Capítulo 13

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Hace poco había preguntado a San si es que podía ocupar la cocina a su disposición, a lo que él respondió afirmativamente, incluso agregando "algún día deberíamos ir juntos a cazar también". Era por eso que ahora estaba camino a la cocina para revisar lo que tenían y si había algo con lo que pudiese trabajar.

Había pasado un tiempo desde que no había cocinado, aproximadamente, desde que llegó al castillo en donde todo le era cocinado. Era por eso que no se había preocupado por uno de sus hobbies favoritos desde que era un infante: cocinar.

Iba en esa trayectoria, decidido a hacer al menos huevos revueltos, cuando en la puerta de la cocina notó que habían ya personas dentro. "Hongjoong y Seonghwa", reconoció.

Por lo poco que alcanzó a captar, estaban abrazados, hablando de forma suave. Seonghwa mantenía la cabeza de Hongjoong presionada contra su clavícula, acariciando su cabello suavemente con aquellos pálidos dedos que tenía.

Toda la escena le pareció adorable dentro de lo que vio, hasta que sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando unos sollozos se hicieron escuchar.

Hongjoong estaba llorando.

—Está bien —le consoló el mayor con su típica voz suave arrulladora, pero masculina.

—No, lo lamento tanto, fue todo mi culpa —su voz sonaba cortada por las grandes bocanadas que tomaba, además de sofocada por el hombro de Seonghwa

—No es verdad, es mía, yo dejé que se lo llevaran.

—Sigue siendo mi culpa. —le cortó. Entonces su llanto paró un poco, sin dejar de respirar fuerte. Wooyoung creyó que lo comenzó a abrazar más fuerte, casi desesperadamente—. No podemos seguir así.

—¿Qué dices? —se alarmó el vampiro

—No.. —sorbeteó— No tienes que quedarte por mi, puedes volver con ellos y olvidarte de nosotros, yo... lo puedo entender.

Seonghwa guardó silencio sin creer lo que decía, para después reprenderlo, saliendo del abrazo.

—Hongjoong, no. Pensaremos algo, no hemos peleado tanto por esto como para rendirnos ahora. No me rendiré —sus ojos centellearon en un vivo rojo, decidido.

Se quedaron callados por un momento, pensando, hasta que un jadeo de Seonghwa se escuchó.

—Tengo una idea.

Entonces ambos se retiraron de la cocina tan rápido como un rayo, dejando el terreno libre para que Wooyoung entrara según confirmó.

No sabía de qué hablaban, algo de lo ocurrido con Jisung estaba seguro, pero eso iba más allá de su comprensión.

Estaba cansado de estar escuchando conversaciones detrás de las paredes o puertas, así que descartó seguir inmiscuyéndose donde no lo llamaban.

Entró, aún pensativo, a registrar el lugar.

El refrigerador estaba lleno de carnes, algunas que se veían bastante recientes, además de unos cuantos alimentos más que no conocía, dejando de lado las bolsas de sangre que habían al fondo . Encontró un poco de arroz en un estante y sal, pero nada más que eso, ya que todo parecía vacío o mal posicionado, encontrando incluso un secador de pelo en un estante.

Suspiró derrotado. Debió pedirle ayuda a San y no aventurarse solo. Esto era difícil a decir verdad.

—¿Te ayudo?

Wooyoung casi saca la puertecita de un estante del susto.

Era Yeosang.

—Oh, eres tú —pretendió estar bien, ocultando el temblor de manos—. No, está bien.

Esperó que con eso el chico se fuera, pero logró lo contrario. Yeonsang se acercó a él más, hasta quedar al lado suyo. Evitó mirarlo de todos modos.

—Wooyoung... —comenzó, esperando que lo mirara, cosa que no ocurrió—. Lo lamento, enserio, te lo explicaré cuando el tiempo llegue. Pero hasta que no ocurra... —esta vez Wooyoung sí lo miró—. Déjame ayudarte, yo soy el que cocina para esas bestias después de todo.

La risa tímida de Yeosang contagió un poco el humor de Wooyoung, provocando que se girara a él.

—¿Qué quieres cocinar? —sonrió un poco con aquella pregunta.

—Lo que sea.

Yeosang entonces sonrió más ampliamente, acercándose al estante donde estaba revisando hace unos momentos.

—Primero, aquí es donde Ryujin guarda sus cosas desde que comparte habitación —cerró el estante que antes había abierto—. Las compras de cada semana están acá —dijo abriendo otro estante que no había alcanzado a inspeccionar.

Wooyoung asintió, escuchando atentamente todo lo que Yeosang le estaba indicando.

Después de toda una tarde conociendo aquel lugar y hablando de cualquier cosa con Yeosang fue que comprendió cuál era la verdadera personalidad del chico, y le gustaba después de todo.

Puede que no fuera una mala persona del todo.

realeza » [woosan]Where stories live. Discover now