Cementerio de esperanzas.

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 Si recuerdo el dolor, y asumiré los riesgos, desdecir estas palabras ya dichas; buscar esperanza en lo desesperado.

Amamos incluso cuando la esperanza se ha ido.

Aquí y ahora parada sobre este cementerio de anhelos.

El anhelo y la desesperación a veces están demasiado juntos.

Esta esa sensación de huesos fríos, el aire en este instante podría cortarse con un cuchillo. En algún momento quise creer que el amor podría salvarnos.

Mi corazón fue frágil, pendía del hilo de sus humores. Un tanto de lo que duele es culpa suya y otro tanto tiene que ver conmigo; mis ilusiones, mis expectativas y mi espera en la reciprocidad.

La ilusión de sentirme superada al pensar que a estas alturas de la vida tenia ciertas certezas mas o menos claras sobre algunos temas, y creí, iban a ser mas fuertes que mi sentir. Podría haberme sostenido en mi pensar, mis raciocinios. Fue un error de calculo, un duelo que quedo detenido, porque me sostuve en un lugar de espera y me quede congelada en la letra de nuestra canción.

Pisoteando en el suelo una verdad inundada de inseguridades.

Esta vez no podía otorgar el beneficio de la duda; de que, quien dice amarte puede destruiste en mil añicos, tantas veces, siendo quien deja las cicatrices y sale tan ileso

— ¿El fin podía justificar los medios tan atroces?. —

La epifanía era evidente, aunque abrasadora. Los puntos suspensivos y el final, el limite que logra doblegar hasta el último ápice de esperanza y fe.

Jamás supe entender donde terminabas vos y donde comenzaba yo, de la misma manera que nunca supe comprender en que momento termino el afecto para convertirse en necesidad.

Había algo casi seguro, un amor así de devastador, no podía tener un final feliz y para mi desgracia algo tan devastador jamás podría llegar a ser amor.

este era el trago amargo llamado derrota. Nunca implique lo azaroso que conlleva no saber la altura, ni la clase de impacto que tendría después de la caída.

Nunca entendí esa parte de la vida en la que alguien se adueña tanto de vos que perdés los sentidos, y te destruye por completo. Ese hueco en el pecho que solo deja dolor a su paso; cuando nuestro corazón se rompe por fin un poco mas aun, aun cuando creímos que ya no había forma de que fuera peor.

¿Cómo alguien que dice amarnos nos rompe por completo sin reparo alguno?

Cuando estas obligado a irte pero en el fondo sabes mejor que nadie que querés intentarlo, una vez mas, fingiendo demencia ante todo acto de injusticia anterior, porque perderme para sostenerlo, al fin y al cabo no valían los daños ocasionados cuando solo un corazón se rompe.

De todas las veces que había escrito sobre el deber del inminente final, todas esas veces que caí en la absurda esperanza, de sobrepasar todos y cada uno de mis limites, me costaron un pedazo de alma, me perdí por completo en el camino, ilusiones rotas esparcidas por doquier. Todo esto quemaba, todo lo que me negué a ver incontables veces. Era momento decir adiós, de irme, de no escuchar y ver los hechos, todo estaba sobre la mesa.

Uno nunca sabe realmente, ni el como, ni cuando decir adiós; sobre todo cuando no deseamos hacerlo.

Remover todo lo que duele para tomar una decisión definitiva no siempre es cómodo ni sencillo, pero aceptar la realidad de los hechos, es lo que la gran mayoría intentamos evitar para no desangrarnos.

Cuando somos victimas de nuestra imaginación expectante. Pero cuando nos quedamos por los motivos erróneos basados en una ilusión con expectativas. La felicidad nunca va a dejar de ser esporádica.

Porque lo real, no daña y siempre encuentra su camino.  

Mientras me encuentro.Where stories live. Discover now