Olivia, una pelirroja normal y corriente a la que le gustaba pasar el tiempo con sus amigos, los merodeadores, gastando bromas, y su mejor amiga Molly.
Es raptada y capturada en una dimensión aislada del tiempo y el espacio, donde es torturada.
Cuan...
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Nada más llegar a casa Scorpius fue acogido por la soledad y el silencio de la inmensa mansión Malfoy.
Desde que su madre había muerto, nada había vuelto a ser lo mismo, su padre había cambiado y para mal, y en cierto modo él también.
Arrastró su baúl hasta el salón, el cual estaba lleno de botellas de vidrio vacías.
Su padre estaba durmiendo en el sofá, con muy mal aspecto, a decir verdad.
Scorpius decidió pasar de el y subir su baúl a su habitación.
Le arrastró durante un rato más, hasta que cansado le soltó, y este rodo escaleras abajo.
¿Dónde se habían metido todos los elfos? Normalmente habrían salido todos a su encuentro, pero en esos momentos, ni siquiera se les oía corretear en la cocina.
El albino corrió a este lugar en busca de alguno de ellos, pero la encontró vacía, completamente vacía.
No estaban ni los utensilios, el chico estaba frenético, corrió por toda la casa abriendo todas las puerta en busca de los elfos.
Estos habían sido su única compañía en la silenciosa casa durante sus vacaciones, y le habían ayudado a lidiar con la muerte de su madre junto a su mejor amigo Albus, hace ya dos años.
Al volver al salón derrotado, se encontró frente a frente con un elfo, Adagio. La abrazo con emoción, y empezó a interrogarle.
—¿Qué ha pasado? ¿Dónde está el resto? Estaba preocupado.
—Hace dos meses, el amo se bebió cinco botellas de esas, y después empezó a cantar, cuando terminó su propio concierto, empezó a hablar de su estancia en Hogwarts, luego hablo de no se que chica, no me acuerdo de su nombre, lo lamento, pero no era tu madre, la conoció cuando era pequeño. De repente se puso ha hablar de que ya sabía qué hacer, para que la chica estuviera orgullosa, subió a su habitación, y bajo con un gran montículo de ropa, por último nos dio una prenda a cada uno.
—¿Una chica? ¿Piensa cambiar a mamá?
—No lo creo, habló de que le gustaría, pero no era posible.
—Espera. Si os ha liberado a todos, ¿Tu que haces aquí?
—Decidí quedarme, a demás no tengo a donde ir, y el amo me paga.
☆☆☆☆☆
El pequeño Malfoy se pasó el resto de la tarde ayudando al elfo a limpiar la casa.
Cuando el sol se estaba escondiendo entre las montañas, Scorpius ya había terminado y se encontraba en el jardín leyendo un libro.
En ese momento llegó una lechuza cargada con dos cartas. Rápidamente se las arrancó de las patas, y la dio una galleta a Kipo, la lechuza de James, la cual sus dos hermanos utilizaban constantemente.
