Capítulo 24

57 13 14
                                    

De verdad necesito que Claus me lo vuelva a explicar.

—¡No es difícil, Inu! —me reclama irritado —. Fingimos entregarte por traicionar la confianza del Rey, nos hacemos pasar por guardias del palacio y damos con el traidor. Porque seguramente él sí se dará cuenta de que no somos los hombres que envió.

—¿Qué hay de Riku?

—Si alguien ayudó a escapar al sujeto, conocen su forma humana. Nadie conoce a este chico, realmente. Prácticamente será...

—Peso muerto... —comenta mirando hacia otro lado.

—Exacto —dice Claus —. A nadie le importará que esté con nosotros salvo...

—Quien conozca la forma humana de Tireo y encuentre algún parecido con él.

—Lo tienes. Estrellita dorada a nuestro capitán.

—Está bien. Pero ¿era necesario encadenarme como si fuera un sujeto peligroso —los demás ríen por lo bajo.

—No realmente. Pero encadenar a tu Capitán como un animal es el sueño de todo subordinado. No iba a dejar pasar esta oportunidad.

Nunca antes había temido tanto por mí vida estando cerca de este sujeto.

—Atento, Claus —anuncia Beck —. Ya vamos a entrar...

—Bien, ahora solo finjan demencia mientras el equipo de Élite que tanto has desaprovechado hace lo suyo.

—Solo mantén tu demencia a raya.

—¡Ja! Te lo tomas muy a pecho, Inu. Por eso tu plan no funcionó del todo —la carreta se detiene. Los demás bajan de inmediato dejándonos a los tres arriba —. Bien, supongo que a partir de este momento estarán solos —sujeta a Riku y lo hace caer sentado sobre mí —. Concéntrence y no lo arruinen con sus problemas de pareja —bos deja solos.

Entiendo que Riku esté molesto. Él desvía la mirada mientras permanece sentado sobre mí. Realmente no hay mucho que pueda hacer, ya que Claus se esmeró en dejarme encadenado como si hubiera tenido algo más retorcido en mente.

—¿Prometes que no arriesgarás tu vida? —murmura sin mirarme.

—No puedo prometerte eso dada la situación —veo su expresión de dolor al decir eso —. Riku, no voy a prometerte cosas que no sé si podré cumplir. Lo sabes —baja la mirada.

Intento acomodarme y hago que Riku quede más cerca de mí.

—Oye —apoya la cabeza en mi pecho —. Lo siento, de verdad. —acaricio su cabeza con la mía —. No era mi intención hacerte sentir despreciado, ni mucho menos hacerte pensar que te dejaría atrás —la carreta vuelve a ponerse en moviento. Riku se despega de mi pecho y nos miramos unos segundos antes de darnos un profundo beso.

—Solo no mueras. No me dejes atrás de esa manera, porque sabes que no podé seguirte —me abraza aferrándose a mí con fuerza. 

—Descuida, no lo haré —junto mi frente con la suya y guardamos silencio un momento hasta que recuerdo ese sueño —. Riku, necesito ese collar que guardas en tu pantalón —me mira confundido —en el bolsillo falso que tienes ahí. Acyor...

—¿Acyor?

—Sonará un poco extraño y creerás que estoy loco, pero cuando estaba inconsciente, Acyor habló conmigo. Dijo que con eso podría detener a Tireo. Necesito que me lo des.

—Yo... Claro... —rompe su bolsillo y saca el collar —. Aquí está —lo observa un largo rato hasta que lo coloca en mi cuello —. ¿Por qué lo...?

El último hijo de LycaonWhere stories live. Discover now