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La pelinaranja tardó exactamente cinco segundos para entender que quien le estaba mensajeando era el rubio. Y tardo otros segundos más en pensar en responderle o no, miraba la hora en su teléfono sabiendo que ya era de madrugada. ¿Que era lo que queria? Quizás había pasado algo. Todos esos pensamientos cruzaron por Yuusei mientras se debatía entre contestar y no, podía a ver pasado algo y por eso era el mensaje tan tarde, pero también quizás podía ser algo sencillo y no quería eso, a pesar de que ya se estaba desvelando, si lo hacía más no tendría más ánimos de ir a la universidad el día siguiente y eso, conociendo a Hana, no estaba en su vocabulario.

– ¿Pasó algo?– Pregunto respondiendo el mensaje que le había enviado hace unos minutos.

– Pensé que estabas dormida. – El rubio no tardó nada en responder el mensaje. Parecía que no tenía sueño.

– No, no puedo dormir.– Yuusei pensaba que esa sería la noche de tantas cuando antes de desvelaban hablando por mensaje o teléfono.

Después de unos minutos, en donde Jimin ya no respondió, la pelinaranja se acomido mejor en su cama para ver si así podía lograr dormir. Quizás el rubio le había ganado el sueño y se había dormido, quizás ella también debía de hacer lo mismo, pero por más que cerraba sus ojos no podía hacerlo, odiaba cuando pasaba eso. Fue hasta que sintió como vibraba su teléfono que había puesto abajo de su almohada. Talló sus ojos y miró a la pantalla de su móvil, mientras su corazón latía con fuerza al ver que era el rubio quien le estaba llamando.

– ¿J-Jimin?

– ¿En serio tienen que vivir en uno de los pisos más altos?– Pregunto sin siquiera decirle por que le había llamado, o por que decía eso.

– ¿Por que dice eso? – Dijo con una risa mientras escuchaba su tono de voz, que parecía que era un niño que hacía berrinche. En realidad, Jimin era como un niño.

– ¿Puedes salir un momento?— La pelinaranja se levantó lentamente para no hacer ningún ruido que pudiera despertar a sus amigas. Abrió la puerta rogando que no hiciera ningún ruido y de puntitas camino hacia la ventana de la cocina mientras miraba hacia abajo.

– No entiendo nada de esto. – Dijo en un susurro pero que el rubio alcanzó a escuchar soltando una risita. – Estoy afuera, ¿que pasó?– Agregó en un susurro.

– ¿Quieres salir?– Ante la pregunta ella frunció el ceño. ¿Salir a esta hora? A veces pensaba si Jimin estaba bien de la cabeza. ¿Como salir a esta hora?

– Jimin... es de madrugada.– Contesto. Ella nunca había hecho algo así, incluso se imaginaba todos los escenarios en donde sus amigas la regañaban si salía a esa hora.

– Y yo estoy abajo.– Yuusei aunque trataba de no hacerlo, sonrió. Miro otra vez hacia abajo y en la acera estaba Jimin que observaba hacia arriba. – Deberíamos salir, yo tampoco tengo sueño.

– ¿Y a donde vamos a ir?

– A perder el tiempo.– Dijo con otra risa. Pero al ver que Yuusei no respondía nada, pensaba en cómo trataba de convencerla. – Todavía hay que terminar el proyecto, hay que aprovechar esto, tengo mis cosas en el auto, por favor.– Agregó.

Yuusei hizo un pequeño puchero y miró las puertas de las recámaras de sus amigas. En realidad esto sería más fácil si les decía a sus amigas que estaba saliendo con Jimin, pero en parte, se sentía culpable de que su mayor promesa no se hiciera realidad. Se sentía mal de ocultarles algo, era un sentimiento que tenía todos los días, cada ves que les hablaba o estaba con ellas, era como un peso horrible en sus hombros que quería desacérese de eso. Volvió a observar a Jimin que seguía mirando hacia arriba, pero aún así, aceptó irse con el.

Amor no correspondidoWhere stories live. Discover now