1. Karma

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Después de horas sentado esperando que cargara su pantalla, Samuel estaba quejándose de todo lo que había costado ser uno de los primeros en probar el nuevo mundo de videojuegos que había instalado en la computadora para que no funcionara en lo absoluto. Parecía como si hubiese quemado su ordenador por el espacio, o incluso como si fuera una clase de virus.

En la pantalla oscura solo se podía ver un tenue "Cargando..." sin avisar cuánto tiempo más se debía de esperar para empezar a jugar, haciendo que el azabache comenzara a perder toda la paciencia que tenía y se hartara de la falta de movimiento.

-¡Vamos hombre! Que lleva cinco horas cargando esto...-bufó molesto-Qué timo.

Su amigo Guillermo que ahora estaba probablemente teniendo el mismo coraje en la habitación de a lado, le había comentado que este era el nuevo momento tecnológico de la era para los videojuegos, y que debían obligatoriamente probarlo juntos; Samuel dudaba bastante sobre las palabras de su compañero de departamento, y por más que quiso decirle que no, el azabache sabía que no podía hacerlo.

Guille siempre encontraba la forma de hacerle decir que sí a todo lo que el le proponía. No era extraño que ahora por eso mismo estuvieran viviendo juntos, buscando la forma de acercarse y decirse por una buena vez sus verdaderos sentimientos. Habían sido amigos por tantos años y ahora que estaban juntos, los dos solo esperaban por el momento correcto para dar el siguiente paso.

Pensaba un poco en si ir a reclamarle al otro, pero después de lo que pareció una eternidad, la computadora empezó a dar pantallazos como si estuviera en medio de un corto circuito. Aunque eso fuera algo nuevo no parecía ser una mejora, creando que los nervios del azabache solo se rompieran completamente y se levantara unos segundos frustrado.

-¡Pero vamos tío!-gritó Samuel mientras intentaba que la computadora no se descompusiera.

En medio de toda su angustia y molestia intentaba apagar y desconectar la computadora pero no parecía hacer ningún efecto ya, parecía a punto de estallar con ahora energía suficiente para no necesitar más el enchufe; la volvió a conectar y tomó la pantalla desesperado revisando los botones cuando se pudo ver una tenue pregunta en la misma parando completamente todo el caos.

"¿Cuál será tu nombre en este mundo?"

Normalmente en cualquier videojuego se le preguntaba de una forma menos vaga el nombre de usuario a una persona, pero mientras siguiera funcionando su computadora, no pensaba pelearse. El solamente quería desconectarse del juego antes de que fuera demasiado tarde, intentando aprovechar la calma para probar salir del mismo. Para su mala suerte, no podía encontrar la forma de desconectarse, parecía que solo podía escribir el nombre de usuario.

-Pero bueno, ¿Qué rayos es esto?-dijo intentando por última vez reiniciar la computadora-¡Que yo solo quiero salir de este juego!

Por más que buscaba la forma de reiniciar la computadora, no encontró la forma, y solo quedaba en la pantalla la gran pregunta esperando por alguna respuesta. Samuel decidió, abatido y harto simplemente contestar y ver qué ocurría. Con suerte tal vez más adelante podría hacer reaccionar a su máquina. Escribió rápidamente.

"Vegetta"

La computadora de milagro cargó rápidamente, sin volver a ese horrible limbo de espera en el que había estado por bastante tiempo. Apareció varias veces por la pantalla el nombre que había elegido, esfumándose y apareciendo en diferentes tamaños, luego le dirigió otra pregunta a Samuel, haciendo que este no comprendiera nada de lo que estaba
pasando.

KARMAWhere stories live. Discover now