Capítulo 23

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No sé en dónde estoy. Pero parece una pradera con cesped alto. Es un lugar muy hermoso y que trae mucha tranquilidad.

¿Dónde estoy? —siento un ligero eco.

—Aquí fue donde Linus creció.

—¡¿Quién dijo eso?! —volteo sorprendido

—Nunca creí que vería a Linus sonreír de esa forma de nuevo —un sujeto se acerca a mí.

—¡¿Quién eres?!

—Gracias por amar y proteger a mi querido hermanito.

—¿Qué...?.

—Realmente lo has protegido mejor que yo.

—¿Quién eres?.

—Mi nombre es Acyor, hermano mayor de Linus, o Riku, como tú lo conoces —. Lo oigo hablar pero sus labios no se mueven. Igual que yo. Solo hacemos gestos.

—¿Acyor? ¡Espera! ¿Estoy muerto? —ríe negando con la cabeza.

—Descuida, no lo estás; pero casi lo logras —dice mientras enseña levementelos dientes con su sonrisa —. Tu cabeza es muy dura. Resistes bien los golpes.

—Yo...

—Está bien, lo siento —su sonrisa se suaviza —. Fui yo quien te trajo, Inu.

—¿Cómo sabes mi nombre?.

—Aun estando muerto, acompaño a mi hermanito —u mirada se vuelve seria—. Tireo no descansará hasta encontrarlo. Protégelo a toda costa, por favor. Mi hermano merece ser feliz, así como lo ha sido todo este tiempo contigo.

—Dime cómo puedo ayudarlo, me acerco a él. Cómo salvo a Riku.

—¿Cuánto lo amas? —pregunta con seriedad.

—Lo amo más que a mi propia vida —al decir eso, Acyor vuelve a sonreír y me enseña un objeto.

—Coloca esto alrededor del cuello de Tireo y clava el colgante en el centro de su pecho —me muestra un collar con una garra —. Lo ha escondido bastante todos estos años. Búscalo en el falso bolsillo izquierdo de su pantalón. Ahí lo encontrarás.

—Pero...

—Descuida. No lo vas a matar. Solo harás que caiga en un profundo sueño. Y cuando lo hagas, yo me encargaré de él.

—Comprendo.

—Ahora despierta, Linus lleva un buen rato llorando, intentando hacer que reacciones.

A varios metros de donde estamos parados, logro ver a un pequeño niño. Está arrodillado en el suelo, rodeado de la hierba mientras llora sin cesar. Sólo, asustado. No deja de llamar a Acyor diciendo que tiene miedo.

—Anda, ve con él —sonríe con tristeza —. Yo ya no puedo protegerlo

Me acerco al niño y me acuclillo frente a él. Él me mira sin dejar de llorar.

—No llores, Riku. Todo estará bien —extiendo mi mano hacia él y me mira con desconfianza.

—¿Quién eres? —se aparta —. ¿Dónde está Acyor? —continúa llorando.

—Tranquilo, Acyor no puede venir. Pero, yo estaré para tí a partir de ahora.

Sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas mientras me mira. Yo sonrío levantándolo del suelo y lo abrazo. Cuando lo vuelvo a mirar, ya no es un niño. Es el Riku que conozco.

—Inu... —me abraza con fuerza —. Inu... —siento su respiración calmada —. Despierta, por favor.

Termino por secar sus lágrimas y lo beso con suavidad.

El último hijo de LycaonWhere stories live. Discover now