「XIV」❥ Cagadero

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Lol no sabía cómo ponerle a este capítulo pero igual funciona

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El día ya estaba a punto de terminar, el calor del día había desaparecido y el sol se escondía lentamente entre los edificios de la ciudad. En la ahora remodelada casa de Ryo, se encontraba toda la familia Makimura —incluido Tako— sentada alrededor de la televisión, esperando con atención a que comenzara el aviso.

Con la ayuda de Akira y su mamá, a Ryo no le costó convencer a los Makimura para que mudaran por un tiempo en su apartamento, al principio se negaron, principalmente porque no querían traerle ningún problema a Ryo, pero después de conocer su apartamento se dieron cuenta de que no era ninguna molestia para él darle alojamiento a tantas personas.

Ryo había salido unas tres horas atrás, dejó a Akira a cargo de su hogar ya que Jenny estaba con él, pero Miguel rápidamente tomó ese rol y comenzó a actuar como dueño de casa, por suerte Ryo no estaba ahí para verlo porque probablemente le hubiera dado otro disparo en la cabeza, cosa que ya se había vuelto habitual.

Y hablando de Miguel, por alguna razón, se había convertido en amigo de Miki tan rápido que llegó a sorprender a Akira, aunque con él había pasado casi lo mismo. Miguel tenía una presencia tan tranquila y amigable que era casi imposible pensar mal sobre él, su nombre rápidamente se volvió en un sinónimo de calma y comprensión, Akira realmente no entendía como Ryo podía odiarlo tanto, aunque claramente tenía sus razones.

Un pequeño detalle del que no se había dado cuenta antes, era que, junto con todas las nuevas decoraciones de la casa, Miguel había comprado un teclado para él, porque aparentemente le gustaba mucho la música, y aunque a veces su actitud dijera lo contrario, parecía ser bastante tímido cuando recibía elogios sobre lo que hacía.

Así que ahora estaba ahí, sonrojado y mirando hacia el lado, diciendo que no era tan bueno después de haber tocado La Campanella a la perfección.

—¿Cómo aprendiste a tocar así? —Miki le preguntó con una gran sonrisa en el rostro, de igual manera, Taro había estado mirando con atención como Miguel movía sus manos mientras tocaba.

—Bueno eh... —Miguel se puso un poco nervioso, no podía decir que simplemente tenía un talento angelical, pero también se le daba fatal mentir— ... Tomé clases, sí, muchas clases —sonrió, haciendo su mayor esfuerzo para pasar desapercibido. Antes de que Miki pudiera decir algo más, Akira apareció en la habitación— ¡Akira! —Miguel llamó su atención, para de alguna forma evitar que Miki siguiera preguntando cosas— Ven, escucha esto.

Miguel volvió a poner sus dedos sobre las teclas y sin mayor esfuerzo, comenzó a tocar Merry Go Round of Life, el tema principal de El Castillo Vagabundo, la película favorita de Akira. La sala entera volvió a quedar en silencio para escuchar la canción. Mientras Akira escuchaba con atención, se pudo dar cuenta como su madre sonreía sentada en el sillón, había estado acariciando a Tofu desde que llegó.

Kaori habló cuando Miguel terminó.

—A Akira le encantaba esa película cuando era niño —Akira se rascó el cuello, un poco avergonzado al recordar de que esa película era probablemente la razón por la que le gustaban los hombres.

—A mí me gusta más Ponyo —dijo Miki, Taro asintió detrás de ella— ¿Y a ti, Miguel?

—¿Yo? Nunca he visto ninguna de esas.

—¿Qué? —Akira y Miki exclamaron al mismo tiempo, quizás demasiado ofendidos para estar hablando sobre películas de Ghibli.

—¿Ninguna? —preguntó Akira, Miguel negó con la cabeza— ¿De verdad? Ni siquiera...

Azul Infinito  ⇢【Ryo×Akira】Where stories live. Discover now