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Capítulo 15

Yunho y Wooyoung salieron de la habitación, ni fijándose que Mingi no estaba presente en la puerta. Llegaron hasta el gran salón corriendo, notando la gran cantidad de personas presentes allí.

Aisha lloraba desconsoladamente mientras la televisión mostraba imágenes que una vez divisó, no pudo quitarle la mirada de encima conteniendo la respiración.

—"¡Esto es un anuncio real!" —gritaba el rey, su padre, por la televisión a la gran audiencia— "¡El reino ha perdido su príncipe y se encuentra desaparecido desde hace meses, para desgracia de todo, por lo que hemos decidido tomar la justicia hasta la última consecuencia!" —la toma mostraba ahora a una mujer al lado suyo que miraba hacia abajo y una gran guillotina con un cuerpo pequeño metido ahí con cadenas en todos lados, evitando que se moviese más de lo que ya se movía.

La pequeña criatura se movió como bestia furiosa lista para hacer desaparecer a todos a su alrededor. Él levantó la mirada amenazadora. Sus ojos rojos centellearon mientras movía su cuerpo violentamente, moviendo la estructura entera junto con la navaja que colgaba arriba de su cabeza.

La mujer a su lado miró una vez a la cámara para después volver a ver a sus pies, en acto de sumisión y de derrota.

Aquella mujer... era su madre. No quería creerlo, pero era ella. Y tenía algo en el cuello.

El rey la había raptado y la había marcado para no morir. Lo apostaba, no era la primera vez que un rey hacía algo tan cobarde. Cerró sus manos en dos puños, conteniendo su rabia.

Ese maldito. Sabía que era algo que podía ocurrir porque conocía a aquel tirano sin corazón, pero nunca pensó que lo llegaría a hacer.

Sus náuseas y su malestar empeoraron mientras más pensaba.

Fijó su vista ahora en el monstruo que no paraba de moverse. Tenía un pequeño cuerpo, le era conocido.

Jisung.

Él sacó sus filosos dientes ante la cámara. Se veía muy distinto al pequeño chico que recordaba de hace menos de un mes atrás, probablemente le habían hecho algo.

La cámara volvió a enfocar la imagen completa, incluyendo al rey que no había parado de hablar en ningún momento.

—"¡...Lo creímos muerto. Pero... fuimos capaz de capturar a un vampiro que rondaba por nuestros terrenos en una de nuestras búsquedas, pensado que ya no lo encontraríamos!" —parecía divertido con la situación, algo que le pareció enfermizo, tanto, que le avergonzaba que estuviesen relacionados por sangre—. "¡Solo miren a esta horrible bestia feroz, es obvio que los vampiros —escupió la palabra— lo tienen. Ahora sabemos que lo tienen, en alguna parte!" —se aclaró la garganta. La cámara lo enfocó únicamente a él ahora —. "¡Es por eso que hemos decidido hacer un intercambio, él por nuestro príncipe Wooyoung! ¡Ustedes deciden!" —sonrió de una forma que para muchos puede parecer poderosa, pero para él solo le pareció macabra—. "¡Pero no demoren mucho, porque si eso ocurre, perderán la vida de este pequeño engendro demoníaco! —hizo el sonido de un reloj, "tik tak"— ¡Decidan rápido, los estaré esperando-!" —entonces se apagó la televisión.

Wooyoung estaba abrumado. Su madre había sido marcada sin su consentimiento para que el rey no muriese y el vampiro que lo defendió ahora era un rehén. Se sentía mal, muy mal.

Todos hablaban, algunos se dirigían a él, pero era incapaz de escuchar o comprender, estaba mareado.

Lo iban a intercambiar, de eso estaba seguro..

No fue capaz de procesar ni de comprender ni lo más mínimo lo que estaba pasando. Todos se acercaban a él a hablarle o gritarle, pero no escuchaba nada y veía borroso. Una mano helada lo sujetó haciéndole daño mientras que otra mano tomaba su hombro cariñosamente, pero firme.