Olivia, una pelirroja normal y corriente a la que le gustaba pasar el tiempo con sus amigos, los merodeadores, gastando bromas, y su mejor amiga Molly.
Es raptada y capturada en una dimensión aislada del tiempo y el espacio, donde es torturada.
Cuan...
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Olivia se despertó algo más despejada de cómo se había ido a la cama.
Tenía bastantes lagunas en su memoria, sólo recordaba fragmentos, un rubio había abierto una puerta de luz, cuatro chicos extraños, se había estampado contra un montón de paredes, corría por el bosque, lloraba en su barranco.
No se había asegurado de si sus amigos estaban bien o no, y si lo había hecho no se acordaba... es más, ¿Dónde nargles estaba?
En el momento en el que se hizo esa pregunta pensó " Tanto tiempo en la negrura me ha hecho mal, ahora empiezo a hablar como mi amigo Luna"
Pensando que lo más probable era que se encontrará en la casa de alguno de sus amigos, se desperezo, lentamente, y se levantó, bajo al piso de abajo sin preocuparse demasiado por su aspecto.
Pero al contrario de lo que esperaba en el salón, sólo se encontraba un señor pelirrojo que cuando la vio entrar en la sala la dijo:
—¡Uau! Esa túnica es más vieja que la que me tocaba usar a mi en Hogwarts, tu familia tenía que ser más pobre que la mía... o bueno, vienes del pasado, obviamente tu túnica va a ser más vieja. Me llamo Ron.
—Genial, Ron. Encantada de conocerte, no he entendido lo de que vengo del pasado, pero bueno, ¿Dónde estoy?
—En casa de Harry.
—Claro, eso resuelve todas mis dudas, vamos al grano y así me puedo largar de aquí de una vez, ¿Dónde están mis amigos?—Dijo sarcásticamente
—En el infierno, o tal vez alguno se haya salvado y haya conseguido ir al cielo, pero te aseguro que la asquerosa rata traidora no se ha salvado.—Contestó el pelirrojo del trío de oro mientras abría una bolsa de patata fritas, y se metía una en la boca.
—¿Qué?—Preguntó la joven pelirroja con el rostro compungido.
—Que están todos muertos.—Contestó antes de meterse un gran puñado de patatas en la boca.
En ese momento a su mente regresaron todos los grandes momentos que pasó junto a ellos y con el rostro lleno de lágrimas corrió subiendo a su habitación, y cerró detrás de ella dando un portazo.
☆☆☆☆☆
Hermione Granger había salido a comprar comida, ya que su marido la había dicho que no tenían suficiente, en la nevera de Harry y que la niña necesitaría comer.
Nada más abrir la puerta de la casa, la recibieron unos llantos junto al sonido de un portazo, observó preocupada escaleras arriba, mientras Ron arrugaba la bolsa de papas que se estaba comiendo y la escondió bajo un cojín.
La castaña se acercó al salón y le dio una mirada reprobatoria a su marido, se sentó a su lado omitiendo el hecho de que tenía la cara llena de migas de patatas, y le pregunto.
