Maddie
La puerta se abrió, dejando entrar la figura de mi hermana con un ceño fruncido bastante pronunciado. Estaba escaneando la estancia, como si estuviera buscando algo.
Y ese "algo" era yo.
Sus ojos se posaron en mí y se ensancharon al notar la sangre proveniente de mi brazo.
Abrió y cerró la boca un par de veces, tal vez buscando las palabras adecuadas para decir.
Finalmente dijo en tono frío y distante:
- Creo que no volveré a dejarte sola de nuevo. — Puse los ojos en blanco y me levanté lentamente del suelo sin despegar mi mirada de la suya.
- ¿Eso es lo único que se te ocurre decirme? – negué con la cabeza y salí del baño seguida por Anna.
- ¿Y qué quieres que te diga? — detuvo mis pasos, me giró tomándome fuerte del brazo herido manchándose la mano con la sangre que empezaba a salir nuevamente. La miré justo a los ojos – "Oye Maddie, lamento haberte dejado sola por pensar que eras lo suficientemente madura como para cuidarte a ti misma y no destruir la casa por una hora, pero ahora veo que estaba equivocada"...- dijo usando una voz aguda y molesta — Porque créeme que a mamá no le gustará ver este desastre. — dijo cada palabra lenta y pausadamente apretando más su agarre y clavándome más los vidrios en la piel. Apostaba mi mesada a que se cortó la mano por la fuerza empleada. Gemí en protesta. Su mirada estaba más oscura y sus pupilas estaban más dilatadas. Se veía molesta, como si algo le hubiera salido mal.
- ¡Suéltame! ¡Me estás lastimando! — grité y me estremecí cuando me soltó el brazo con una lentitud desesperante. —No es mi culpa que mi hermana mayor me deje sola, de noche, a oscuras y con vidrios rotos por toda la cocina. ¡Una hermana normal me hubiera ayudado a limpiar el desastre, no irse y dejarme sola!
- ¡Pues lamento ser una terrible hermana! ¡La próxima vez dejaré que te mueras si es necesario y no voy a ayudarte ni, aunque me ruegues! — Tenía los ojos de loca otra vez... —¡Eres una malagradecida!
- ¿Qué? ¿malagradecida yo? – esto era increíble, ¿cómo se atreve?
Ella respiraba pesadamente y yo tenía miedo de lo que sea que esté pensando hacer.- ¿Sabes qué? ¡No vales la pena! — gritó girando sobre sus talones y comenzó a caminar por el oscuro pasillo calmadamente. Se paró delante de la puerta de su habitación y giró su cuerpo para mirarme una última vez. — Será mejor que no te metas conmigo, Maddie. No querrás ver mi perfil malo.
- Creí que lo estaba viendo. —dije recordando su actitud de psicópata.
- Oh, Maddie... No tienes idea. — dicho esto entró a su habitación dejándome sola -de nuevo- en la oscuridad.
Ahora le temo a Anna más que antes.
¿Por qué tuvo que ser ella quien abriera la puerta? Hubiera preferido un fantasma.
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Mi hermana es una psicópata ©
Horror| Libro I de la trilogía "Ojos Oscuros" 🔪| El odio, la envidia y el rencor son la fórmula perfecta para el desastre. Estos oscuros sentimientos transformaron a una adolescente en una asesina sedienta de venganza hacia quién menos te lo imaginas. Y...