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El gran día había llegado y como era de esperarse los preparativos iniciaron desde temprano.

—Shizune debes estar quieta —se quejo Anko por cuarta vez.

La novia estaba moviéndose mucho, impidiendo que puedan maquillarla.

—Estoy llegando a mi límite de paciencia —la pelinegro de cabellos cortos le sonríe nerviosa, ella no podía controlar sus nervios ahora.

—Déjame intentarlo Anko —se ofrece Kurenai quien estaba también hay para ayudarle en lo que podía.

Por otro lado, Yin ayudaba al novio he Itachi hablaba con la rubia que estaba tomando todas las cosas para la ceremonias y la fiesta de celebración.

—Lamento hacerles pasar por esto, se que Kurenai debe estar muy ocupada con la pequeña Mirai —los ojos negros se aguan mientras la de ojos rojos estaba colocándole un poco de color en los labios.

—No es molestia, Mirai esta siendo cuidada por Konohamaru y Shino en casa —le sonríe, sigue pasando el color en los labios ajenos. —Y por favor trata de controlar tus emociones, se que es imposible dado que es un día muy especial —guarda el labial.

—Lo estoy intentado, pero mi cuerpo entero no a dejado de temblar desde la noche anterior que Lady Tsunade me trajo aquí —menciona agachando la cabeza.

—No seas dramática, solo fue una noche lejos de Kisame-chan. Después de esto, estarás todas las malditas horas con él —le quita importancia Anko las palabras de las dos mujeres.

—Jjjjj —ríen entre dientes ambas mujeres mientras intercambian miradas cómplice.

—¿Me contarán lo gracioso? —interroga la pelimorado colocando sus manos en jarra.

—No es nada —responde Kurenai con una sonrisa. —Mejor ayúdame a colocarle estas orquídeas en el cabello de Shizune, no debemos tardar más tiempo —menciona mientras corre a otra mesa que hay en la habitación por las orquídeas que colocará en el cabello corto de la ex-kunohichi médico.

Por otro lado estaban los dos amigos que iban directo al templo que se encontraba a las afueras de la Villa, casi nadie visitaba ese templo viejo que alguna vez perteneció a los Uzumaki, según les dijo Tsunade.

Resulta que cada clan tenía sus tradiciones y costumbres para el matrimonio por tal motivo no necesariamente utilizaban dicho templo, que a pesar de casi ser olvidado se mantenía en buen estado y como era de esperarse había un monje que vivía hay con su familia, ellos se hacían cargo del templo antes de la muerte de la esposa del primer Hokage.

Anteriormente habían prometido cuidar como recuerdo de la mujer que cuido de su familia hasta sus últimos suspiros.

¿Por que se dirigían hay?.

Kisame habló con la rubia sobre las bodas de su clan, por supuesto Hoshigaki quería casarse como su tradición manda honrando la memoria de su clan enteró.

Cambiando de tema, la Uzumaki llevaba puesto un kimono lila con bordados de tonos electrónicos y claros adornaban por completo su vestimenta mientras la parte derecha de su cabello corto era sostenido por un prendedor de singular forma que Itachi le había obsequiado, sus labios estaban pintados de un color rosa brillantes mientras que sus párpados llevaban un poco del color que combinaba con su Kimono al igual que sus pendientes largos.

Sin duda sería una de las muchas chicas de Konoha que ningún invitado quitaría el ojo de enzima asta el final de la fiesta.

—Ahora recuerdo —el puño de Yin golpea su palma mientras siguen caminado hasta el templo. —En la academia explicaron algo sobre las extrañas costumbres del Clan Hoshigaki —dice en voz alta.

The Cure [тємρσяα∂α ɪɪ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora