Buscando el Paraiso (+21)

By girl_blue_666

23.6K 1.7K 766

San Francisco y el mundo entero era un caos, Hanna liderando uno de los mayores negocios ilegales, la fama de... More

ANTES DE LEER
PERSONAJES
⚠ ADVERTENCIA ⚠
PRAESAGIUM
Capítulo 1 (Parte 1)
Capítulo 1 (Parte 2)
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40 (Parte 1)
Capítulo 40 (Parte 2)
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46 //FINAL//
Epílogo
PRAESAGIUM
⚠NOTICIA IMPORTANTE⚠
CONTINUACIÓN

Capítulo 36

344 34 18
By girl_blue_666


Adrien

— Yo igual te quiero mucho.

Sonríe y comienza a lanzar besos a la pantalla.

No sabes cuánto me gustaría que estuvieras aquí y pasaras las fiestas con nosotros. — Hace un puchero.

— A mi igual me gustaría, pero mis padres quieren que la pase aquí.

Tania vuelve a hacer pucheros y termino cortando la video llamada luego de despedirme de toda su familia. Guardo mi móvil levantándome del cuarto en el que me encuentro y camino por la pequeña casa de madera escuchando como cruje con cada paso que doy.

Agatha se encuentra cocinando y cuando le pregunto por Hanna me señala la ventana. Me asomo en ella y veo a la rubia menor hablar por teléfono. Lleva en llamadas desde hace tres horas.

— ¿Sabes con quien habla tanto? — La abuela de Hanna me pregunta en un inglés básico.

— Creo que son llamadas de trabajo.

La mujer asiente sonriéndome y acaricia mi mejilla antes de seguir cocinando.

Salgo de la casa maravillándome con la vista de los extensos terrenos, y desvió la mirada hacia la preciosa mujer que está sentada en la vieja banca. Me acerco a ella y me mira sin colgar el móvil.

— Dile a Touma que acepte mi propuesta, y que si no está convencido, yo misma iré a Tokyo y él no quiere que yo vaya.

Sonrió y recuesto mi cuerpo sobre sus piernas viendo su rostro concentrado. Su mano libre acaricia mi frente y cierro los ojos cuando comienza a acariciar mi cabello.

»— Amanda, si quieres seguir con tu maldito empleo necesito que tengas más confianza, trabajas para Hanna Morgan, me reemplazas cuando estoy fuera, asique toma tus ovarios, lúcelos con orgullo y haz la mierda que te digo. Yo no puedo tener incompetentes en mi circulo de trabajo. Asique o tienes los ovarios para hablar con Touma o busco alguien que los tenga.

Corta la llamada suspirando y sonrió sabiendo que está molesta.

— No seas dura con Amanda, ha hecho un buen trabajo.

— No basta con hacer un buen trabajo, Adrien. Debes hacer lo imposible y un poco más. Si los Morgan tuviéramos ese pensamiento de que basta con hacer un buen trabajo, ¿Tienes idea donde estaríamos? En la puta mierda.

Está molesta por algo, y se está desquitando con Amanda.

— ¿Por qué estas molesta?

— No estoy molesta. — Bufa y abro uno de mis ojos viéndola. Rueda los ojos acariciando mi cabello. — No es nada importante para ti.

— Si es importante para ti también lo es para mí.

Hace una mueca dejándome en claro una vez más que ese tipo de pensamientos no le gustan para nada. Al rato decide abrir la boca.

— Después de las fiestas volverás a San Francisco y yo iré a Argentina. Quizás me quede allí uno o dos días, y luego debo ir a Tokyo... y lo que pasara más tarde, cambiara muchas cosas.

— ¿Qué pasara después? — Frunzo el ceño.

Hanna sonríe tomando mis mejillas e inclinándose hacia mi lame sus labios.

— No te diré, deberás quedar con la duda.

— Sabes que no puedes hacerme eso, voy a explotar, mi curiosidad no puede con la duda.

Rio y la beso alzándome hacia ella. Tomo su rostro y la beso con ansias acariciando su suave rostro. Hanna se aparta lentamente con una sonrisa en sus labios y mira atrás de mí.

— Mi abuelo nos está mirando.

— Tu abuelo es un pervertido.

Ríe y niega.

— Luce más como alguien listo para asesinar.

Me alejo con cuidado de Hanna y miro hacia atrás comprobado que tiene razón, su abuelo está planeando mi ejecución mientras me mira.

— Lustmolch! Verlasse mein kleines Mädchen und hilf mir mit den Pferden, sie werden sich nicht selbst ernähren!

*¡Lustmolch! ¡Deja a mi nena y ayúdame con los caballos, no se van a alimentar solos! <<alemán>>

Me giro confundido hacia Hanna ya que la veo reprimir la risa.

— ¿Qué dice?

— Quiere que lo ayudes a alimentar los caballos.

Asiento y me levanto cuando vuelven a llamar a Hanna.

— Prometo que antes de irnos le agradare a tu abuelo.

Hanna sonríe apoyando el móvil en su hombro.

— Le agradaras cuando nos vayamos.

Sigo a Edwin al establo de sus caballos y antes de que pueda tomar la paja, me extiende una pala. Lo miro confundido y señala los caballos.

— Limpiar mierda.

Suspiro profundamente y asiento quitándome el suéter que me tejió la madre de Sasha.

Llevamos dos semanas en los campos ROM, y mientras Agatha ROM es un amor de persona, la abuela más tierna que he conocido, Edwin ROM no lo es, tiene el mismo carácter de Sasha, solo que peor y claro, no es tan hijo de puta como ella.

Y tal como me dijo Hanna, sus abuelos no saben la mierda de hija que tienen hoy en día, siguen idolatrando a la Sasha adolescente que tenía el mismo carácter de la madre. Se niegan a creer que ella le causó daño a Hanna cuando era niña, lo saben, pero fingen que no fue ella.

Ahora, ¿Por qué Edwin me odia tanto?

Hay dos razones, la primera es que es sobreprotector con su nieta, no quiere que se repita la historia de Ian llevándose a su hija y casándose con ella en Las Vegas, y la segunda, es que conoce a Abel, en realidad luego de perder contacto con Hanna, el maldito seguía viniendo donde los abuelos ROM, y se ganó el cariño de Edwin.

Por alguna razón, el sicario lleno de tatuajes es un mejor pretendiente para Hanna que yo.

Una vez termino salgo del establo y limpio el sudor de mi frente con mi antebrazo. Sabía que los caballos cagaban bastante, pero no sabía que pesaba tanto.

— Ni creas que me besaras sin darte una ducha. — Alzo mi vista hacia la chica y hace una mueca mirando la pala. — Lo bueno es que no te manchaste.

— Recogí mierda con mis manos dos veces.

Hanna ríe arrugando el rostro y me mira asqueada.

— No volverás a tocarme.

Rio a carcajadas extendiendo mis manos hacia ella y la veo gritar mientras corre lejos.

— ¡Era broma! — Rio viéndola al otro lado del establo y ella me muestra el dedo medio entrando por la parte delantera.

Dejo la pala apoyada en la pared y vuelvo a la pequeña casa de los abuelos.

Hanna dijo que antes del incendio era enorme, se había mantenido desde la segunda guerra mundial. Había sido de los padres de Edwin, y no resistió el fuego. Asique cuando reconstruyeron con la ayuda monetaria de Ian, decidieron hacer algo más pequeño, con un cuarto para ellos y de visita para sus nietos, y el resto lo invirtieron en animales.

Entro sintiendo el delicioso aroma de la comida casera. Agatha apenas me ve me manda directo al baño y voy de inmediato porque tengo la leve sospecha de que si no le obedezco me tirara de la oreja.

Mi herida ya está cerrada, apenas quedo marca de lo que era un agujero hace un mes, y respecto al dolor, ya no hay. Creo que haber tenido sexo desenfrenado con Hanna durante todo un mes ayudo a que no quedara resentido el lugar.

Salgo de la ducha viéndome en el gran espejo que ocupa toda la pared y toco el área donde impacto la bala.

Recibí una bala por Hanna...

¿Y si hubiera muerto?

No, eso no era lo que me importaba, apenas saque el arma estaba dispuesto a dar mi vida, lo que no me hubiese podido perdonar es que la mataran.

Salgo del baño caminando a la habitación de invitados y me pongo algo cómodo viendo por la ventana. Diviso a alguien montando a caballo y su cabellera rubia la delata. Me apoyo en el marco viéndola y una sonrisa se dibuja en mi rostro.

"Yo soy perfecta en todo lo que hago"

— Lustmolch! Hast du sonst nichts geiles, um meine Enkelin zu beobachten?

*Lustmolch! ¿¡No tienes nada más interesante que ponerte cachondo con mi nieta!? <<alemán>>

El grito me sobresalta y miro confundido al hombre. Me sigue gritando en alemán y solo veo como la saliva sale de su boca mientras habla. A diferencia de Hanna no es rubio, es castaño, sin embargo, de él vienen los ojos celestes. Son igual de intensos que los de su hija y los de su nieta. Y Agatha fue la que dio los genes de cabello rubio y rasgos físicos.

Agatha es la versión de Hanna anciana y de ojos verdes.

Y... aclaro que no tengo ningún fetiche por la gente mayor, pero Agatha se mantiene bastante bien para su edad. Eso explica porque su hija veinte años más joven se ve tan bien.

Lo que no explica es como una mujer tan humilde dio a luz a un monstruo como Sasha Morgan.

— ¡Abuelo! — ¿En qué momento se acercó?

Ella también comienza a gritar en alemán, solo que, sin botar saliva, y no de forma tan intensa como el viejo. Los veo intercambiar palabras de manera acalorada y todo se calma cuando el abuelo chasquea la lengua negando y se da media vuelta llevándose el caballo.

Hanna se apoya al otro lado de la ventana y la imito apoyando mi frente.

— Creo que deberemos adelantar nuestra ida.

Ríe negando.

— No le prestes atención, luego de que vayamos a la ciudad por unas buenas cervezas alemanas se le pasara.

— ¿Iremos a la ciudad?

— Si, asique toma un abrigo que llegaremos en la noche.


Hanna

— Creo que va a haber una tormenta. — Murmuro subiéndome a la camioneta y dejo las cosas atrás. Al no recibir respuesta de mi conductor, miro sobre mi hombro y lo miro confundida.

»— ¿Adrien?

— ¿Tormenta, tormenta? ¿Tormenta eléctrica? — Se mantiene sereno con la vista al frente y ambas manos sobre el manubrio.

Oh... eso.

— Cuando dijiste que le tenías miedo a las tormentas, ¿Era en serio? — Lo miro divertida y se gira hacia mí con rapidez.

— ¡Claro que era en serio!

Rio un poco y cuando me asesina con los ojos trato de reprimir la risa mirando por la ventana.

»— Tu le temes a los ascensores.

— La acrofobia es más común en adultos que la brontofobia.

— Que tu miedo a los ascensores sea más común no lo hace más aterrador que una tormenta. — Suspira profundamente y enciende la camioneta acelerando. — Podemos llegar antes de que comience.

Asiento lentamente.

Claro que no, pero le voy a dejar creer que si sí eso lo calma.

Sale de la ciudad a toda velocidad y me pongo el cinturón cuando entramos al camino de tierra y Adrien no baja la velocidad. Está tenso, luce como si se hubiese estado masturbando y le cortaron el rollo cuando estaba a punto de venirse.

Estoy a punto de abrir la boca, a punto de decirle que se relaje y que es probable que no haya una tormenta, pero un relámpago alumbra el cielo nocturno y hace que Adrien frene de golpe.

El trueno se acerca.

Me giro hacia él y realmente me sorprendo cuando mira hacia el frente como un niño asustado.

Un metro noventa de altura, casi cien kilos de músculos y veintitrés centímetros de polla, y se asusta con las putas tormentas.

— Adrien, no va a pasarnos nada.

— Puedes controlar todo en el mundo, te doy el reconocimiento por eso, pero no puedes controlar el clima, Hanna. No puedes evitar que un rayo parta un árbol y este caiga sobre la camioneta.

Y yo que pensaba que yo tenía problemas mentales.

Suspiro y tomo su mano que sigue aferrada al manubrio.

— No, no puedo evitar que algo así pase. — Mis palabras no lo ayudan. — ¿Pero sabes lo que sí puedo hacer? — Me mira con las cejas arqueadas.

— ¿Qué?

— Puedo besarte, así cuando el árbol nos aplaste, encontraran nuestros cuerpos aplastados... pero besándose. — Me rio inclinándome hacia él y tomo su mejilla dejando una suave mordida en sus labios.

»— No temas mi príncipe azul, tendré sexo con Thor y luego lo matare para que ya nunca más te atormente cuando choque su martillo en su yunque.

Adrien sonríe ligeramente.

— Bien, pero ahórrate la parte de tener sexo con un dios nórdico, ¿Si?

— Mmm, Nah, le tengo ganas desde que vi Los Vengadores. — Vuelvo a besarlo, y cuando comienza a corresponderme, el crujir del cielo me obliga a subir la intensidad del beso.

Adrien se encoje en su lugar y tomo con ambas manos su rostro dejando un pequeño beso en su mejilla.

»— Yo te cuido príncipe azul, yo te cuido.

Un deja vu me invade y me congelo un poco cuando su enorme cuerpo me abraza con fuerza.

Conduzco yo de regreso a casa, y con cada trueno siendo más intenso que el anterior no pude reducir la velocidad, diez minutos después llegamos a la entrada de los campos ROM, y estacioné junto a la cabaña.

Sacar a un hombre adulto tan grande como Adrien, fue un problema, sin embargo prometiéndole acurrucarnos durante la noche, logre que corriera a la entrada. Con cualquier otro hombre eso no hubiese funcionado, hubiese tenido que decir algo como; "Si sales del auto te dejo darme por detras".

Termino bajando todas las cosas que compramos yo sola y me quedo bajo el techo viendo como la lluvia cesa y copos de nieve caen en su lugar. Por el cielo tormentoso y la falta de faroles, ver a lo lejos era muy difícil, solo veía un metro a mi alrededor gracias a los faros que rodean la cabaña.

Los recuerdos de las veces que vine a quedarme de niña me invaden.

Chad diciendo que había entes entre los sembrados.

Derek rezando aun cuando no éramos creyentes.

El abuelo consolándonos y diciéndonos que no teníamos de que preocuparnos.

La abuela asustándonos desde afuera con una guadaña y una capucha negra.

Mis hermanos y yo llorando, nuestros abuelos riendo a carcajadas.

Por cosas como esas los abuelos ROM son nuestros favoritos, ¿Y los Morgan? Bueno, nunca los conocimos, aunque claro, no es un misterio que igual estaban en contra del matrimonio entre Sasha e Ian.

Si... todo muy Romeo y Julieta. Solo que en esta versión, Julieta le hizo un amarre a Romeo y desde entonces lo utiliza para su beneficio personal, como cuando necesita polla o dinero.

Entro a la casa avisando que está nevando y rápidamente mi abuela abre la cortina viendo hacia afuera.

¡Mi amor! Mira que bonito. — Habla en alemán emocionada hacia su esposo y el hombre deja la madera que estaba echándole a la estufa en el suelo y va a la ventana rodeando los hombros de su mujer y mirando hacia afuera con ella.

Pero no se ve tan bonito como tú, mi pequeña Agatha.

Ambos ríen cómplices y juntan sus arrugados labios en un beso que se me hace repugnantemente incómodo.

Ellos. Siguen. Teniendo. Sexo.

Un escalofrió me recorre y abro cuatro botellas de cerveza sobre la mesa. Adrien se para a mi lado y noto que todavía está un poco asustado.

— Quiero algo como lo de tus abuelos. — Me atraganto con la cerveza que estaba bebiendo y lo miro un poco sorprendido.

— ¿Quieres que engendremos y criemos a una niña con todo nuestro amor, sea la luz de nuestros ojos y cuando cumpla diecisiete se case a escondidas, quede embarazada y se vuelva una hija de puta?

Rueda los ojos y toma mi mentón con fuerza.

Mi coño comienza a mojarse con esa simple acción.

— Quiero que nos amemos hasta que nuestros corazones no den más, quiero tener una casa contigo la cual llamaremos hogar y quiero que nuestros nietos aparten la mirada asqueados cuando nos besemos y asuman que seguimos teniendo sexo.

Me carcajeo de forma baja.

— ¿Tan obvia fui?

— Tanto que luego lo imaginé yo y vi a tu abuelo regañándome por imaginarlos.

Estallamos en carcajadas y tira de mi rostro dándome un dulce beso.

🚬🚬🚬🚬

— Es war sehr lecker. — Adrien habla en un alemán muy mierda y mis abuelos lo miran sorprendido.

*Estuvo muy delicioso. <<alemán>>

Mi abuela sonríe y toma su mano sobre la mesa.

— Ich bin sehr froh, dass du das Essen genossen hast, ich habe es mit Liebe gemacht.

*Me alegra mucho que hayas disfrutado la comida, la hice con mucho cariño. <<alemán>>

Adrien me mira alarmado al no entender y rio limpiando mi boca con la servilleta.

— Se alegra de que te haya gustado. — Asiente cuando le explico y deja un beso en la mano en la mano de la señora haciéndola reír de manera coqueta.

Mi abuelo y yo la miramos alzando una ceja.

Terminamos la cena del veinticuatro satisfechos a más no poder. Si subiera medio o un kilo estas fiestas no me sorprendería. La abuela hizo comida para todo el ejército alemán.

Adrien levanta la mesa mientras mis abuelos se sientan junto al árbol decorado y yo seco la loza obligada por el ruso, pero rápidamente mi abuelo me regaña por hacerlo y me pide que me siente junto a él.

Sí, soy una maldita consentida.

Me acurruco bajo su brazo y miro las luces cambiar de colores iluminando la pequeña sala.

Las navidades con los abuelos ROM nunca han sido grandes fiestas, bueno, en realidad ninguna fiesta es una gran fiesta, porque para ellos la navidad no es algo tan significativo, quiero decir, no son creyentes, y su familia hace mucho que dejo de estar completa. Hace años que su hija ya no viene a celebrarla con ellos.

Claro, sus nietos venimos de vez en cuando, pero obviamente no es lo mismo.

Creo que, si murieran el día de mañana, solo yo los extrañaría, no digo que mis hermanos no los quieran, pero ellos no tienen la misma cercanía que yo tengo con ellos, ellos están más encariñados con el personal de la mansión que con su propia sangre.

Los miro a mi costado y mi estómago se aprieta un poco viendo sus suaves sonrisas y miradas calmadas sobre el árbol decorado que Adrien y el abuelo cortaron.

¿Cómo personas tan buenas terminaron engendrando el monstruo que es Sasha?

¿Qué pudo haberle pasado durante su infancia que se convirtió en un monstruo?

Por qué lo he pensado, ¿Cuáles son las razones de Sasha para odiarme? Dudo que sean tan simples como no querer ser madre y odiar que sea su Doppelgänger.

¿Cuáles son tus razones para hacer mi infancia una mierda, Sasha?

El flash de una cámara me devuelve a la pequeña cabaña en Alemania y llevo mi vista hacia el hombre que nos saca una fotografía con una sonrisa.

— ¡Otra! — Pide mi abuela en inglés y nos acomodamos para otra foto, donde yo estoy entre ellos.

Ambos ancianos me abrazan y acurrucan con cariño sonriendo a la cámara y un pensamiento me hace dejar de sonreír.

¿Ellos me ven como el reemplazo de Sasha?

Rápidamente desaparece de mi mente cuando mi abuela me ínsita a levantarme y posar junto a Adrien al costado del árbol. El ruso rodea mi cintura con cariño y me lleva contra su cuerpo dejando un beso en mi sien.

— Te amo.

Sonrió.

— ¿Y me deseas? — Adrien toma mi rostro acariciando mi mejilla y mira fascinado mis ojos.

— Y también te deseo.

Rio y tiro de su cuello besándolo con esa intensidad que nos quema y nos recuerda que nos conocimos en el infierno.

Los regaños de mi abuelo nos separan y terminamos abriendo los regalos bajo el árbol. Mi abuela se emociona cuando recibe una amplia colección de libros y mi abuelo se ríe como niño cuando ve que le regale un nuevo tablero de ajedrez de piezas de oro y plata.

Adrien por otro lado al abrir su regalo cierra la caja de inmediato y me mira ligeramente avergonzado. Yo solo sonrió y le guiño un ojo. Mis abuelos insisten en que muestre lo que recibió, pero obviamente no se los muestra.

Mi abuelo lo llamaría pervertido con más razón.

Yo por otro lado recibo un par de aretes que eran de la adolescencia de la abuela, Edwin me regalo un nuevo caballo de carreras y Adrien me regalo un hermoso brazalete de oro bastante delgado con un dije del mismo material en forma de A. 

¿En qué momento lo compro?

— ¿Te das cuenta que existe demasiados hombres en mi vida los cuales sus nombres comienzan con A? — Me burlo divertida viendo como pone el aro alrededor de mi muñeca izquierda. — Aarón, Abel, A...

— Adrien. — Me corta mirándome mal. — Si, puede que conozcas a varios, pero cada vez que veas esta pulsera, solo pensaras en mí, ¿Entendido?

Sonrió.

Lo amo posesivo, y mucho más cuando me da órdenes. Nunca pensé que diría esto, pero me gusta que me domine.

— Entendido. — Miro sus ojos oceánicos sintiendo escalofríos por todo mi cuerpo.


🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬🚬

Continue Reading

You'll Also Like

125K 8.9K 42
¿Qué tienen en común una secretaria y un multimillonario, además del hecho de trabajar juntos y compartir el mismo espacio ocho horas al día, cinco d...
3.9K 468 17
Enzo tuvo que tomar una difícil decisión con el único objetivo de proteger a las personas que le brindaron su confianza y amor, sin saber que había e...
53.7K 4.6K 51
Charles perdió el juego. Ian se nombró ganador y buscaba quedarse con todo lo que aquel ser infernal dejó atrás, pero las cosas no serían fáciles po...
111K 13.4K 45
Hace veinte años dos familias juraron lealtad con un trato que ni el mismo diablo podría disolver, ahora que el patriarca de la familia Ferreti ha mu...