Mi carta hacia sus golpes.

12 0 0
                                    

Debía replantearme esto. Según lo que yo creía, era un ciclo ya cerrado, pero realmente no sé hasta qué punto es cierto. A veces todavía puedo verme de esa manera y recordar su rostro en los momentos claves que acompañaban los martirios por crear. Siento como si aún no hubiese detenido la hemorragia desde que pude escaparme. Como un cíclico de una infección de la más punzante, que regresa una y otra vez. Una cortada profunda, donde  la sangre solo formo coágulos para detener temporalmente la hemorragia, antes de la infección, donde seco la herida, pero aun esta sensible. Donde aun no supuro lo suficiente, como para limpiar la herida y que la sangre lleve el oxígeno esencial para la cicatrización de tal. No pase todas las etapas que corresponden sobre una herida abierta. Supongo que era demasiado por asimilar. Aun puedo recordar y verme de esa manera frente al espejo; los grandes moretones; los restos de sangre sobre mi rostro, ese dolor que consume por dentro, casi insostenible. 

Ahí, a veces entendemos que perdimos y nos resignamos a todo deseo de continuar. Si alguien te pregunta que se siente, o si, mis palabras no fueron más que mentiras, como lo predicaste; aun que, mi verdad no será dicha, así me sentí, y así se siente vivir ese infierno...

No importa cuanto luche, cuanto intenté sobrellevar todos esos golpes, trate de detenerlo, soporté lo mas que pude, lo juro.
Pude sentir el ardor en mis lágrimas y la sensación que dichas provocaba mientras recorrían mis mejillas, cada vez que sus manos sujetaban mi cuello con fuerza hasta que perdía el conocimiento, sus inhumanos golpes, la forma tan despiadada de arrastrarme sobre el suelo  mientras jalaba mi cabello con tanta fuerza, sus puñetazos sobre mi rostro y cuerpo; acompañados de sus interminables, crueles y humillantes insultos. El dolor interminable durante los días siguientes, deseaba poder morir, si era lo que iba a terminar con eso...

No hubo lágrimas que alcanzaran para vaciar el dolor que se acumulaba cada vez más. Tuve miedo de vivir, tuve miedo de salir, de enfrentarlo, escapar, estaba esclavizada a soportar ese infierno al que él le llamo amor, a creer que eso merecía, incluso creer que todo era mi culpa, cada día que continuaba dolía pensar, dolía sentir y sobre todo respirar.
Agonía y desesperanza. Nadie lo supo, nadie lo notó, el miedo y ese calvario me consumieron.
Observe las paredes, el, me había vuelto totalmente sumisa a golpes.
las lágrimas brotaban de mi sin cesar, no podía evitar mirarme en el espejo sin sentir vergüenza y odio hacia mi misma, sentirme cobarde por no haber tenido la valentía para escapar, ¿porque no podía ser lo suficientemente fuerte como para volver a atreverme a vivir? Para soltarme de ese agarre. No tenia respuestas, todo en lo que creía se había derrumbado, desvanece todo a mi alrededor y él no ve mi dolor. Cada vez fue peor, él, se llevó el último gramo de esperanza que tuve, sus golpes habían logrado marchitarme en su totalidad. Creía que estaba destinada a vivir ese infierno hasta que la muerte o la suerte me salvaran, po>r que creia que no tenia el coraje de escapar; el conocía todas, cada una de mis debilidades y las exploto en su totalidad. Hasta que supe, que mis fuerzas se habían agotado hacia mucho tiempo, y aunque no dudara que, muy posiblemente, iba a morir. Casi sin poder respirar mientras los sollozos, mis manos cubriendo mi cabeza y sus patadas hacia tal. Tuve un ápice de valentía y me dije a mi misma que prefería morir en el intento antes que continuar un segundo mas de esa forma. Nunca voy a poder olvidar, el horizonte y el sol de un color naranja frenando en mi rostro cubierto de lágrimas; como nunca antes pude verlo, ni volverlo a ver tampoco; porque así se sentía sobrevivir, así se sentía ser libre por primera vez después de años. Ese día, supe que sobreviví, a lo que millones de otras no pudieron ni se animaron, algo en mi se rompio para siempre, era un antes y una realidad despues. Era volver a vivir esa vida que tantas veces me asfixio hasta creer que era la ultima vez, pero no, estaba viva, estaba dandome la oportunidad de ser valiente. 

Mientras me encuentro.Where stories live. Discover now