II. Destinos lejanos.

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꧁¿Y qué tal si el destino tenía otros planes?꧂

Golpeteos incesantes marcaban el ritmo de su creciente ansiedad. Angella lo había contactado hacía sólo unas horas para verificar que su hija estuviese con él. El nervioso muchacho asintió, diciendo que la joven había ido a cenar a su departamento, que toda la tarde había estado con él y que lamentaba el haberse olvidado de avisarle.

― Justo ahora está dormida, señora Bright Moon ―tartamudeaba―. Mañana por la mañana haré que se comunique con usted, no se preocupe.

Colgó sin más, simulando una sonrisa. Odiaba tener que mentirle a la que entonces era su jefa, pero sabía que de otra forma Glimmer se encontraría en problemas y su cariño latente hacia la chica no se lo permitía. Sin embargo, era evidente que algo no andaba bien, incluso si la joven había huido de casa o simplemente se había retrasado en llegar, lo primero que hubiera hecho sería contactarlo, pues él era su mejor amigo.

La última vez que la había visto fue al mediodía corriendo por los pasillos de la universidad, pero no pudo cruzar palabra alguna con ella. Su preocupación por el bienestar de Glimmer fue incrementando, y angustiado volvió a tomar su teléfono para hurgar entre sus contactos; si él no tenía pistas sobre Glimmer, seguro alguien más se las daría.

La psicosis comenzó a alterarle los pensamientos; controlando sus movimientos y el temblor en sus manos terminó por llamar al primer número en su lista de amigos en común con Glimmer: Mermista.

La joven no era mucho de su agrado por su actitud petulante y altanera, sobre todo con los de la clase Noble, la clase a la que Bow pertenecía; además era un verdadero dolor de cabeza cuando comenzaba a alardear sobre las playas etherianas que poseía su padre, pero no tenía más opción, la idea de que a su querida Glimmer le hubiese sucedido algo malo no lo dejaba respirar.

El teléfono pronto dio línea, dejando sonar prolongadamente el pitido, cuando éste fue cortado Bow se apresuró a hablar.

― ¿Mermista?

¿Quién es? ―respondieron.

― ¿Sea Hawk? ―Bow parecía completamente confundido.

Un bufido femenino se escuchó del otro lado.

¡Ugh! ¿Cuántas veces te he dicho que no tomes mi teléfono sin mi permiso? ―se escuchó un golpe seguido de un quejido masculino―. ¿Quién es?

― Ah... ¿Mermista?

¿Bow? ―cuestionó―. ¿Qué pasa?

El joven se aclaró la garganta intentando ignorar lo sucedido.

― Me preguntaba si sabías algo de Glimmer, no he podido contactar con ella desde-

¿Glimmer? ―interrumpió―, estaba muy extraña esta mañana, pero no he sabido nada de ella; no entró a las últimas clases ―su tonó cambió a uno ligeramente más burlón―. ¿Se metió en problemas?

Bow guardó silenció unos segundos. Mermista nunca fue una persona de muchas palabras; además, siempre hubo cierta tensión entre ella y Glimmer pues la arrogancia de ambas chocaba constantemente. Sin mencionar que el hecho de que se encontraba con su novio dejaba más que claro que Bow estaba importunándolos y la chica quería terminar lo antes posible con la engorrosa llamada. El joven terminó agradeciendo el tiempo de la Princesa y colgó antes de que ésta cuestionara más acerca de Glimmer.

Siguió buscando entre su lista de contactos; el nombre de Perfuma apareció frente a él y sus ojos se iluminaron llenos de esperanza. Sin duda la chica sería de mucho más ayuda que la anterior Princesa; la siempre honesta y transparente Perfuma, no había forma de que ella le guardara secretos.

Éxtasis // AU || Catradora || Glitra || GlimbowWhere stories live. Discover now