Capítulo 25

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Intento pensar en alguna ruta de escape mientras Black se acerca a mí.

—¿Crees que no sé que piensas en escapar? —se posa sobre mí, inmovilizándome.

Me transformo en licántropo para resistirme, pero el hace lo mismo. Su posición es mucho mejor que la mía.

—Suéltame, asqueroso desquiciado, hijo de...

—No te resistas, Inu. Estoy seguro de que te gustará...

Está usando las mismas palabras que usó aquella vez.

Recuerdo bastante bien ese momento. Ese momento en el que Black y sus amigos fueron mis compañeros. Ese momento en el no tenían nada mejor que hacer que abusar del más débil y vulnerable. Ese momento en el que decidió tomarme a la fuerza para divertirse.

Black me sujeta de la cola y hala de ella para "acomodarme" a su conveniencia. Mientras permanece ocupado toqueteando mi entrepierna, me veo obligado a seguir buscando una forma de quitarme la maldita cadena.

Definitivamente voy a matar a Claus por esmerarse tanto en esto. Y le irá peor si Black consigue lo que quiere.

Black aprieta mi pene haciéndome dar un brinco de la sorpresa, lo que lo hace reír divertido.

Maldito hijo de perra, tengo que liberarme de esto.

De pronto, recuerdo el collar que Riku me entregó. Me lo quito y observo el colgante.

Una garra.

Perfecto.

Black sujeta mi cintura y me hala hacia él, obligándome a sentir su pene completamente erecto en mi trasero.

—¿Quieres saber por qué te odio realmente? —dice comenzando a frotarse por sobre la ropa —. Te odio porque a pesar de todos mis intentos por hacer que te largaras, no lo conseguí.

—Debió ser frustrante para ti, quedar como el idiota que no logró sacar al "marica" de tu mundo, ¿eh? —si no le sigo la corriente, se dará cuenta de lo que intento. Mis palabras parecen haberlo molestado —. Apuesto a que nunca creíste que el que se largaría serías tú, ¿verdad? ¿Quién iba a pensar que una basura como tú sería el capitán de una ciudad? Menudo mal nacido el que debía proteger a mi familia.

—¿Me culpas por la muerte de tu familia? —me arranca los pantalones de un solo tirón —. Y pensar que lo que hiciste por tu hermano fue una pérdida de tiempo. Pero bueno, ya basta de jugar...

—Yo creo que no... —recojo una pierna y le doy un golpe directo en la cara haciéndolo caer de espalda —. Eres un idiota por creer que sigo siendo el mismo cobarde de hace años, Black —las cadenas se deslizan por mis brazos dejándome libre. Luego le agradeceré a Claus el haberme enseñado ese truco. O quizás no.

—Hijo de... —intenta golpearme, pero lo esquivo y entierro mi puño en su abdomen haciendo que se arquee.

—Lo que hiciste esa vez me rompió en pedazos... Pero, también me ayudó a hacerme más fuerte —saca una daga de su bolsillo, pero antes de que pueda tomar el impulso para hacer cualquier cosa, se la quito sin ningún esfuerzo —. Ya no dejaré que vuelvas a abusar de nadie más. No te perdonaré por haber tocado a Riku. Y creo que aun así, estoy siendo generoso contigo al no molerte a golpes, Black. Yo no soy como tú.

Entierro la daga en su pecho hasta el mango y lo sujeto con fuerza hasta que deja de moverse. Entonces lo suelto y veo su cuerpo inerte frente a mí.

Yo no soy como Black. Pero soy capaz de lo peor por defender a la persona que amo.

—¡Inu, tenemos...! —entra Claus —. ¡¿Se puede saber qué...?!

—¡¿Dónde mierda se habían metido?!

El último hijo de LycaonWhere stories live. Discover now