Azul Infinito ⇢【Ryo×Akira】

「VII」❥ Un día común

El cálido sol de la mañana entraba a la habitación a través de las cortinas mal cerradas, la noche anterior terminaron tan cansados que no se dieron la molestia de cerrarlas bien. Quizás si Akira hubiera sabido que esos rayos de luz lo despertarían de tan plácido sueño, lo habría hecho.

Era la primera vez en mucho tiempo que Akira podía dormir sin tener alguna pesadilla o sueño extraño, se sentía bien por fin descansar.

Le tomó un segundo darse cuenta de quién estaba durmiendo a su lado, entonces, al recordar la noche anterior, se sonrojó. Ryo estaba justo a su lado, con el cabello despeinado y una expresión tan tranquila que parecía un angelito.

Sus sentimientos hacia Ryo eran complicados. Siempre lo ha querido como su mejor amigo, pasaron tantos momentos de la infancia juntos que nunca dudó sobre ello, incluso cuando volvió a verlo después de tantos años, su corazón se había llenado de alegría, pero era solo eso, estaba feliz de volver a ver su mejor amigo. Al menos así se sentía hasta el incidente del fotógrafo Nagasaki. Lo había apuntado con un arma con la intención de matarlo, pero no lo hizo solo porque él se lo pidió, sabía por experiencia propia que eso era algo muy importante cuando se trataba de Ryo. Luego se dio cuenta, Ryo actuaba de esta forma solo con él, lo hizo sentir especial y esto fue lo que lo confundió. Comenzó a pasar más tiempo con él, salían casi todas las noches para luego dormir en su casa o en la de Ryo y por primera vez en mucho tiempo, dejó de sentirse solo.

Supo que algo había cambiado cuando comenzó a sentirse nervioso cerca de él, nunca antes le había pasado con alguien de esta manera, quizás en algún momento con Miki, pero no era lo mismo. Quería pasar más tiempo con Ryo, aunque solo estuviera sentado en su sofá haciendo nada mientras él trabajaba, le gustaba estar a su lado, disfrutaba de su presencia.

Entonces comenzaron sus sueños, ahí le quedó claro. Ryo le había comenzado a gustar.

No le quiso contar porque no sabía cómo se lo iba a tomar, ¿Cómo se supone que le explicaría que últimamente todos sus sueños eran sobre él? Y ni hablar de mencionarle esa vez que pasó casi una hora entera limpiando el techo de su habitación. En su frustración, comenzó a asesinar demonios sin su permiso, eso era lo que lo había llevado a este punto.

Y ahora estaba aquí, semidesnudo y con Ryo durmiendo entre sus brazos, era casi como un sueño, un muy buen sueño.

Con delicadeza, llevó su mano a los rubios cabellos de Ryo y comenzó a acariciarle la cabeza lentamente, aún dormido, Ryo pareció sonreír. Akira sintió que su corazoncito iba a explotar, ¿Quién iba a pensar que un psicópata como su amigo fuera tan tierno?

Al sentir sus caricias, poco a poco fue despertando.

—Buenos días —dijo con su voz rasposa de mañana, Ryo no pudo evitar sonreír. Mientras se estiraba, amarró sus brazos alrededor de Akira, descubrió que le gustaba mucho escuchar los latidos de su corazón.

—¿Qué hora es?

—No lo sé, acabo de despertar.

—¿Tú no deberías estar en la escuela? Es jueves —Akira soltó un suspiro algo molesto.

—Estoy cansado de la escuela, prefiero estar aquí.

—Pensé que tenías que practicar para esa carrera tuya.

—¿Cómo sabes sobre la carrera? Aún no te había dicho —Ryo lo miró a los ojos.

—Yo lo sé todo —Akira le sonrió.

—Claro que sí, señor omnipotente —ambos sonrieron, se sentía bien finalmente estar así. Akira se acercó para chocar sus frentes aun mirándolo a los ojos, había algo sobre los ojos azules de Ryo que lo atraían, algo que solo podía describir como misterioso y aterrador, por alguna razón le gustaba. Se acercó nuevamente en un intento de darle un beso, pero antes de poder juntar sus labios, Ryo puso la mano sobre su boca.