11. ¡NO ME LLAMES ANNIE!

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Maddie

Sentí como Anna presionaba el cuchillo en mi mejilla, cortando. ¡Me cortó la cara!

Intenté quitarla de encima de mí, pero era imposible, ella es mucho más fuerte que yo.

- ¡Anda, sálvala! - gritó riéndose en mi cara.

- ¡¿Por qué haces esto?! - gritó Ashley del otro lado de la habitación - ¡¿Por qué quieres matarme?! ¡¿Por qué me odias?! - Anna parecía no escucharla, estaba muy concentrada tratando de matarme mientras yo trataba de que no lo hiciera. Ni a mí ni a nuestra prima. - ¡Déjala en paz!

Anna pareció salir de su trance endemoniado y dejó de presionar el cuchillo -exageradamente afilado- en mi cara, pero no me soltó de su fuerte agarre.

- Tienes razón querida prima... - giró sorprendentemente rápido el rostro hacia Ashley, a la cual le temblaba el labio inferior levemente. Se veía mallugada, como si le hubieran dado una paliza con un bate de baseball, su frente brillaba por el sudor y sus ojos por las lágrimas - El juego no es con Maddie, no necesitábamos más jugadores, éramos solo tú y yo, pero Maddie quería jugar... ¿No quieres que ella juegue con nosotras?

- N-no... - mi prima tartamudeó nerviosa.

- Bien... - dijo Anna quitándose de encima de mí. - Pero luego no la quiero interponiéndose...

- ¡Ashley, ¿estás loca?! - le grité desde mi posición.

- ¡No!... intento salvarte - la interrumpí. Ella sí estaba loca.

- ¡Deja de intentarlo! ¡Yo soy quien intenta salvar tu pellejo! - repliqué sintiéndome repentinamente molesta con ella.

- ¡Deja de hacerlo también! - me gritó con los ojos llorosos.

- ¡Cállense! - gritó mi psicótica hermana enterrando el cuchillo en el dorso de mi mano izquierda.

- ¡Ah! - Grité desesperada, ella sacó el cuchillo de mi mano de un tirón importándole muy poco mis gritos de dolor, mientras yo la sostenía con mi otra mano. ¡Dolía como el infierno!

Se levantó de un salto del suelo y caminó hacia donde estaba tirada mi prima sin pudor alguno.

- No sabes cuánto esperé esto... - murmuró lo suficientemente alto solo para que ella y Ashley escucharan, pero estaba tan pendiente de todos y cada uno de sus movimientos que escuché a la perfección.

- No te le acerques... - murmuré con la voz atropellada y ahogando otro grito de dolor, giró su rostro sobre su hombro para verme de reojo.

- ¿O qué? - dijo con una sonrisa altanera en su rostro... fue exactamente lo que yo le había dicho arriba y lo que provocó que estrellara mi cara en la puerta de vidrio.

¡Oh, no!

Tragué con dificultad un nudo que se formó en mi garganta y sentí un terrible malestar en la boca del estómago. Sentía la sangre como ácido corriendo por mis venas por el coraje, me sentía totalmente ridícula, impotente, débil y muy estúpida. No debí hacerle caso a Anna al entrar en su juego siniestro, era ya más que obvio que tenía todo planeado y perfectamente calculado. Debí pedir ayuda cuando tuve oportunidad y no creerme una heroína. Pero ahora era demasiado tarde.

Era el fin. Yo no podría hacer nada... ella la iba a matar.

Anna sonrió más ampliamente, viéndose satisfecha cuando me quedé callada y desvié la mirada de la suya hacia mi prima sintiéndome derrotada. Mi hermana se agachó justo al frente de Ashley. Ésta temblaba salvajemente. Apreté mis ojos para evitar que más lágrimas salieran, pero no daba resultado. Salían como cascadas... y Ashley estaba igual o peor.

- No, no, no... - Dijo Anna negando con la cabeza - Nada de llorar... aún. - soltó una pequeña carcajada. - veamos... ¿qué quieres que haga primero? ¿Sacarte los ojos o un riñón? - dijo sin poder aguantar la risa... ¿Qué había de gracioso en eso de todas formas?

La vi sacudir su cabeza levemente para recuperarse.

- ¿Sabes qué? No te lo diré... será mejor si es sorpresa... - se giró a verme de nuevo - ¿no es cierto, Maddie querida? - Su voz era tan suave y aguda que me hizo estremecer, mas no le respondí. - ¡TE HICE UNA PREGUNTA! - me sobresalté tanto que casi me caigo de espaldas. Asentí con la cabeza inconscientemente... ¿Por qué asentí?

¡Ah, sí!... Porque le temo a Anna.

- Bien... - Acercó el cuchillo al rostro de Ashley... no importó todo lo que gimoteó, ni lo que gritó, ni lo que imploró, de todas maneras, Anna tenía la ventaja... Era la única que podía mantenerse en pie por ella misma.

- Eso es... - Anna le cortaba el rostro... ¡Le estaba cortando el rostro!

La sangre salía sin parar... en muy poco creo que no van a poder ni reconocerla. Sus lágrimas se mezclaban con su sangre y... yo no sabía qué hacer... tenía demasiado miedo.

- La, la, la, la... - ¿Por qué cantaba? - la, la, la... - se acercó al oído de Ashley, pero no susurró. Habló normal... quería que yo escuchara - ¿te gusta, princesita? - dijo remarcando con asco la última palabra.

- No... - dijo mi prima llorando. -Por f-favor, para... - su voz estaba quebrada, los sollozos no se detuvieron y Anna tampoco.

- Por favor, Anna... déjala... No la mates... - dije seguido de un gemido de dolor, mi voz salía rasposa y entrecortada... me dolía hasta el pecho.

Nunca creí a Anna capaz de algo así... o tal vez sí.

- ¡BASTA DE CHARLAS! ¡ESTOY HARTA! - y tan rápido que ni yo lo vi venir, enterró el cuchillo en el abdomen de Ashley haciendo que ésta se encorve y que su boca provocara un grito sordo.

Sangre... sangre como nunca había visto salía del torso de mi prima.

- ¡NO QUIERO ESCUCHARTE HABLAR OTRA VEZ! - le enterró el cuchillo otra vez, pero más abajo.

- ¡NO, PARA! - grité tratando de arrastrarme hasta ella, pero me dolía el estómago y aún me sangraba la mano, ya no la podía ni sentir.

Anna patea fuerte.

- ¡QUE TE CALLES! - y volvió a clavarle el cuchillo.

Ashley solo gemía del dolor... la pobre ya casi ni se movía.

- ¿Qué te... hice? - la voz de Ashley salía ronca y se notaba que hablaba con dificultad - ¿Por qué me... odias? - Anna la miró justo a los ojos con un destello de incredulidad y pude jurar que vi una lágrima escapar de su ojo derecho. La limpió rápida y bruscamente.

Parecía tener una batalla interior entre decirle o no.

¿Qué ocultas, Anna?

- Porque... porque yo... n-no soy tú... - dijo y más lágrimas se escaparon de sus ojos.

¡Anna estaba llorando!

- ¿Y yo... tengo la culpa... de eso? - Ashley le replicó tosiendo y escupiendo sangre en el proceso. Intenté arrastrarme más cerca, pero Anna me dio una mirada asesina y no me moví.

- No quieras ser la víctima aquí, Ashley... tú más que nadie sabes lo que me hiciste. - el odio y la tensión podían incluso palparse tras esas palabras.

- Eso fue hace.... años, Annie...- ¡Esperen! ¿Annie?

Anna Abrió los ojos como platos y levantó el cuchillo. Su semblante se oscureció al igual que su mirada, jadeaba como si no pudiese contenerse y la rabia y la ira la estuvieran consumiendo.

Su mano no tembló.

- ¡NO ME LLAMES ANNIE! - gritó para luego sajarle la garganta a nuestra prima y clavarle el cuchillo por última vez justo en el corazón... dándole una muerte instantánea.




Mi hermana es una psicópata ©Where stories live. Discover now