38. Aléjate

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Rubius regresó completamente decepcionado de la plática inútil con Mangel al pueblo buscando alguna dirección, derrotado por la situación completamente; había planeado visitar a Luzu para darle buena suerte pero ni si quiera eso le apetecía.

"No es su culpa que hoy haya sida un día de mierda"

Se dijo esto para tomar las pocas ganas que tenía de cumplir y comenzar a caminar hacía su nuevo destino, dejando atrás el pueblo donde por suerte no se había encontrado con Willy y Vegetta, que buscaban objetos para su nueva habitación juntos.

—Pero chaval, ¿estás tonto? Esa es la lámpara más fea que he visto-bufó Vegetta negando.

—Pero que dices, si tiene luces fosforescentes de todos los colores-respondió moviendo los brazos Willy señalándola.

Se encontraban en una tienda de objetos del pueblo y a Vegetta no le había gustado nada de lo que elegía su pareja, sabiendo que iba a ser un problema redecorar juntos. Al mudarse habían tenido problemas similares, pero en ese mundo donde las cosas más extrañas estaban disponibles, Willy no evitaba pegar ojo en los objetos raros del lugar. El albino prendió la lámpara animado viendo los colores que no combinaban para nada saliendo por todas partes y haciendo que sus ojos brillasen.

Vegetta odiaba completamente la lámpara, pero no pudo evitar notar la ilusión del otro al observarla, queriendo comerse a su novio ahí mismo mientras que Willy seguía hipnotizado por las luces.

—¿Ves? No me digas que no mola...-cruzó los brazos convencido.

—Vale, tal vez tengas razón... la podemos llevar-murmuró rodando los ojos el chico.

Realmente los dos estaban demasiados cómodos con la nueva relación que habían formado; había sido en cierta forma, como volver a casa después de estar de viaje por mucho tiempo; Willy había sido completamente encantado por su mejor amigo y Vegetta estaba loco por el lado tan alborotado del chico, sacándolo completamente de su zona de confort en una relación.

El albino saltó de alegría mientras pagaba la lámpara, feliz de haber conseguido una pequeña victoria; miraba de reojo al otro mientras recibía la lámpara y se preguntaba lo extraño y bonito que era saber que ahora tenía derecho a besarlo cuando quisiera, a decirle lo que sentía; a abrirse realmente. Había sido más fácil de lo que pensaba y esa alegría lo hacía hacer locuras.

Tomó fuertemente de la cadera a su novio para poder darle un beso profundo, dejando que el otro se abalanzara en el; aun los dos teniendo el carácter fuerte, era claro que Willy era el que tomaba el mando de cada beso y caricia, siendo Vegetta el que dejaba su lado controlador a un lado por el.

Lo que los dos desconocían completamente, es que afuera de la tienda se encontraba escondido Lolito, esperando cualquier momento en el que Vegetta fuese dejado solo para atacar y terminar con lo que tenía que hacer. Escuchaba la plática de ellos intentando encontrar algo útil pero solo podía arquear por la miel que sentía que derramaban ese par, viendo a leguas la confianza que se tenían.

"Parecen siameses, a ver si me deja a Vegetta solo en algún momento" pensó molesto.

Se recargaba en la pared de a lado aguantando los besos y risitas que soltaba la nueva parejita, esperando mientras Rubius llegaba por fin hasta la casa de Luzu, viendo como en la entrada estaba aun parado Auron donde lo había dejado Lolito.

KARMAWhere stories live. Discover now