Interludio: Caminos inciertos

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El sol bañaba con su luz aquella mañana los altos árboles que vigilaban las montañas y el valle que había en ellas.

En el suelo, las luces cruzaban a través de las hojas hasta que uno de esos rayos daba con un bultos entre las raíces.

Dos Sylveon dormían juntos. Uno de ellos era como los demás, pero el otro era de color azul, pero una de sus orejas era rosa, en concreto la del lazo. La Sylveon azul posaba su hocico muy cerca del otro, pero sin llegad a tocarse y el cuerpo del rosa envolvía al azul y sus cintas se entrelazaban abrazando sus cuerpos.

Un rayo de luz dio con Aria que poco a poco se levantaba. Bostezó y miró a su alrededor, se sentía extraña. Husmeó el aire en busca de algún lugar húmedo.

Llegó hasta un arroyo que bajaba con suavidad entre las piedras hasta parar, unos kilómetros más allá en el mar.

Se agachó para beber y se vio reflejada. Se quedó mirando si reflejo durante unos minutos y luego se vio las patas y la cola.

Ya no era una solitaria Eevee... Había evolucionado, pero no entendía por qué era un Sylveon si no había conocido ningún...

Dani...

El rostro se llenó de lágrimas, se sentía querida y en su corazón sentía el amor que la había hecho cambiar.

Dedujo que como Dani aún no era un Sylveon completamente, su instinto al evolucionar había tomado a Dani como su Entrenador .

Podría haber sido una Espeon o una Umbreon ya que es lo que máximo que pueden evolucionar los del Valle.

Pero daba igual. Era un Sylveon como él. Porque es lo que sentía Aria: amor.

Bebió un poco de agua y de repente escuchó unas pisadas. Alzó la cabeza.

Al otro lado del río, dos Pokemon la observaban con una mirada serena.

Uno tenía la forma de un ciervo azul y sus astas brillaban con los colores del arco iris.

El otro era el que se le había aparecido la noche anterior.

La nueva Sylveon retrocedió instintivamente. Los otros dos Pokemon sonrieron para tranquilizarla.

-No te preocupes- la voz del ciervo era suave, delicada y melodiosa- no queremos hacerte daño. Solo hemos venido a hablar.

-¿De... de qué?- preguntó con timidez

- De tu amiguito- la criatura blanca se rió con picardía. Su voz sonaba aguda y juguetona.

Aria se sonrojó. El ciervo miró a la otra con un gesto de desaprobación.

-¿Le habéis salvado vosotros?- preguntó Aria-¿Por qué?

-Porque así lo queríamos- respondió el ciervo

Aria no sabía muy bien cómo interpretar eso. Los otros dos se rieron.

-Bueno, supongo que sabes que es un humano- comentó el ciervo

La Sylveon asintió.

-Pues bien: él no es de este mundo y está atrapado aquí por culpa de algunos humanos que quieren su sangre para conquistar su mundo, por resumirlo de alguna manera- prosiguió

-Aunque también vino con otros tres más. Ellos viajaron aquí y, pero algo salió mal...- iba a decir algo, pero continuó diciendo- ... y acabaron siendo transformados en distintos Pokémon...

Aria recordó algunas cosas que le había contado Dani.

-... Por un tiempo, estuvieron a salvo, pero secuestraron a Dani y su amigo Sylveon, que luego se trasformó en Vaporeon y a él lo transformaron en Sylveon.

Pokémon, ¡Soy un Pokemon! Entre FronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora