GROSERO ©

By CitizenOfHeavenn

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Esto no es una historia normal. No hay tristeza, felicidad, risas, llantos como tal. Aquí hay más que esto... More

GROSERO
Prólogo
Capitulo 1
Capítulo 2
Capitulo 3
Capítulo 4
Capitulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capitulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Epílogo

Capítulo 15

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By CitizenOfHeavenn

-¿Cuál prefieres? ¿Rosas o blancas?

-Blancas-. Dije. Odio el rosa. Siento que es un poco feminista que ese sea el único color que defina el género femenino, ¿qué hay de los otros?

-Vas a quedar hermosa-. Dijo el ovni o el alíen de la vez pasada-. Pero, no llores, princesa; sé qué estas emocionada. ¿Quién no? ¡Es tu gran día!

Y apenas dijo eso, más lágrimas salieron; una tras otras; veloces y lentas; suaves y ásperas; dulces y amargas...

Estaba a sólo unas horas de casarme con la gran bestia que en mi vida, había conocido.

¿Cómo llegué aquí? ¿Qué fue lo que pasó?

Qué fui una completa tonta.

¿Cómo?

Esto fue lo que pasó...

***

-¿Qué?-Antes de que pudiera si quiera besarme, me separé lo más lejos que pude de esa bestia.

-Estás corriendo peligro y no lo voy a permitir-. Sonrió.

-Llévame a mi casa-. Exigí.

-Ya he dado mi última-Le interrumpí-... Por favor. Necesito buscar algunas cosas-. Mentí.

-No me interrumpas cuando hablo. Y no necesitas nada de lo que tienes. Serás mi esposa-. Me intimidó con su mirada.

-Son importantes para mí. Por favor-. Casi le supliqué. Joder, cuanto odiaba tener que rogar. Esta me las pagas.

-Diez minutos-. Sentenció. Yo asentí como respuesta.

Con diez minutos era suficiente para buscar lo que necesitaba.

Llegamos a mi casa, él se bajó conmigo. ¡Por dios! ¡No me iba a escapar! No por ahora, claro.

-Cincuenta y nueve...-Soltó mirando el reloj. Yo lo miré confundida.

-Cincuenta y ocho...-Después de la segunda vez que lo dijo, capté y me apresuré a buscar lo que necesitaba.

Tomé lo más importante y lo escondí en la mochila que iba a llevar conmigo.

Ojalá que Chase me ayude en esto.

Cuando bajé las escaleras, él estaba mirando su brillante reloj; supongo que esperando que yo terminase de empacar.

-Vaya, te quedaba un minuto. Excelente-. Rodé los ojos mentalmente.

Estúpido.

-Lindo reloj, ¿eh?-Le halagué.

-Es MUY especial-. Respondió sonriendo y mirando a su reloj súper especial.

-¿Qué tiene de especial?-Pregunté curiosa, una vez que ya estábamos en el auto.

-Algún día lo sabrás. Claro, si tengo que usarlo contigo-. Me guiñó un ojo. ¿Qué quería decir con eso?

Me estremecí. Ya ni quiero saberlo.

-¿Hablaste con mis padres?-Pregunté.

-¿Qué crees?-Preguntó escéptico.

-Pues, no sé, wey. Por algo te pregunté-. Me encogí de hombros. El rió, pero su risa era superficial, lo que me aterraba hasta el culo.

-Cada falta me las vas a pagar una a una. Y no te imaginas cómo-. Volvió a guiñar un ojo.

Estoy segura que ese maldito tiene un tic en ese ojo.

-No te atreverías...-Me interrumpió-. Pruébame y verás.

Cuando llegamos a su "humilde" casa, me dijo que fuera arriba a desempacar lo poquito que había traído.

Unas señoras muy amables me acompañaron hasta donde se suponía que era mi habitación. Él muy descarado me dijo que era muy tradicional, eso quería decir que íbamos a dormir en habitaciones separadas hasta que nos "casáramos".

Estúpido.

Llegué a la habitación, algo grande para mi gusto. Tenía una TV plasma, seguramente más grande que mi cama anterior; una baño que prácticamente parecía una casa; tenía una tina que parecía mi propia cama, seguramente podría dormir allí; el excusado parecía un sofá, prácticamente; la cama eran como dos unidas, pero de las dobles. Creo que allí podrían dormir mis padres, Arielle, Michael y yo, y todavía quedaría espacio.

Lo sé, llegué más allá de los límites de la exageración.

Chloe, ¡concentrate! ¡Estás perdiendo tiempo!

Sí, sí; joder.

Salí de "mi" habitación para ir a la del grosero, estaba al lado de la mía.

No me sorprende.

Llegué a su habitación, ordenada hasta el límite. Tenía prácticamente lo mismo que la "mía", pero a diferencia, ésta se notaba si alguien entrara a buscar lo que no se le ha perdido.

Pero en este momento no me importaba.

Era todo o nada.

Comencé a registrar su habitación en busca de dinero; no era una ladrona o tenía problemas con tomar cosas que no fueran mías ni nada por el estilo. Pero esta era una emergencia.

No tenía dinero, y no podría utilizar tarjetas de crédito de mis padres. Sospecharían.

Encontré una pequeña cajita asegurada, tomé un pequeño gancho de mi cabello, y comencé a abrir la estúpida caja.

Por favor, que haya dinero; por favor.

Cuando la abrí, habían un par de joyas, un anillo que posiblemente estaba más que bañado en diamantes, relojes más costosos que mi propia vida.

Y había un paquete envuelto; mi curiosidad aumentó y abrí la bolsita, allí había un montón de dinero.

Bingo.

Justo lo que necesitaba: dinero. Había más dinero de lo que podía necesitar, pero mejor que sobre y que no falte.

Ahora tenía que idear un plan para escaparme de todos. Espero que esta mierda no sea tan difícil.

-Ejem, ¿sabes dónde está Chase?-Pregunté una vez que estaba en el despacho del grosero.

-¿Por qué te importa tanto lo que pase con él?-Preguntó mirando unos papeles.

Porque obviamente no es un patán como tú. Dije para mí misma.

-Sólo tenía curiosidad. Además, esto aquí huele a aburrimiento-. Él sabía que le estaba tirando una indirecta; por esa razón, dejó de hacer lo que estaba haciendo y me miró expectante.

-Eres muy atrevida, ¿eh? Espero que así lo seas en la cama-. Sonrió con malicia. Dios, ¿no había nada que dijera que no fuese en doble sentido?

-Sólo quiero salir-. Expliqué encogiendome de hombros.

-¿A dónde?-Preguntó escéptico.

-Al centro comercial, no sé-. Miré hacia otro lado. Él me miró con sospecha.

El centro comercial era una ventaja. Ojalá Chase estuviese aquí.

-De acuerdo. Pero que te acompañe Batman y Robin. Y si es caso, Linterna Verde y Flash-. Dijo y seguido de eso volvió a su trabajo.

-¿Vas a ir o vas a ver lo sexy que soy?-Rodé los ojos y me dispuse a buscar a estos NN.

Iba a ser bien difícil despistarlos, pero ojalá y todo salga bien.

Chase, bebé, ¿dónde estás?

Le dije sólo a Bat y a Rob que iría al centro comercial, debido a que tenía más confianza con ellos. Ellos asintieron sin rechistar y me monté en el auto.

Llegó la hora, Chloe. Saca la Megan Fox que llevas dentro.

Cuando llegamos al centro comercial, literalmente ellos no se despegaban de mí. No sabía cómo sacármelos de encima.

Así que comencé a comprar ropa, incluso una peluca por si la llegase a necesitar.

Cuando ya creí que era necesario, les dije que iría al baño.

Les di un par de bolsas para distraerlos. Así que, entré a una cabina y comencé a cambiarme lo más rápido que pude. Arreglé mi cabello para darle paso a una peluca. Era de color rubio. Espero no llamar mucho la atención.

Salí y me miré en el espejo: Vaya, me sentía Hannah Montana.

Lo mejor de ambos mundos.

Habían un par de chicas hablando y riendo mientras se arreglaban. Cómo las envidiaba en ese momento.

Esperen, ellas me servían para salir del estúpido baño.

-Hola-. Saludé un poco tímida.

Vamos, Chloe, que tú puedes.

Me tomó un tiempo convencerlas, hasta casi lloro; pero al final aceptaron.

Les dije que trabajaba para el servicio secreto de los Estados Unidos y habían dos hombres allá fuera esperando por mí para torturarme. Que si ellas querían ser de ayuda, tenían que ayudarme a salir de ese lugar para poder avisar.

¿Qué? Hay que escaparse con estilo.

Eran como unas ocho, me dijeron que fuera en el medio para que fuera más fácil salir desapercibida.

Y fue así, ellos estaban allí esperándome, mientras yo salía por el otro lado del centro comercial para poder escaparme.

Por favor, que esto funcione.

Tomé un taxi y le dije que me llevara rumbo al aéreo puerto, pero que tomara el camino con menos tráfico y poco común.

Espero no estar yendo muy lento. Mis manos me temblaban; estaba que orinaba mis pantalones.

Llegué al aéreo puerto, lo primero que hice fue buscar el primer vuelo a Orlando-Florida.

Disneyland, aquí voy.

-Buenas tardes, señorita. Identificación, por favor-. Una chica muy amable me atendió.

-Tome-. Le entregué mi identificación. Estaba nerviosa. Miraba hacia todos lados por sí alguien me estaba siguiendo; pero afortunadamente no fue asi.

-El vuelo sale en diez minutos, pero puede ir abordando por sala tres.

-Muchas gracias, señorita-. Le dije corriendo hacia la estúpida sala.

Luego de haber entrado en la sala cuatro y en la sala dos, finalmente di con la tres.

Realmente no tenía equipaje que dar, sólo mi mochila, así que la pasé. Ellos se aseguraron de que no tuviera nada dentro y me dejaron pasar.

-Ahora, siga derecho por este pasillo para abordar al avión-. Me dijo un chico de unos veinte años sonriendo.

Por dios, hoy estoy de prisa, cuando tenga tiempo te pido el número, bombón.

Corrí lo más rápido que pude por el pasillo hasta encontrar a la chica que recibía los tíquets de vuelo.

-Buenas tardes, el tíquet, por favor-. La chica muy amable me sonrió y recibió mi tíquet.

-Siga, por favor.

Estaba feliz, creo que la vida por fin me había sonreído. Iba sonriendo caminando por el pasillo hasta que sentí que me halaron del brazo.

Que sea la ayudante de vuelo. Supliqué.

-¿A dónde ibas, princesa?- Las lágrimas comenzaron a salir involuntariamente.

-Al centro co-comercial-. Respondí de espaldas a él.

-¿En serio? ¿Y queda así de lejos como para irte a Orlando?-Sabía que tenía otras intenciones con esa pregunta.

-No-no había lo que estaba buscando-. Contesté.

-¡No seas tan cínica! Deja la estúpida broma que no estoy de humor-. Me tomó del brazo haciéndome voltear hacia él. Estoy segura que estaba tratando para mantener la cordura.

-Es mi vida-. Susurré.

-¿Qué dijiste?-Me tomó más fuerte del brazo.

-Me-me estás lastimando-. No vayas a llorar, Chloe. No vayas a llorar.

-Megan...-Cuando escuché esa voz sentí respirar de nuevo en mi vida.

-Chase-. Literalmente me lancé a sus brazos.

-Megan, ¿qué estas haciendo, por dios? Te dije que no buscaras problemas-. Me susurró.

Chase no podía entender qué era casarse con alguien que no amaba.

-Vámonos de aquí-. Soltó la bestia.

-Señor, pero ella tiene que viajar-. Dijo la chica que estaba viendo todo el espectáculo.

-¿Sabe quién va a viajar, señorita?

-Kyle no seas grosero. Megan ya está contigo. Sólo vámonos-. Le dijo Chase calmandolo.

La bestia sólo se ahorró lo que le tenía que decir a la chica y nos dispusimos a salir.

Sabía que iba a empeorar más las cosas, pero tenía que hacer el último intento de mi vida:

Correr.

Corrí lo más rápido que pude, literalmente lloraba corriendo. Lo que era mala idea porque me era difícil respirar.

Luché hasta que sentí que unos fuertes brazos me atraparon.

Valió la pena intentarlo.

Una vez que Batraidor me llevaba devuelta a donde estaba la bestia y Chase, me sentí perdida.

Chase me miraba con tristeza, y la bestia me miraba con furia.

-Meg, por favor...-Chase intentaba hacerme entrar en razón, pero yo no escuchaba, estaba en shock.

Cuando Batraidor me entregó a la bestia, sentí otra esperanza y comencé a forcejear con todas mis fuerzas.

Lo único que pude ver fue a varias camionetas negras en frente de mí, y una navaja apuntando mi vena yugular.

-Intenta correr y te vuelo la cabeza-. Susurró sensualmente en mi oído.

-Kyle, hermano; ya basta. Por favor, déjala-. Suplicó Chase intentando calmarlo.

-¿Por qué la defiendes tanto, Chase? ¿Acaso te gusta? ¡Contéstame!-La bestia sacudía la navaja cerca de mi vena.

Por favor, que de en el blanco. Mátame ya.

-¡¿Qué cosas dices?! ¡Kyle baja esa estúpida navaja ya!-Imploró Chase desesperado.

Era la persona más importante en mi vida en estos momentos.

Lo único que pude ver fue que la bestia suspiró y presionó un botón. Todo encajaba:

El había usado su reloj conmigo.

No sabía si estaba decepcionada por no morir o feliz por la clase de persona que tenía a mi lado.

Le debía una grande a Chase.

Sí, se la debía porque realmente no quiero morir, sólo quiero que acabe mi sufrimiento.

Pude escuchar el suspiro de Chase.

-Sube al maldito auto-. Exigió. Yo le obedecí.

-Déjala. Cuando lleguemos hablas con ella-. Chase habló suave.

-Cállate y no me digas qué hacer-. ¿Cómo era posible que hablara con tanta paciencia en la vida.

-Puedes tratarme como se te venga en gana, pero a Chloe déjala en paz-. Exigió Chase.

-Tú y yo hablaremos después, Chase. No te preocupes.

Y después de que la bestia dijo eso, nadie más dijo nada. Sólo había un silencio abrumador.

Cuando llegamos a la "humilde" casa, lo que hice fue intentar subir a "mi" habitación; pero la bestia me lo impidió.

-¿Dónde conseguiste dinero?-Preguntó.

-¿Ah?-Le dije confundida.

-¿Con qué dinero ibas a irte de aquí?-Repitió. Y no hacia falta decirlo, si él lo preguntaba, era porque ya sabía.

-Te lo pagaré-. Prometí.

-No te preocupes. Muy bien que lo vas a hacer. Chase, te espero en cinco minutos-. Después de decir eso se fue al despacho.

-Lo siento, Meg-. Chase me abrazó y yo le devolví el abrazo.

-No te preocupes, Chase. Ve que te está esperando-. El asintió y me dispuse a ir a la famosa habitación.

***

Prácticamente todo el mundo me señalaba como una ladrona, rebelde y escandalosa.

La bestia se había encargado prácticamente de que todo el mundo se enterara qué clase de persona era, lo más irónico era que esa persona se iba a casar con él.

Mi madre, si se puede llamar asi, cuando se enteró comenzó a bofetearme y gritarme lo golfa y vagabunda que era.

Palabras que me dolieron mucho más que nada.

Mi padre, ya ni sabía quien era, me había dado la espalda y ni si quiera dejó que le explicase.

La bestia no dejaba que Chase sé me acercara, me mantenía encerrada en la estúpida habitación como una prisionera.

La excusa que el tenía era que a las ladronas habían que mantenerlas vigiladas.

Qué tristeza, nadie hablo de el porqué lo hice y la navaja que el apuntó hacia mi vena yugular. Nadie hablaba de que estaban obligando a una chica a casarse.

Nadie hablaba de lo infeliz que sería.

Y aquí estaba yo, lista para casarme; lista para pagar mi deuda... Estaba tan arrepentida de haber cogido es dinero; así no le debería nada a nadie en estos momentos.

Para completar la información, la cantidad que había allí, costaba mi vida entera; lo más estúpido fue que dejé la mochila en el aéreo puerto.

Junto con todo el dinero.

Junto con mi libertad.

Junto con mi felicidad.

¿Ladrona? Estoy segura que te robaste más que dinero, un corazón. Esto te condenara para siempre. Esto apenas es el comienzo.

Qué tal? Comenten y voten porque soy kul. Lol. Okno. Casi ni subo, pero soy una chica de palabra. Espero que les guste.

Gracias por leeer.

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Pd: amo a Chase.

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