Los rayos del sol traspasan las cortinas.
hay algo en ese sentimiento de no saber que hacer con nosotros mismos que nos impulsa a salir de donde estamos.
Si observo con detenimientos mis acciones pasadas, solo denotan cuanto me pospuse a mi misma.
Como si el tiempo fuese un recurso infinito, aun que por desgracia no lo es. Para mi fortuna, nunca es tarde.
Cuando vamos dejando el rastro de espinas que llevamos dentro, y van quedando en diferentes partes del camino en las que fuimos cayendo. Cuando todo se derrumba y sale a la superficie quienes somos realmente en cada peldaño espinoso menos antes de la sima. Al llegar allí, ¿seguiremos manteniendo la esencia de la rosa?.
¿Qué significa dejar todo atrás? cuando sin importar donde vayamos jamás vamos a poder escaparnos de nosotros mismos.
Ojala en algún lugar del camino, podamos dejar de mirar hacia atrás con tanto pesar.
Cuando desperté tenia esa sensación de inconformismo inexplicable.
Caminaba de mi habitación hacia la cocina, observe el parque y sentí el sol en mi piel a través de la ventana.
Para cuando comencé a prepararme el desayuno, escuchando música y con un día tan soleado, tuve esta epifanía, pocas veces es nuestras vidas podemos ser capaces de percibir todo lo que hemos logrado y poder sobresaltar que esta paz que esta en el ambiente no significa nada, no es poco valioso. Cuando aprendemos a ver el alrededor por lo que realmente es sin necesidad de llevar una mascaras, sin nada que pretender, hay cosas que se vuelven invaluables e innegociables.
En este camino tan difícil e incomprensible llamado vida. Abunda este pánico constante Rara vez logramos dilucidar que nunca nada va a ser mas nuestro y perteneciente que nosotros mismos y hacia donde nos llevamos.
Cada día nos enseña una lección nueva, cada error cotidiano, todas las cosas que perdimos en el fuego, no solo nos hacen más fuertes y más humanos, hay tanto aprendizaje en todos los errores cometidos que nos han mortificado, tantas cosas para el que quiera aprender realmente.
Incluso casi sin notarlo, cada noche finalizada, y cada nuevo sol en la mañana no solo nos divisa un nuevo día, paradójicamente es un paso a la futura muerte que nos esta esperando en la vuelta de la esquina menos esperada.
Tengo esta incertidumbre que hace que no pueda evitar preguntarme ¿cómo va a ser cuando me despida de mi, fui sin mascaras verdaderamente feliz, sentí real armonía con quien fui?.
A sabiendas de que sin importar hacia donde vayamos, corramos, huyamos, nos vamos a llevar a nosotros mismos hasta la culminación de nuestros días y lo extraño del adagio que para ser supuestos polvo de estrellas somos tan nuestros.
Finalmente hay algo muy real en la frase <al fin y al cabo cada día finalizado, finalmente es un día menos˃.
