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Harry formó una pequeña sonrisa de lado cuando su vecina abrió la puerta, devolviéndoles el gesto a ambos.

"¡Hola! de nuevo." Saludó el inglés.

Pero el aire en los pulmones de la teñida se había quedado atascado así como esa mañana. El rizado estaba parado frente a ella luciendo increíblemente hermoso, arreglado, guapo, sexy, como todo un modelo listo para salir en un comercial. Aquella camisa de flores y hojas pálidas semi abierta, enseñando su pecho brillante adornado con sutiles vellos, una cadena delgada y dos pájaros tatuados cerca de sus clavículas, lo hacía lucir como si fuese una ilusión fuera de este mundo.

Su cabello largo húmedo y perfectamente peinado hacia atrás caía por sus hombros, impregnando las fosas nasales de Polly con un shampoo delicioso, a la vez detectó un aroma a crema de afeitar, menta y una colonia cara y exquisita que solo le hizo perderse de la realidad como un hechizo.

"¡Hola!" Saludó Polaris de vuelta parpadeando, apretando sus labios en una sonrisa y rogando por dentro que su reacción no haya sido muy obvia. Demonios, Harry. "Hola, pequeña Madds."

"Hola." La de rizos sonrió, abrazando un peluche de tigre y con un bolso morado detrás de su espalda.

"Polly, mil gracias de nuevo por ayudarme. No sabes como lo aprecio."

"Ya te dije que no hay problema, Harry." La teñida sonrió y el rizado asintió devolviendo el gesto. Luego miró a su pequeña hermana y se colocó de cuclillas para estar a su altura.

"Hey, bambi, estaré afuera unas horas por el trabajo pero regresaré pronto. ¿De acuerdo? Nuestra agradable vecina Polly te cuidará mientras, ¿Está bien? Ya lo hablamos hace un rato." Harry acarició los rizos de Maddie que solo tenían un pequeño sintillo rojo en su cabeza.

"Sí, hazzie, está bien." Maddison asintió obediente.

"Espero que te portes bien o le diré a Polly que no te deje comer tus galletas de canela." Ante eso Maddie abrió sus ojos azules y negó arrugando sus cejas.

"Me portaré bien."

"¿Me lo prometes?" Harry alzó una ceja con una sonrisa.

"Sip, promesa."

"Excelente, Madds." El rizado plantó dos sonoros besos en las mejillas regordetas y adorables de la niña, haciéndola reír. "Te amo, pequeñita. Nos vemos en la noche."

"Te amo Hazzie, ¿Me puedes traer caramelos?"

"No creo que a donde vaya hay caramelos pero trataré de conseguirte unos cuantos Skittles."

"¡Mis favoritos!"

Harry asintió sonriendo con dulzura y después volvió a colocarse de pie.

"Pasa a la casa de Polly, Maddie, tengo que hablar con ella un momento."

"Sí, adelante Maddie, puedes sentarse en la sofá." Habló Polly y la pequeña Styles asintió, caminando dentro del departamento.

"Ella es muy tranquila así que no te preocupes, solo que cuando entra en confianza habla y pregunta demasiado." Harry entornó los ojos y Polly carcajeó "En su bolso hay muñecas, libretas para dibujar, rompecabezas, merienda y sus cosas personales. Así que estará bastante distraída. Ahm, su hora de dormir es a las 9."

"De acuerdo." La teñida asintió y no pudo evitar sentir ternura y sorpresa ante lo atento y buen hermano que era. Más bien, parecía un padre, se notaba el instinto paternal que tenía "¿Algo más que deba saber? ¿Qué le gusta comer o a qué es alérgica?"

"Su cosa favorita es el atún, puede comer atún con lo que sea. No le gusta el jamón, las zanahorias ni la mermelada de piña. Solo es alérgica a los mariscos y al pelo de gato. Del resto a nada más. Come lo que sea, pero trato de no incluir demasiada sal, grasas o demasiado azúcar en su organismo, algo leve, es...ahm, por una condición que tiene."

polaris [h.s]Where stories live. Discover now