V. Todo lo que perdimos.

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꧁Te prometo que si tomas ahora mi corazón entre tus manos, siempre vas a tenerme enamorado de ti


El sol del mediodía iluminaba las copas de los altos árboles de Corona, su cálida luz atravesaba las hojas de tonalidades púrpuras, celestes y rosadas que tintineaban con la brisa tibia y escurrían las pequeñas gotas de rocío de la llovizna de unas horas antes.

Glimmer y Bow corrían misteriosamente entre las calles traseras a Bright Moon College, en cuestión de minutos llegaron hasta la parada del autobús que colindaba con los límites de la Zona Ordinaria y subieron en éste.

―No estoy muy seguro sobre esto, Glims ―comentó Bow, con un aire agobiado.

El joven siguió a la Princesa hasta la última hilera del autobús, donde tomaron asiento junto a la ventana, Glimmer tardó en responder, hurgaba entre su bolso para sacar un pequeño espejo de mano, reacomodando su cabello que había sido víctima de la airosa mañana.

―No hay nada de qué preocuparse ―dijo por fin―, tía Casta está enterada de todo y siempre se pone de mi lado en las discusiones, no tendremos problemas con mis padres, te lo aseguro.

―Pero...

Glimmer dejó de arreglar sus rulos para mirarle con ligera molestia. Bow entendió inmediatamente el gesto, normalmente Glimmer planeaba con detenimiento cada uno de sus movimientos, por ello siempre lograba salirse con la suya sin mayores problemas, sabía que cuestionarla era cuestionar su astucia y esto dañaba su orgullo.

El joven no tuvo más opción que asentir y recostarse sobre el asiento, miró de reojo a su compañera, sabía que la mayor cantidad del tiempo solía ser arrogante, prepotente y mimada, pero sólo de vez en cuando, adoraba mirar ese ligero brillo que se mostraba en sus ojos, un brillo tenue e inocente, que representaba su verdadero ser, a la verdadera Glimmer, no a la Princesa caprichosa que se forjó por la presión social y lo rigurosos que podían ser sus padres. Los hermosos rizos violetas de la chica bailaron con el viento que entró por la ventana, en ese entonces su melena caía hasta su espalda baja y se acomodaba elegantemente en sus hombros, su sonrisa iluminó el rostro de Bow, quien sintió un ligero sonrojo inundando sus mejillas.

En poco menos de dos horas llegaron a Mystacor, la pequeña ciudad de hechiceros en donde residía la tía de Glimmer, Castaspella, hermana de su padre. La mujer era a lo que los residentes de Corona denominaban una "sanadora", una poderosa hechicera con la habilidad de curar casi cualquier mal. Castaspella era dueña de casi todo Mystacor, su familia siempre se caracterizó por ser poderosa en cuanto a dinero y tierras, pero ella era mucho menos pretenciosa que su hermano y su cuñada, por lo que difícilmente alardeaba sobre ello, la mujer disfrutaba mucho más el atender su enorme Salón-Spa, éste era famoso por su ambiente tranquilo y relajante, las personas más importantes y reconocidas de todo Corona asistían sin falta cada fin de semana para renovar su energía.

Para todos era evidente la constante rivalidad que existía entre Angella y Castaspella, e incluso en los últimos años con su hermano Micah, por lo que Casta era la típica tía que mimaba de sobremanera a su única sobrina, pues Glimmer era su adoración, Casta nunca había podido tener hijos por lo que la Princesa era lo más cercano a la hija que siempre deseó.

¡Tía Casta! ―Glimmer se abalanzó sobre la mujer en cuanto la divisó en la entrada del vestíbulo del Spa―. Me alegra tanto verte de nuevo.

Castaspella correspondió el abrazo, estrechando con fuerza a su sobrina entre sus brazos, hacía varios meses que no la veía y se sentía llena de alegría de tenerla de vuelta consigo.

Éxtasis // AU || Catradora || Glitra || GlimbowWhere stories live. Discover now