4. Una mala idea

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-Esto fue una locura Rubius, fuimos unos gilipollas; debimos hacerle caso a Vegetta-exclamo Willy gritando mientras corría.

Se encontraba completamente arrepentido de no haber escuchado a su compañero de departamento, con la sangre helada por el miedo y negando varias veces con la velocidad siendo su única defensa.

Lo tres estaban corriendo hacía el pueblo con alguna esperanza de poder ser protegidos ahí, pero todas las puertas estaban cerradas, las casas y luces estaban apagadas. Nadie abrió aun cuando gritaban por ayuda. Rubius fulminó con la mirada al albino, sabiendo que tenía razón pero sin querer admitirlo.

-¿Saben dónde están Lolito y Mangel?-exclamó Fargan asustado.

Nadie contestó y el silencio parecía condenar a un mal augurio; en realidad no los habían visto desde hace días y no se habían molestado en buscarlos. Su excusa es que habían actuado así antes de que todo se volviera letal y peligroso, en un simple juego.

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Rubius caminaba divertido mientras robaba un poco de los cultivos del pueblo, burlándose de los aldeanos que solo contestaban lo mismo una y otra vez y diciéndoles groserías y vulgaridades para ser entretenido con las respuestas simples. Estaba intentando ser positivo como se había propuesto al escuchar la noticia y solo disfrutar lo que estaba pasando; tal vez podía este ser una oportunidad de no tener que pensar por un tiempo del mundo exterior.

Los demás lo seguían riéndose, jugando con los animales y haciéndole bromas pesadas a los personajes que veían, sintiendo una mezcla de seguridad al saber que ellos tenían cierto control de lo que pasaba. Había sus ventajas en ser los seres conscientes de ese mundo.

Rubius pensaba en lo molesto que era su nuevo compañero Vegetta, quitando la diversión de todo y preocupándose por cada cosa. No le había dado buena impresión en un principio, y ahora ciertamente sabía que iba a ser un dolor en el culo; aunque era interesante de ver, en el fondo eso al menos lo aceptaba.

Mangel y Rubius habían conseguido juntos el programa para entrar al lugar, escuchando rumores de que era algo especial. Los dos querían algo nuevo y esto no los había defraudado, aunque en cierta forma, Mangel se había separado desde un principio de su amigo, teniendo una conversación interminable con Lolito, quien no dejaba de halagarlo y decirle piropos. Así como Fargan y Willy, parecía que ellos no iban a perder el tiempo y la oportunidad de estar juntos, conectando en el segundo que se conocieron con la misma extraña cercanía que solo aumentaba mientras se hablaban.

Rubius conocía bien a si amigo y sabía que el abrumador Lolito con su personalidad estaba sacando atrás ese lado tímido suyo, para poder abrirse, así como de alguna forma el de pelo anaranjado sentía seguridad con el otro de poder decir cualquier idiotez y ser seguido en la conversación con la misma emoción y sentimiento.

"Vaya que todos encontraron a su media naranja"

En algún momento ellos se perdieron entre el pueblo haciendo tonterías, el teñido no le encantó perder de vista a su mejor amigo, pero también se encontraba harto de no poderle hablar sin que el lo ignorara y volviera a su conversación de dos personas. Tal vez por eso estaba actuando de la mayor forma impulsiva, porque aunque estaba feliz de que Mangel se encontrara ahí, era extraño como se sentía más solo con su presencia.

Willy, Fargan y Rubius seguían juntos empezando a ver que tenían un sentido del humor parecido y una gran energía de crear problemas.

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