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Cuatro semanas después

Sus párpados se abrieron a la misma hora como de costumbre, subiendo su ahora no tan delgada mano al rostro cubierto por vendas del hombre a su lado.

Su pesadillas no se iban apesar del tratamiento que le recetó la Quinta Hokage, despertaba cada dos horas solo para ver si Itachi seguía a su lado, carne y hueso tan real que sería un desperdicio todos los mimos que le ofreció.

—Es mejor vivirlo —susurro la chica.

—¿Que cosa? —pregunto, agarrando la mano ajena.

—¿Desde hace cuando estás despierto? —le pregunta acercándose más a su pecho.

—No mucho, ¿Tuviste una pesadilla? —acaricia la cabeza corta. —¿Quieres hablar de ella?.

—No, solo quiero estar así. Juntos sin que nadie del exterior vengan arruinarlo —se aferra al hombre.

El pelinegro sonríe, sin poder ocultar su felicidad al tener a la persona que ama dependiendo de su persona, lo hace sentir correspondido.

«Es mi gran deseo, seguir así por siempre. Que exista un tú y yo, cuando todo acabe »piensa.

—Prometo regresar para encontrar la cura con Lady Tsunade —afirma de la nada.

—¿Que?. Ya hablamos de eso Yin —se levanta.

Segundos después la pelirroja también lo hace.

—No quiero retrasar a nadie con la guerra que se avecina —comenta preocupado.

—Nadie se está retrasando, al contrario. Están preparados para lo que sea, gracias a la información que tú y Kisame les proporcionaron —coloca sus brazos detrás de los hombros de su aún marido.

—No es suficiente. Madara y Sasuke son dos problemas para todos; para ti y su futuro —insiste.

La chica se pone de pie, saliendo de la cama, gira a Itachi para quede frente a ella, de cuclillas en el suelo agarra fuertemente las manos del Uchiha.

—De quién te expresas tan fríamente como un desconocido es de aquel crías te, mimaste y cuidaste con recelo; Sasuke Uchiha, es su nombre., Tú pequeño hermano —le recrimina, usando un tono grabé para que el otro entienda.

—Ya no lo reconozco como tal, si tan solo lo hubieras visto —aprieta las manos de su amada. —Esta cegado por nuestro pasado, por un odio que conozco y a la vez, no —comenta.

—Sasuke todavía es un niño buscando su camino, si soy su punto de partida —el la interrumpe.

—¿Todavía sigues con eso?. Ya deja de ponerte en peligro; ni en la muerte podré compensar te todo lo que has hecho por nosotros, al futuro del Clan Uchiha —recuerda con un tono de tristeza.

—Sabes que lo haría una otra vez, sin importar las consecuencias —afirma segura de sus palabras.

Si alguien hubiera estado presente se abría dado cuenta, la mirada aterrada de Yin cuando dijo aquello.

—Te quiero —confiesa nuevamente el varón.

Ambos corazones laten sincronizados, ella lo mira con amor dejándose llevar por la atmósfera que los a estado envolviendo los días que llevan compartiendo la celda de tratamiento, como lo nombró Kisame.

La pelirroja dirige sus labios poco a poco a los ajenos, sin cerrar sus párpados, por temor aquel otro desaparezca como en sus sueños.

Un beso profundo correspondido por ambas partes, sentimientos ocultos y olvidados en lo más remoto de los recuerdos de Yin que poco a poco van abriéndose con muchos temores.

The Cure [тємρσяα∂α ɪɪ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora