[EPISODIO 4]

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-Estoy embarazado.

Todo se quedó en silencio por unos minutos.

- ¿Qué? - pregunto incrédulo a las palabras del menor.

-Estoy embarazo, me entere hace unos días.

-No, no puede ser... ¿¡EN DONDE TENIAS LA CABEZA HINATA!?.

-En la almohada... ¡pero no fue mi intención quedar así! Fue un descuido, por favor, Suga-san ayúdame. - Ambos chicos se miraron y Suga pudo ver la desesperación y el miedo en los ojos caramelizados de Hinata.

-Sabes que no podrás ocultarlo por mucho tiempo, ¿y qué hay de las misiones o tareas que tendrás? Ya no solo te tendrás que cuidar a ti...Espera... ¿Lo tendrás?

El silencio volvió a envolver el ambiente volviéndolo pesado, solo se podía escuchar el sonido de sus respiraciones y los pequeños sollozos de Hinata que se ocultaban tras la bufanda color azul.

-Lo debo tener- No sabía porque había dicho eso, no lo quería, no lo deseaba, pero...no lo dejo. ¿Qué iba a pensar la gente? ¿Qué dirían a sus espaldas? ¿Qué diría su equipo? ¿Fue tu maldito error por no cuidarte? No lo quería pensar ni mucho menos saber la posible respuesta a esas preguntas.

Aquella mañana de nuevo amanecía solo como todos los días, espera encontrarse con la cabellera azabache y una cara con semblante relajado acostado junto rodeado en sus brazos, pero no.

En su lugar solo estaba la zona fría y sin ningún peso, se dio cuenta de lo limpio y cambiado que estaba, con pesar se levantó y se aseo completamente.

Pero las náuseas y mareos no lo dejaban en paz, se empezaba a cansar.

Sus pasos se hacían pesados y su pecho le dolía, no entendía el porqué de su mal presentimiento hasta que entendió porque cuando lo vio ahí en la mesa esperándolo para desayunar. Apenas el olor de la comida le llego, su estómago se revolvió y el baño fue su principal destino en toda la mañana.

-Me hizo análisis y sabe la verdad y cree que es de uno de sus tantos socios, obvio no me dejara no tenerlo. Total, a él no le importo.

-Hinata- Suga sabia, sabia la vida que llevaba le pequeño cuervo de la manada era tan lamentable, pero no podía hacer nada más, no estaba en su poder.

-Por favor, Suga-san ayúdeme, no quiero tenerlo, pero lo hare, pero no podre solo.

-Kageyama tiene que saberlo, él es el padre.

-Tengo miedo de contarle... ¿Qué dirá? Fue mi error.

-No Hinata, no fue solo tu error, fue un descuido de ambos, pero Kageyama te ama muchísimo y todos estamos de testigos...él lo entenderá y te apoyará en todo lo que necesites, te lo aseguro.

Pequeñas lagrimas recorrían las mejillas de Hinata para terminar en su bufanda, estaba cansado, harto; los ojos le picaban y su nariz se tapaba. Sintió como unos brazos lo rodeaban y le quitaban las lágrimas una por una con los pulgares.

Se le hacía conocido ese tacto con él, tan delicado y lleno de amor y paciencia, poco a poco levantaba la mirada para encontrarse con ese mar tan misterioso y conocido a la vez. Estaba igual que él. Parecía como si ese mar estaba enfrentando a una tormenta.

-Lo siento- Pronuncio bajo, escondió su cabeza entre el hombro de Hinata para que, igualmente, lagrimas escaparan de sus ojos. Pero estas venían de un sentimiento de alegría. - ¿Es mío?

-Es tuyo...fue antes que lo hiciéramos ayer. Perdón...

-No, no te disculpes. No fue tu error, fue un descuido de ambos.

-Pero- sus palabras quedaron en su boca callándolas con un beso suave y sin prisa. Las manos no sabían a donde dirigirse y mientras las manos de Kageyama sostenían delicadamente su cara las suyas se enredaban en el cuello del más alto.

-No importa lo que el crea, no me importa. Solo quiero que estés de acuerdo con esto

-No tengo opción Kageyama.

-Estoy aquí. Todo estará bien ahora- Susurro a su oído con delicadeza, acariciando sus cabellos de arriba abajo como si fuera un niño en busca del consuelo de su madre.

Ambos se quedaron un momento más en esa posición, Kageyama susurrándole palabras cargadas de cariño y comprensión mientras que Hinata se dejaba hacer en los fuertes brazos del más alto.

Se separaron cuando escucharon sus nombres siendo llamados a una reunión como siempre a medio día.

-Vamos...tranquilo, estaré contigo- Sus manos se entrelazaron y sus corazones se conectaron una vez más, como si latieran al mismo tiempo hablando de cuanto se aman.

[]

Todos los que conformaban el equipo de los cuervos, esas personas encargadas se eliminar aquellas personas asquerosas que solo quieren perturbar la paz entre la gente. Misiones iban y venían, desde rescatar a sujetos que hacían de prueba hasta matar a personas para por fin acabar con la experimentación en donceles.

Aquellas personas, para muchos extrañas y asquerosas, como si fueran un mal trabajo de Dios, aquellas personas que podían concebir la vida misma, pero obvio...lo que no sigue las reglas de la naturaleza, la gente se encarga de rechazarlo y demostrar que es una aberración.

Por eso existen pequeñas organizaciones cuyo único objetivo era acabar con la verdadera aberración en este mundo.

Hinata era un doncel. Hinata está en peligro.

Y el equipo no dejaría que al pequeño cuervo se le pusiera un dedo encima.

"HIDDEN"Where stories live. Discover now