I. Polos opuestos se atraen.

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La vida de princesa no era tan perfecta como todos creían


― Tal vez fue el clima ―repetía incesante, una y otra, y otra vez―, o el café tenía algo extraño...

Glimmer había regresado a casa con el furor en su nivel máximo, no podía soportar la idea de haber sido humillada por una ordinaria, menos por una ordinaria con un descaro tan grande como el de aquella felina de ojos heterocromáticos. Su madre aún no volvía del trabajo, ser directora de la universidad Bright Moon le quitaba más tiempo del que le gustaba aceptar, y su padre se encontraba completamente desmayado en el sofá del salón principal después de una agobiante tarde de copas con otros empresarios y socios del mismo.

Subió hasta su habitación y se limitó a limpiar la herida que Catra había dejado en ella entre gruñidos y sermones a sí misma. «Eres una estúpida, Glimmer» se repetía constantemente mientras fruncía el gesto al sentir el ardor causado por el jabón penetrando las lesiones en sus muñecas. ¿Qué es lo que había hecho para desconcentrarla de esa forma? Sólo la había mirado... con esos intensos ojos felinos. Su sonrisa altanera y su olor a café y cacao, ¿de verdad habían afectado de tal manera su cordura? Sonrió con ironía, ¿realmente una inútil mesera la había puesto nerviosa?

Sacudió la cabeza, intentando deshacerse de todos esos pensamientos sin sentido. Exhaló con pesadez, ¡debía dejar de pensar en ella! Darle esa clase de importancia... era una estupidez.

Se dejó caer sobre la cama, completamente trastornada; observaba embobada el techo rebosante de estrellas dibujadas descuidadamente con tinta fluorescente. Lanzó con molestia un cojín a éste, agitando vigorosamente la lámpara con forma de media luna que colgaba sobre su cabeza.

― La haré pagar ―espetó.

Por más que lo intentara, Glimmer no se estaba tomando nada bien su reciente error; pasó toda la sesión de Magia Avanzada separada de Perfuma y Mermista, odiaba la idea de que sus amigas le recordaran lo que había sucedido o, peor aún, que lo esparcieran por toda la universidad.

La campana soltó un pitido agudo y prolongado, los estudiantes salieron desenfrenados hacia su siguiente clase; Glimmer se apresuró a escapar antes que nadie de la vista de sus amigas y de cualquier otra persona que intentara detenerla. Pero no fue lo suficientemente cuidadosa, Perfuma ya se había plantado frente a ella en cuanto giró la atención por unos segundos.

― ¿A dónde vas? ―preguntó con alegría, deteniéndola en seco―, ¿por qué no nos esperaste?

Glimmer guardó silencio, desviando la mirada para poder pensar en una respuesta coherente, había estado evitándolas por tanto tiempo que no se creyó capaz de decirles la verdad, ni siquiera un poco.

Mermista se acercó hasta ambas amigas, su novio rodeaba sus hombros con uno de sus fornidos brazos, mientras la joven bebía de un vaso enorme de malteada de fresa.

― Debe estar molesta con nosotras por lo de ayer ―interrumpió―, ¿de verdad sigues pensando en el incidente de la cafetería?

Glimmer frunció el ceño, irritada. Mermista y Perfuma creían que la joven estaba molesta por haber sido detenida antes de poner en su lugar a aquella ordinaria, pero eso no era del todo cierto; si bien Glimmer hubiera preferido cerrarle la boca a Catra antes que salir corriendo, también estaba intentando ocultar su nerviosismo desmedido causado por su frustrado ataque mágico.

― Por supuesto que no ―refutó―, sólo que... debía hacer unas cosas antes de ir a clases.

Las dos contrarias cruzaron una mirada incrédula. Mermista dirigió su atención hasta Glimmer, enmarcando una ceja.

Éxtasis // AU || Catradora || Glitra || GlimbowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora