Capítulo 9: Things left unsaid

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Jungkook había mantenido la compostura para no contribuir a entristecer aún más a Taehyung con su propia tristeza, pero se sentía desolado. Deseaba con todas sus fuerzas no haber tenido que mentirle, y que fuese verdad que no lo amaba. Le dolería mantenerlo cerca, pero sabía que no más de lo que le dolería su ausencia.

    La mirada de Taehyung la noche que se habían acostado por primera vez, y todas sus palabras bonitas se repetían en su cabeza como una canción pegajosa, y su ritmo le golpeaba el corazón. No quería llamar a Jimin, a pesar de que lo necesitaba. Jimin era feliz con Namjoon, y lo merecía...pero él...

    ¿Qué era lo que estaba tan mal en él?

    ¿Por qué nadie había podido nunca amarle de la manera en que él amaba?

    De ninguna manera quería comparar a Kim Taehyung con su ex novio, porque sabía que, aunque las palabras del primero se sintieran ambiguas y engañosas, no habían sido del todo falsas...pero...¿Cómo iba a ser Jungkook la persona más bonita que Tae había visto nunca? No dejaba de llorar, a pesar de que no le gustaba que lo vieran así.

    -Cielo...-dijo la señora Jeon, golpeando la puerta con delicadeza antes de entrar.

    Jungkook se sorbió la nariz, pero extendió los brazos en su dirección, porque necesitaba un abrazo. Le explicó vagamente que Taehyung y él habían arreglado las cosas y habían vuelto a ser amigos. La mujer supo al instante que había algo más, pero no preguntó. Si había cosas que él no se sentía preparado para contarle, entonces ella debía respetar sus sentimientos.

    -Le dejé los billetes del hotel a Jimin y a Namjoon, porque pensé que quizá no querías verlos más. Pero te regalaré lo que quieras, ¿de acuerdo, cariño? Te quiero muchísimo, y nadie se merece tus lágrimas...

    -Eso está bien-dijo Jungkook, más para sí mismo que para su madre-. Les vendrá bien tener aunque sea dos días para ellos, sin niños que los molesten. Son adorables, pero Namjoon necesita descansar de ellos de vez en cuando...

    -¿Puedo traerte algo para que te sientas mejor?-insistió la señora Jeon.

    Su hijo negó con la cabeza.

    -Estaré bien.

    -Siempre dices eso-murmuró ella con tristeza, acariciándole el pelo-. Los hombres son una basura, cielo. Ojalá no tuviéramos que llorar por ellos, pero...tienes derecho a sentirte mal por un tiempo. Un día, ya no dolerá. Un día, esto también pasará. Le mirarás a los ojos y ya no verás en él más que a un extraño o, en el mejor caso, un amigo.

    -Todo pasa-repitió Jungkook, en voz baja.

......

    Al día siguiente, Taehyung fue a recoger a Jungkook en la entrada de su casa para ir al centro comercial a probarse trajes para la fiesta de Namjoon. La señora Jeon le sacudió el polvo del felpudo en la cara y se disculpó de manera evidentemente insincera.

    Jungkook se disculpó por ella cuando ambos hubieron salido ya del edificio.

    -Perdona, mi madre puede ser un poco vengativa en ocasiones...

    Taehyung no dijo nada. Se lo merecía. Si la señora Jeon le miraba así, se debía a que, sin duda, había hecho llorar a su hijo. Eso, en sí, ya era un castigo para él, porque la tristeza aumentaba cuando iba acompañada de la culpa. Le había dolido mucho el comportamiento de Hana pero, en cierto modo, no difería tanto del suyo propio. Suspiró, conteniéndose una vez más para no tomar la mano de Jungkook en la suya, porque las cosas habían cambiado.

The Fortune Kookie (KTH +JJK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora