3. Los dioses

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Estaba de alguna forma embobado con la vista que tenía, siendo lo primero que había visualizado de ese nuevo lugar. En cuanto pudo entender que se había tomado demasiado tiempo viendo al chico que estaba encima suyo lo tiró de jalón en menos de un segundo para dejarlo caer desprevenido, sintiendo un poco de vergüenza con toda la situación.

-¡Qué estás tonto!-gritaba Vegetta cayendo de nuevo colina abajo.

-¿Tonto yo? ¡Si tu estabas encima mío cabrón!-gritaba molesto el otro.

-¡Que te he salvado!-respondía el azabache refunfuñando.

Iba a gritar otra cosa para contestarle al desconocido que se había acercado, pero los demás ya estaban en la zona viendo toda la escena un poco divertidos y observando al nuevo. A lo lejos Mangel pudo reconocer a su amigo que había caído en ese mundo.

-¡Rubius!-gritó de alegría corriendo por el.

-¡Mi Mangel!-devolvió la alegría abriendo los brazos.

Los dos se dieron un gran abrazo y se alegraron de verse en esa extraña situación. Vegetta todavía molesto logró levantarse y juntarse con el resto totalmente, empujando con el hombro a Rubius. Todos se presentaron con el último que se había unido para poder reconocerse, intentando aprender cada uno los nombres del otro, y comenzando a hablar del tema más importante; ¿Qué hacían ahí?

-Entonces, todos estamos de acuerdo en que esto es una locura, ¿no?-soltó Rubius anonadado.

Vegetta estaba aun con el ego dolido por no haber recibido un agradecimiento y por el mal trato que le dió el peliblanco por lo que le rodó los ojos y no le dió la razón.

-Pero literalmente todo tiene sentido, los nombres, el lugar, los personajes, el que todos tuviéramos la misma experiencia antes de entrar; esta claro que estamos en un videojuego-aseguró Vegetta llevándole la contraria.

-No tío, eso no puede ser posible..-murmuró abrumado Alex con la ansiedad a flor de piel.

-¿Pero si es verdad lo que dices, qué se supone que hagamos? ¿Ir como gilipollas a rescatar una princesa de un dragón?-comentó Willy intentando entender.

Como si hubieran esperado por una entrada perfecta, en cuanto el albino hizo esa pregunta todos los sonidos de la naturaleza y su entorno guardaron silencio. Sus ojos no podían creer ver como prácticamente todo se quedaba en cámara lenta, observando hacia arriba unas nubes enormes rodeando todo el lugar, haciendo que el cielo se hiciera oscuro y gris. Todos se asustaron y voltearon a lo que estaba pasando arriba atontados mientras sus cuerpos inmediatamente se tensaban esperando una gran catástrofe.

No aparecieron rostros, ni si quiera sombras, sin embargo el aire comenzó a hacerse notablemente denso así como la luz que brindaba el sol se había convertido en un foco que alguien estaba apagando. Pequeñas manchas oscuras se filtraron por la zona mientras una voz dura y grave se dirigía a ellos a todo volumen.

"Hola chicos, bienvenidos a su nuevo hogar."

La voz hizo que mas de uno temblara y causara repentino miedo, sintiéndose encerrados como ratoncitos siendo saludados por su captor.

"Esperamos se encuentren cómodos con sus nuevos nombres y aspectos, pues van a estar con ellos por un buen rato. Esperen.. ¿dónde están mis modales? dejen que nos presentemos:"

KARMAWhere stories live. Discover now