The Fortune Kookie (KTH +JJK)

Capítulo 4: Stay

Namjoon había estado hablando con Taehyung hasta la madrugada, por lo que se había ido a dormir bastante tarde. Tampoco había logrado conciliar el sueño inmediatamente después de acostarse, porque le estaba dado vueltas a lo que había pasado o podría haber pasado entre Jimin y él poco antes...Cuando sonó la alarma, había dormido menos de tres horas en total, y se le notaba en la cara.

    La pequeña Jimin se había despertado a la vez que él y estaba intentando hacerle unas tostadas. No era un gesto habitual en ella, de modo que le preguntó a qué se debía, después de auparla en sus brazos y darle un beso en la mejilla.

    -Estabas triste, papá. Y no me gusta verte triste. Quería hacer algo por ti...

    -Ahora ya estoy contento, cielo-mintió Namjoon. Las tostadas estaban en parte quemadas y en parte sin hacer, pero se las comió con una sonrisa y se preparó un café para quitarse el sabor.

    -¿Sabes lo que creo que deberías hacer, papá? Creo que deberías casarte otra vez.

    Namjoon estuvo a punto de atragantarse con el café.

    -Yo también echo de menos a mamá, todos los días-prosiguió la niña-Casi no me acuerdo de su cara cuando no estoy viendo sus fotos, pero a veces me gustaría que me diera un beso antes de dormir como antes. Y si es por Haneul y por mí, no deberías ponerte un freno. No me importa tener una madrastra, ya sé que no son todas malas como en los cuentos.

    El hombre dejó su taza sobre la mesa antes de dar otro sorbo. A veces le maravillaba la madurez de la que hacía gala la niña a tan corta edad. Se parecía a él, aunque tuviera los ojos de su madre. Pensaba como él, y hablaba como él. Y solo por eso, Namjoon estaba orgulloso de sí mismo y de la educación que había sido capaz de darles a sus hijos.

    -O bueno-continuó la pequeña Jimin, al ver que no obtenía respuesta-Cuando nos leías historias de princesas solías decir que las princesas no siempre se enamoraban de príncipes. Que a veces la princesa podía enamorarse de la costurera o el príncipe de otro príncipe. ¿Por qué no te casas con un príncipe, papá? Con Jimin o con Jungkook, por ejemplo. Creo que Jimin me gusta más para ti. Es muy bonito, como los príncipes, y además tiene un nombre bonito, porque se llama como yo...Sí, papá, creo que deberías casarte con Jimin.

    En ese punto, Namjoon no pudo evitar que se le saliera el café, por la boca y por la nariz. La niña era demasiado intuitiva para su propio bien...

    Se despidió de ella en la entrada, alabando lo vivo de su imaginación, y fue a buscar el coche para conducir hasta la oficina. Le dejó un mensaje muy escueto a Jimin para que cuidase de sus hijos, ya que pasaría todo el día fuera. Rezó internamente para que a la niña no se le ocurriese exponerle la misma idea que le había expuesto a él durante el desayuno.

    No había llegado a pasar mucho con Jimin, en realidad. Le gustaba, era evidente. La noche anterior, estaba demasiado cansado como para controlar sus instintos. Habían estado manteniendo una conversación anodina, sin importancia. Jimin le había preguntado si le había ido bien en el trabajo y le había pedido que, por favor, intentara descansar. Namjoon le había preguntado por su familia y le había aconsejado en materia de estudios. Calentaron después unos restos de pizza, porque ninguno de los dos había cenado todavía, y los comieron encima de la encimera.

    Jimin estaba sentado en la mesa. Sus pies no llegaban a tocar el suelo y tenía las piernas cruzadas. Los pantalones que llevaba puestos, ajustados y de un material similar al cuero, realzaban su forma. Namjoon se encontró mirándole de arriba a abajo, sin poder evitarlo. Estaban hablando de la nevada que había tenido lugar en la ciudad cuando se adelantó para apartar una miga de pan de la boca de Jimin. Y a partir de ahí, no había demasiado que Namjoon pudiese justificar, excepto que sintió que unos labios tan bonitos como los de aquel chico estaban hechos para ser besados. Por un solo instante, su cabeza estuvo vacía de pensamientos y cedió ante sus deseos.