Olivia, una pelirroja normal y corriente a la que le gustaba pasar el tiempo con sus amigos, los merodeadores, gastando bromas, y su mejor amiga Molly.
Es raptada y capturada en una dimensión aislada del tiempo y el espacio, donde es torturada.
Cuan...
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Otra vez estaba teniendo un sueño raro, lo más extraño de estos, según su punto de vista, no era lo que visualizan, si no, que Olivia estaba plenamente consciente de que era un sueño, y también de sus actos.
Hacia ya mucho que no soñaba con sus amigos, una eternidad, trataba de convencerse de que en realidad no había pasado tanto tiempo que eran imaginaciones suyas, cuando en realidad creía que habían pasado siglos desde la última vez que soño con alguno de ellos.
Nada más aterrizar en su sueño, se vio atrapada en el espacio negro, al igual que lo estaba despierta. Con una sola diferencia, que no tardaría mucho en llegar.
Recorrió toda la negrura, cuando a lo lejos vio un pequeño puntito de luz, se aproximó a este corriendo con toda su velocidad.
Se acercó a este, y se quedó a escasos centímetros observandole, mientras pasaba de ser un punto, a una línea, y otra línea, y otra línea, y otra línea.
Cuatro líneas formando un cuadrado, las observó con curiosidad, hasta que el trozo de negrura que había sido recortado cayó hacia delante dejando a la vista a un joven rubio, que sujetaba una navaja que brillaba con una luz dorada.
Este con un movimiento de su cabeza la indicó que le siguiera, y como tampoco tenía muchas más opciones, decidió hacerle caso y seguir al rubio.
☆☆☆☆☆
Cuando abrió los ojos se vio en un pasillo de Hogwarts, y está vez tenía la certeza de que no estaba soñando, el pasillo estaba desierto.
Era idéntico, todo era igual, pero distinto al mismo tiempo, no sabría decir muy bien cuáles eran las diferencias, pero las había.
No se percató de que se encontraba sola en un pasillo hasta que el eco de unas pisadas retumbo por este.
Un grupo de cuatro chicos giró la esquina, y la miraron extrañados, el grupo están compuesto por un azabache, un pelirrojo, y dos rubios idénticos, de los cuales sólo cambiaba el color de sus uniformes, el cual era definitivamente distinto al suyo.
El grupo se acerco a ella, y el cabecilla, que parecía ser el azabache, abrió la boca, pero Olivia se acordó de el asunto las urgente que tenía y fue más rápida que el azabache.
—¿Donde esta James?
—Yo soy James.
—No, tu no eres mi amigo, yo busco a James Potter.
—Sigue siendo él.—Contestó el pelirrojo a su lado.
—No sabía que hubiera más de un James Potter en el colegio, yo busco al que pertenece a los merodeadores.
—También es él.—Hablaron los gemelos a la vez.
—No se que clase de broma nos estas gastando, pero lárgate, y cambiate esa túnica vieja, nos dejas en ridículo como casa.
