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Yuusei no pensó estar en esta situación también, no podía creer que Jimin haya tomado asiento junto a ella. Con su típica y blanca sonrisa se acercó a la pelinaranja.

– Hola Yuu.– Le dijo en un susurro. Hace mucho tiempo que no estaba cerca de Jimin. Ella sonrió en respuesta dispuesta a prestar atención en clase, pero por más que quiso hacerlo no lo logro. Miraba a su lado a él rubio prestando toda su atención a la clase, con su cabello ligeramente alborotado, una mano en su mejilla haciendo que se levantara y Yuusei sonrió con ternura.

Recordó cuando fue la primera vez que llegó a la ciudad, estaba nerviosa, en si se mudaba a un lugar completamente desconocido y enfrentarse a algo nuevo le daba emoción pero también miedo. Ese día llegó más temprano que los demás alumnos, no había nadie en el gran salón, que hasta ese día se le hacía intimidante, se presentó con el maestro que la animó para que no tuviera nervios, le mostró el salón y también su pupitre. Ella se sentó tratando de calmar sus nervios, sacó su cuaderno y empezó a dibujar. Eso era lo que la tranquilizaba, estaba dispuesta a terminar el dibujo del cielo estrellado antes de que llegaron los demás, estaba tan atenta a eso que no se dio cuenta de que un chico de cabello algo corto, negro y con unos grandes lentes decorando su rostro se acercaba a sentarse en el pupitre de aun lado.

– Debes ser nueva. – Dijo el pelinegro sacando igual que ella un cuaderno que tenia varios garabatos en ella. – También me gusta dibujar. – Agrego, extendiéndole su cuaderno. Yuusei no sabia muy bien como actuar, recordaba como se le hacia difícil hacer amigos, mas donde no conocía a nadie. Pero no le gustar sola, es por eso que a cada lugar que iba le gustaba hacer, como a ella le gustaba llamar ''amigos provisionales.'' Pensaba que ese chico seria ese tipo de amigo, aunque sucedió todo contrario, ella nunca pensó que seria el primer amigo que tendría en cuanto llego de Japón.

Y a pesar que se conocían desde chicos ambos siguieron caminos distintos, pero aun así tenían el mismo gusto en común, la pintura. Jimin hizo sus propios amigos y Yuusei hizo lo mismo, todavía se miraban de vez en cuando, ya sea en una exposición de arte o en el museo. La comunicación con ellos era igual de buena como desde cuando se conocieron, pero cuando una noche en donde ninguno de los dos ninguno podía dormir, se dispusieron a hablar por teléfono para no estar aburridos y el momento los envolvió a ambos. Yuusei ya sentía algo por Jimin y era mas que una simple amistad, estaba decidida a decirle lo que sentia en esa ocasión, tenia el valor para hacerlo, pero no sabia que Jimin también le quería decir algo.

– Esta bien, tu primero. – Le dijo la pelinaranja. Se acomodo mejor en la cama para escucharlo mejor.

– Me gusta Mirai. – Dijo sin mas. Yuusei se quedo inmóvil, la verdad no se esperaba eso, se quedo mirando a un punto fijo en su habitación esperando a que fuera una broma de su parte mientras sentía como su corazón le daba una punzada. – No esperabas eso ¿verdad? – Agrego. Ella se podía imaginar como estaba Jimin, seguramente cubierto hasta si rostro por la confesión que le acababa de hacer.

– La verdad, no. – Respondió carraspeando.

– Creo que mejor no debí de a verte dicho. – Agrego en voz baja.

– ¡No, no! – Respondió rápidamente. Con todo el cariño que tenia, se guardo lo que iba a decir y agradeció por que Jimin no recordara que también le tenia que decir algo. – Gracias por tenerme confianza. – Se trago el nudo de su garganta y sonrió aunque Jimin no la podía ver.

La llamada se termino después de diez minutos mas, ambos ya estaban cansados. Yuusei se acomodo mejor en su cama esperando comodidad, pero no consiguiéndola. Se levanto de su cama para ir por un poco de agua, prendió las luces para ir a la cocina, parecía que todas estaba durmiendo así que hizo el menor ruido posible. Volvió a su cuarto con su vaso lleno de agua y se sentó en su cama, miro a su lado y sonrió con tristeza. Habia dos fotos decorado el mueble, una de sus amigas en la feria sonriendo y haciendo poses divertidas y la otra era una foto de ella con Jimin, ambos se habían encontrado en una exposición nueva y al tener algo de tiempo sin verse Jimin decidió tomar una foto del recuerdo, donde tenia de fondo la obra de arte de ''La noche estrellada.'' El pelinegro había escogido ese lugar ya que sabia que era una de las obras favoritas de la pelinaranja.

Amor no correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora