II. Capítulo 5: Furia contenida

116 9 9
                                    

-¡Jack se escapa!- gritó Aly en cuanto subió y vio los cristales rotos- ¡Ikena!

Ikena, que había escuchado el sonido de cristales rotos, salió fuera observando el cielo.
Isaac, que estaba fuera escuchó el batir de alas y vio como el Noivern alzaba el vuelo, o lo intentaba porque sus alas estaban muy dañadas.

-¡Jack! - gritó el Vaporeon mientras corría persiguiéndolo,

Cuando estuvo a escasos metros lo volvió a llamar:

-Jack

-¡No!- gritó el Noivern aterrado- ¡Tengo que volver o mi ama me volverá a hacer daño!

-Nadie te va a hacer daño- respondió Isaac calmado, no entendía qué le pasaba- estás a salvo.

-¡No! - exclamó- ¡Me habéis secuestrado, vais a hacer que mi ama me castigue!

Isaac estaba alucinando. No entendía nada.

-¿De qué hablas? - preguntó Isaac- Jack, soy yo Isaac.

Iba a transformarse en semihumano cuando de pronto el Noivern rugió y un Dragoaliento impactó en todo su cuerpo. El Vaporeon salió despedido.

Isaac se levantó, estaba confuso:

-Jack, ¿se puede saber qué te pasa?

Miró a los ojos del Noivern. Estaban cargados de ira y miedo. No eran los mismos que la mirada apacible, alegre y pacífica de Jack. Sus ojos reflejaban un vacío lleno de miedo, ira y obsesión.

Estaba completamente absorto que no se dio cuenta de que una inmensa esfera ascendía al cielo y con una explosión se fragmentaba en pequeñas rocas que descendían con una fuerza inmensa.

El Vaporeon intentó cubrirse bajo el árbol, pero las piedras candentes impactaron en su cuerpo ya herido.

Estaba demasiado débil como para combatir, notaba las heridas de ahora y las que llevaba antes.

-¡Isaac!- la voz de Ikena hizo que se calmara-¿Qué está pasando?

-Jack... le pasa algo- respondió con el cansancio en su voz- está furioso...

-Entonces no queda otra que calmarlo- comentó el Zangoose con seriedad.

Ikena avanzó con paso firme y se puso frente al Noivern que lo miraba con rabia y miedo.

No era la primera vez que tenía que lidiar con alguien de su tamaño. Cinco años es suficiente experiencia, sobre todo cuando el enemigo es quien odias.

Inspiró y con un grito se abalanzó contra el Noivern con A Bocajarro.

El dragón se sorprendió por la rapidez en la que aquella criatura se movía y no pudo evitar se golpeado por aquella ráfaga de puñetazos que lo lanzó hacia atrás.
Rugió y usó Aire Afilado. Ikena lo detuvo con Detección. Acto seguido, volvió a cargar contra él con Mordisco, pero el Noivern lo esquivó y lo  estampó contra el suelo con Ataque Ala. El Zangoose rodó hacia a un lado y con la mirada, intimidó al Noivern con Malicioso y el respondió con Estruendo mientras el otro se escondía detrás del árbol para evitarlo.

Isaac mientras tanto trataba de asimilar qué estaba pasando.
Su amigo estaba luchando contra Ikena y no le reconocía.

Con un alarido, el Zangoose le dio en la cabeza con una Cuchillada que dejó fuera de combate al Noivern.

Aly llegó justo cuando Ikena se sentó agotado y jadeando.

Isaac sintiendo el peso de las heridas y del cansancio acumulado, se desplomó agotado.

-----------------------*******----------------------

Ataron al Noivern para que no huyera con un collar y con las patas atadas y enganchadas a una de las raíces fuertes de la casa.

Isaac estaba tumbado en el sofá, descansando. Ikena en el de al lado, mirándolo fijamente.

Sintiéndose incómodo, el Vaporeon respiró y harto de la mirada de éste comentó de la forma más natural posible:

-Cómo ha cambiado todo...

Se sintió estúpido porque detectó en la mirada del Zangoose aún más furia.

-Demasiadas- escupió

Isaac suspirió y con las orejas gachas dijo:

-Perdón por todo, la cosas se complicaron y...

-¡¿CÓMO QUE LAS COSAS SE COMPLICARON?!- exclamó Ikena levantándose. Estaba enfadado- ¡¿QUÉ FUE ESO DE QUE TODO IBA A SALIR BIEN?! ¡¿ACASO NO PENSASTEIS QUE PODRÍA SER COMPLICADO?! ¡¿EN SERIO TAN PODEROSOS OS CREÍAIS COMO PARA PODER RESOLVER ALGO DE ESTE CALIBRE?! ¡Estúpidos! ¡Por vuestra culpa es por la que estamos en esta situación! ¡ES VUESTRA CULPA QUE NOS TRANSFORMARAN!¡NOS DISTEIS UNA ESPERANZA QUE AL FINAL SE DESTROZO! ¡Cinco putos años, Isaac! ¡CINCO! ¡POR VUESTRA CULPA AHORA TENEMOS QUE OCULTARNOS PARA NO SER CONTROLADOS! ¡Por tu culpa: que dijo que todo iba a salir bien! ¡POR TU CULPA Y LA ZORRA ESA!- Isaac gruñó, se estaba pasando- Sí, me lo ha contado todo Aly: ¡PORQUE LES LLEVASTE A UNA MISIÓN IMPOSIBLE! ¡PORQUE PUSIERON SU CONFIANZA EN VOSOTROS!- Isaac se levantó, pero Ikena se sobrepuso, intimidando al Vaporeon- Y por vuestra culpa: ahora Sarah está muerta; mi padre está muerto en vida;mi madre deprimida y Aly que ya no parece tan humana... ¡Por vuestra puta culpa! Y fui muy ingenuo al no verlo.

Se hizo el silencio. Los dos sostenían la mirada. Los ojos de Ikena brillaban con odio, los de Isaac de ira y frustración.

El Zangoose se dio media vuelta y se fue. El duelo de miradas había concluido.

Isaac se desplomó en el sofá.

Ya había tenido suficientes emociones en este día. Si ya de por sí quería morir, ahora esa idea cobraba más fuerza.

Eso era lo que quería hacer.

Desaparecer.






Un viento gélido le rozó la nuca, una brisa gélida familiar.

En la ventana le observaba una Glaceon con los ojos tristes. Saltó hacia el sofá y, en silencio, se tumbó junto al Vaporeon.

Sus hocicos se chocaron. Sus respiraciones eran agitadas. A Isaac no le importaba el frío que desprendía la Glaceon, ya estaba acostumbrado. Ahora que lo pensaba, no había sido consciente de los años que habían pasado. Era mucho... Pero no sabía que fuese a ser tanto...

La Glaceon le lamió el cuello y lo acarició con la nariz en un intento de consolarlo.

Isaac la respondió con un beso entre las orejas.

Estaba mudo, incapaz de articular alguna palabra. Tenía la mirada perdida, pero miró a la que había vivido con él estos últimos años.

Persecuciones, emboscadas, dormir en cuevas, lugares salvajes, esperando no ser encontrados mientras continuaban con su misión: rescatar a sus amigos y frenar, de algún modo, toda esta locura.

La situación era peor y estaban destrozados.

El miedo le atenazó, ¿acaso debe terminar así?

¿Este esfuerzo ha sido absurdo?

Su vida iba perdiendo el brillo

Isaac rió levemente y suspiró. No era la primera vez que se sentía sin ganas de vivir.

¿Debería rendirse y simplemente dejar de aferrarse a la vida y dedicarse el resto de sus días a ser una rata de laboratorio?

No sonaba mal después de todo, viviría relativamente bien.

Ya se lo propusieron en uno de sus asaltos a laboratorios.

Una vida junto a su amada Zarky en la que simplemente vivirían en paz, bien custodiados, resguardados de la intemperie.

Parecía un buen plan...

Lágrimas brotaban de sus mejillas. Lloraba.

Jack, Dani, Ray, Aly, Raven, Ikena, Emi, Carlos, Ana, Auria, Sonia, Clavel, Mar, Juan...

Sarah...

Lloró.

Pokémon, ¡Soy un Pokemon! Entre FronterasWhere stories live. Discover now