32. La noche estrellada

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Después de la visita inesperada de Willy, Vegetta comenzaba a trabajar aún más veloz, pues podía ver el atardecer tocando las colinas. La casa del árbol había sido casi completada, teniendo un increíble trabajo y mucha dificultad, por lo que se sentía muy orgulloso.

Tenía pensado darle un pastel y ver las estrellas junto con todos, para poder festejar su cumpleaños. Era un buen plan.

Cuando comenzaba a poner los últimos toques, pudo escuchar a lo lejos a sus amigos caminando hacía esa dirección. Luzu y Alex llevaban a Rubius, que traía una banda en los ojos, por lo que caminaba lento y de forma torpe.

-Luzu te juro que si me tiras en un hoyo te incendio la casa-amenazaba Rubius.

-Yo también te quiero-contestó Luzu riéndose.

-Qué bueno que no puedes mirar hacia abajo, porque de verdad da vértigo ver la caída-le mintió Alex molestándolo.

-Serás gilipollas-lo insultó el de pelo blanco.

-Que ya casi llegamos, anda-le contestó Alex con una sonrisa.

Vegetta vió eso y su corazón comenzó a palpitar fuertemente, con un poco de emoción por ver su reacción, se recargó en las escaleras del árbol, sonriendo en como iban acercándose. Luzu y Alex le hicieron una seña para preguntar si ya le podían quitar la banda, Vegetta asintió.

-Vale, ya puedes ver-murmuró Luzu.

-Les juro que sí le hicieron algo a mi cas...-comenzó Rubius.

La banda cayó en seco y su cabeza se extendió de abajo hacía arriba, mientras su boca se abría; en frente suyo estaba un enorme árbol con luces tenues, que tenía una pequeña casita hasta arriba de dos pisos, con ventanales, terraza y plantas rodeándolo.

-Hala...-susurró asombrado.

Sus ojos comenzaron a brillar con ilusión; había tenido casas bien hechas, pero era algo muy diferente tener una casa diseñada perfectamente para algo que le gustaba mucho.

-Vegetitta, te has pasado, se ha quedado trabado-se burló Alex.

-Feliz cumpleaños Rubius-murmuró contento Luzu.

Rubius volteó a verlo feliz, y luego vió a la persona que estaba en las escaleras; Vegetta, un poco nervioso, seguía recargado sin saber qué decir.

-Me pediste un gran regalo-intentó bromear.

Rubius impulsivamente corrió hasta el y lo abrazó sin saber qué decir, no había pensado en hacer nada muy interesante en su cumpleaños, pero ahora se daba cuenta lo bonito que era que alguien más lo hubiera tomado en cuenta.

-Gracias-le susurró.

Vegetta se ruborizó mientras lo abrazaba, viendo como Luzu y Alex los molestaban haciendo muecas y gestos de besos.

-Queremos celebrarte-explicó Vegetta-Por lo que invitamos a todos para que pudiéramos divertirnos.

-De hecho-interrumpió Luzu-Hubo un pequeño cambio de planes.

-¿De qué hablas?-se preguntó el de ojos morados.

-Verás, nos pareció mejor mover la fiesta para mañana, porque creemos que tienes mucho que enseñarle de la casa Vegetitta-se rió Luzu.

-Pero vamos a ver...-se ruborizó Vegetta.

-A parte de que seguro Rubius quiere decirte lo agradecido que está-se estiró Alex mientras bostezaba-. Y ahora justo me dió sueño, ¿Nos vamos Luzu?

KARMAWhere stories live. Discover now