23. Apuesta cumplida

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Vegetta estaba intentando que todo quedara bien para que se viera espectacular; estaba en su casa árbol planeando algunos detalles para cumplir la apuesta con Rubius; al final, sí había conseguido el nombre.

No sabía mucho de Willy, pero se enteraba que era verdad que el y Fargan eran pareja y estaban juntos todo el tiempo; su mente seguía muy confundida con eso, intentando darle el crédito de la duda a su amigo.

Dejó algunas decoraciones, feliz de poder ver la cara de Rubius cuando las viera, al final, estaba teniendo un buen cambio con su presencia desde que comenzaron a llevarse; ahora todo tenía otro lado completamente diferente de la situación en sí, porque su compañero siempre tomaba una decisión que el jamás haría.

Aun cuando le seguía pareciendo completamente impulsivo y terco, también había visto con el tiempo que tenía corazón y pasión por las cosas, que muchas cosas lo impresionaban, se entregaba completamente a la situación y era muy fiel. Era una persona muy interesante.

Mientras Vegetta seguía pensando en Rubius, el de pelo blanco iba hacía la cena; en general estaba emocionado, sabía que cualquier cosa que hiciera el iba a ser en grande, así era Vegetta. Aunque le parecía muy excéntrico y controlador, en los últimos días que habían pasado juntos también vió su sentido del humor, su lado detallista, su nobleza, y también que era muy observador; a veces era controlador porque le importaban demasiado las cosas, y quería protegerlas. Y al final del día el es el que cumplía con todo lo que prometía. Esas cosas le parecían curiosas, era una persona muy diferente a como había esperado.

Los dos mientras pensaban en lo bonito del otro, simplemente sentían felicidad de poder conocerse en ese mundo; sabían que en el de afuera jamás se hubieran conocido. Vegetta esperaba listo y puntual a Rubius, mientras que el caminaba a punto de llegar a la gran muralla.

Al llegar, por alguna extraña razón comenzó a sentir un poco de nervios, como si de la nada ya no conociera a su amigo ni hubieran logrado tener la confianza que tenían. Su estómago estaba un poco revuelto con la anticipación, por lo que sólo tocó rápidamente para que empezara todo.

Vegetta, al escuchar el timbre sonar, sintió como su espalda se tensaba y tenía un escalofrío; ya estaba listo por ver la cara de Rubius cuando viera lo que tenía preparado. ¿Por qué estaba tan nervioso?

Corrió hacía la puerta para abrirle a Rubius, mientras que sentía como el pelo se le desarreglaba con el aire, intentó arreglarlo mientras comenzaba a abrir la puerta, pero sólo hizo que Rubius lograra ver a un Vegetta completamente nervioso, intentando arreglarse el peinado; traía una camisa, e iba un poco más formal de lo normal, por lo que Rubius sentía una extraña vibra a esa noche.

"Esto no es como las noches pasadas"pensaba.

Los dos se quedaron viendo confundidos antes de poder reaccionar y comenzar a platicar para calmar el silencio incómodo.

-Hola Samu-sonrió Rubius.

-Pasa Ruben-le devolvió la sonrisa.

Rubius pasó, y Vegetta emocionado le fue enseñando un poco su casa, dejando para el final la sorpresa que había creado. Rubius pasaba por los pasillos maravillado, viendo todo el trabajo que había costado cada detalle. Subieron las escaleras hasta la parte de arriba, donde estaba preparado todo; Vegetta había pensado que estaban comenzando a llevarse bien desde que platicaron sobre su gusto mutuo por el cielo y las estrellas, así que decidió hacerle la cena en la perfecta vista para ver ese mundo. Rubius se quedó maravillado, mientras sus ojos brillaban por todas las estrellas que veía.

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