digas que este era el ruso del que me hablabas! Conocí a Adrien en...

— La sede ROM. — Le sonrió a Tania. Stella asiente dándome la razón como si fuera obvio. — No sabía que Ryan era tu chico.

Ahora tiene sentido todas esas veces que nos comentó de un policía de películas.

El californiano sonríe y toma la silla frente a Tania mirando a la castaña.

— Pues así es mucho mejor, de hecho, Stella estaba nerviosa.

— Oh, ¿en serio? — Sonrió.

Sera divertido molestarla con esto en los entrenamientos.

Mientras elegimos las comidas del menú, de reojo veo como el rubio toma la pequeña mano de la chica y deja un suave beso sobre ella sin despegar los ojos de la carta frente a él.

El Steven nos había invitado a una cita doble, se supone que iba a tenerla con su hermano y su mejor amigo, sin embargo, teniendo en cuenta como es Thomas, eligió que primero nos conociera a Tania y a mí, ya que realmente quiere ir en serio con Stella y no quiere espantarla.

"Realmente quiere ir en serio"

Bueno eso es algo difícil por ambos lados, Ryan siempre corre tras Hanna cuando le llama y Stella... Stella va a ir a Dubái a ser guardaespaldas en unos meses más.

Sin embargo, ¿Quién soy yo para juzgarlos?

A decir verdad, se ven bastante bien juntos y es una pareja que nunca hubiese imaginado ver, no porque Ryan sea policía y Stella una mercenaria. Sino porque ambos son de diferentes mundos, él del legal y ella del ilegal.

Stella es tosca, le gusta pelear a la mínima oportunidad y si es con combate físico mucho más. Y Ryan es tranquilo, relajado, y odia tener que usar el combate cuerpo a cuerpo en su día a día como oficial.

Realmente no recuerdo una sola vez donde haya perdido el control, incluso esa vez que Hanna dejo muy malherido a su hermano, se lo tomo con mucha calma y de una manera demasiado madura para solo tener veintisiete años.

Stella y Ryan... creo que serán una pareja muy caótica.

La velada comienza bastante bien y cuando Tania le cuenta a la pecosa que ya vamos por los nueve meses juntos, se trapica con su vino blanco y me acusa con su mirada. Resulta que ese espíritu chismoso que existía en la barra de ROM, creo que lo lleve al grupo de entrenamiento, y en resumidas cuentas, Stella sabe toda mi historia.

Y el que me esté mirando como si hubiese apoyado mi codo sobre su cabeza recalcando la baja que es, se debe a una conversación que tuvimos hace unos meses.

TRES MESES ATRÁS

— Y por eso debo ser un buen novio con Tania ahora.

Ambos me miran sorprendidos y con el sudor corriendo por sus caras.

— ¿Y a la señorita Morgan no le molesta? — Niego pasando mi antebrazo por mi frente.

— No, claro que no le importa, ¿Qué parte de que se fue no entendieron? Y no le digas así, solo llámala Hanna.

Se miran entre ellos.

— Sabes que no tenemos permitido eso, ¿Verdad? Parte de nuestro entrenamiento para ser guardias de Elite es respetar los apellidos y el apellido Morgan es de mucha importancia.

Ruedo los ojos con las palabras de James.

— A Hanna eso no le importa.

— Uhh, ¿y sabes lo que le importa? Creo que te involucraste demasiado con la Señorita Morgan. — Stella se sienta sobre el acolchado ring y la imitamos quitándonos los guantes.

— ¿Qué quieres que te diga? Estoy enamorado, y ella ahora mismo está en quien sabe dónde... — Trago saliva.

Thomas me conto que estaba en Inglaterra.

Stella toca mi tobillo con su guante llamando mi atención.

— Adrien, creo que sería bueno que las dejaras ir, a ambas. Con Tania estás forzando algo que en su momento fue bonito para ambos, y con la señorita Hanna... ¿Realmente vas a seguir esperando que te diga un te amo que nunca sintió?

Ella si lo siente, solo que no quiere admitirlo.

»— Deja de pensar con el pito, piensa que te estás jodiendo en ambas relaciones, peleas con Hanna y quieres morirte, y con Tania vives sufriendo con miedo de lastimarla si se entera de que no la quieres como novia.

James asiente concordando con ella.

— Mejor quédate soltero como yo, y así podrías acompañarme los viernes que este en la ciudad a ir a ver a esas polacas que te mencione.

Rio negando.

— Si no son rubias de ojos celestes que midan un metro setenta y tengan una lengua vulgar, dudo que se me pare.

— No son así, pero tienen lenguas que si lo pueden hacer, son las mejores haciendo... — James alza y baja sus cejas sonriendo con malicia.

Stella arruga el rostro asqueada.

— ¡Qué asco!

— Nosotros tuvimos que escucharte cuando fantaseabas con ese policía, ¿Sabes que tuve pesadillas donde ese hombre pasaba su PR24 por lugares que nunca han visto el sol?

Rompo a carcajadas.

— ¡Hey nenitas! ¡Vayan a tomar el té a otro lugar, el ring es para que los machos peleen! — Joel golpea la barrera del ring con sus guantes para que nos salgamos y Stella se levanta de golpe mirándolo mal.

— ¡Pues yo no te veo muy macho si es que te quieres subir aquí! — Lo reta. — ¡Creo incluso que tu madre era más macho que tú!

Joel la mira mal.

— Voy a cerrarte la boca a golpes, Arick.

Stella se ríe tirando sus guantes al suelo.

— Bien, pero no en el ring, ese es para machos y tú no lo eres. — Se abalanza sobre el hombre de dos metros y comienza una pelea sin guantes ni protecciones en medio de todos.

No pasan muchos segundos para que todos estemos viendo la pelea y realizando apuestas al respecto.

ACTUALMENTE

Stella limpia con elegancia las comisuras de su boca con la servilleta y tengo que pestañear varias veces tratando de procesar que es la misma salvaje que arma peleas por todo y por nada.

Respecto a la cena, transcurre bastante mejor de lo que Ryan esperaba, al principio lo note algo nervioso, sin embargo cuando la conversación comenzó a surgir y le siguieron las anécdotas, se dio cuenta de que no había nada de que preocuparse.

Tania se llevó bastante bien con Stella, y para mi sorpresa no reacciono como Alice cuando se enteraba de que conocía a otra chica con la que solía pasar tiempo, incluso intercambian números a mitad de la cena para mantenerse en contacto.

Cuando nos damos cuenta de que somos unas de las pocas personas que quedan en el restaurante, Ryan alza su mano pidiendo la cuenta, sin embargo nadie viene y en la calle pasan cinco patrullas a toda velocidad alarmándonos.

Todos los de las otras mesas igual se giran confundidos preguntándose entre sí que es lo que acaba de ocurrir y es entonces cuando el móvil de Ryan comienza a sonar. Los tres lo miramos y lo toma con el ceño fruncido.

— ¿Si jefe? — Su voz sale enronquecida por la confusión.

Me levanto con la intención de saber que ocurre con el personal del restaurante y en un intercambio rápido de miradas con Stella, ella igual se levanta siguiéndome. Avanzamos entre las mesas siendo observados por las personas y rápidamente todos comienzan a ver sus móviles y ahogar suspiros.

Entramos a la otra sección del restaurante y Stella se para atrás de mí ante el silencio. Diviso como mantiene su mano sobre el mango de la navaja que ocultaba en el ligero en su muslo.

— ¿Trajiste una navaja a la cena con los amigos de tu chico? — Alzo una ceja y ella rueda los ojos.

— Como futura guardia de la Dinastía Real de Dubái, es lo mínimo que puedo hacer. — Murmura y alza su mentón señalándome que avance.

El silencio rápidamente se reemplaza con un murmullo bajo y abro la puerta de la cocina haciendo que el murmullo aumente. Avanzamos unos pasos y me quedo pasmado viendo que todos los cocineros, meseros y demás trabajadores miran hacia la misma dirección, hacia la televisión.

La comida se quema en los sartenes, la llave del lavaplatos sigue abierta y comienza a mojar el suelo. Y todos sostienen sus manteles en silencio.

Alzo mi mirada hacia la pantalla.

¡ES TERRIBLE! ¡TODOS FUERON ASESINADOS AL MISMO INSTANTE! ¡POLITICOS, CANTANTES, MODELOS! — La reportera mira hacia la cámara con el micrófono sacudiéndose. — ME ENCUENTRO FUERA DE LA CASA DEL COMISIONADO ALEX BREED QUE SEGÚN INFORMAN; ¡HA SIDO ENCONTRADO CON EL TORSO ABIERTO AL IGUAL QUE LAS DEMAS VICTIMAS!

El pulso se me detiene.

Sus ojos celestes mirándome fijamente.

El sonido comienza a bajar de intensidad y todo a mi alrededor se queda en silencio. La televisión sigue rodando, sin embargo ya no le presto atención a las palabras. Dos policías apartan a la reportera del frente de la casa y otro cubre la cámara cuando el cuerpo del Comisionado de San Francisco es llevado en una camilla hacia la ambulancia que allí se encuentra.

"Matas pedófilos..."

¿Hanna...?

— ¡Hey! No pueden estar aquí. — Un cocinero nos señala sin embargo no lo hace molesto, ya que al igual que todo el mundo, está en shock por lo que acaba de pasar.

Stella me saca de allí luego de avisarles que queremos la cuenta y volvemos a nuestra mesa donde Tania mira nerviosa su móvil mientras se muerde las uñas. Sus ojos me buscan.

— Dicen que ha comenzado la Purga y las personas están saliendo a las calles con sus armas, todo es un caos. — Su voz tiembla y no hace falta pensarlo mucho para saber que quiere ir a casa con su familia para comprobar que todos están bien.

— ¿Y Ryan? — Pregunta Stella viendo los billetes sobre la mesa.

Tomo el abrigo de Tania y la ayudo a que se lo ponga.

— Es todo un lio, todos los policías fueron llamados para contener a las personas armadas, dijo que te llamaría cuando volviera a su casa, y que lo lamentaba.

Stella asiente y se pone su abrigo también viendo hacia la calle.

— Vamos, te paso a dejar a tu casa. Al parecer esta noche no es seguro caminar por ahí. — Salimos luego de pagar la cena y los tres subimos a mi jeep viendo como los que quedaban igual se van con prisa.

Por las calles nos cruzamos con varias patrullas y casi chocamos con una cuando comienza a llover y en la calle se crean pozas de agua. Dejo a Stella en la puerta de su casa pidiéndole que no haga nada estúpido y conduzco hacia la casa de Tania con el corazón a mil cuando nos cruzamos con grupos de personas armadas.

Los medios no estaban mintiendo.

De camino mi novia se comunica con Thomas y él le cuenta el desastre que hubo dentro del bar y que no tuvieron más remedio que echar a todos los clientes y cerrar por dentro con todo el personal. Ryder y Sean estaban abrazados a él relatando que se escuchaban disparos afuera.

Todo era un caos, y solo se podía repetir en bucle lo que dijo esa reportera, en mi mente.

"¡HA SIDO ENCONTRADO CON EL TORSO ABIERTO AL IGUAL QUE LAS DEMAS VICTIMAS!"

Al llegar al barrio de Tania todo está mucho más tranquilo y ambos bajamos con rapidez. Apenas ponemos los pies al otro lado de la puerta, los hermanos se abrazan y su madre deja de rezar alargando sus brazos hacia su hija.

Nos sentamos todos en el sofá y prestamos atención a las noticias donde se reportan los múltiples asesinatos en el globo y como cada uno de los muertos estaba relacionado a casos de violación y abuso a menores de edad.

Toda la pena que sintió la humanidad en su momento por los muertos, se reemplaza por un sentimiento de orgulloso y agradecimiento para quienes fueran los que los asesinaron y abrieron sus podridos cuerpos.

Sin embargo, mientras la familia en la sala se siente aliviada de que eran personas malas, yo sigo sintiendo mi estomago tenso.

¿Hanna estará en peligro?


🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬

Omg... 

Chicos y chicas, damas y caballeros, señoras y señores... lamento decirle que a partir de este capítulo, entramos en recta final, la siguiente actualización será el próximo martes e iré subiendo los capítulos finales con una semana de diferencia, asique disfruten este libro, léanlo de nuevo si es lo que hace falta, por que luego... luego uff.

Y aquí una foto de Stella en vestido.



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