II. Capítulo 9: Anuncio

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Cira sentía una gran tristeza, sufría.
Esa noche había perdido todo.

Los rayos de sol se colaban entre los árboles y los ojos se le iluminaban.

Por alguna razón se sentía más ligera de lo normal.

Con los ojos cerrados, dejaba que la brisa acariciase su cuerpo. Se dio cuenta de que las heridas ya no le dolían tanto.

De pronto, abrió los ojos y se incorporó.

Se sentía más pequeña. Miro hacia abajo esperando poder ver sus piernas, pero quedó sorprendida al ver que no tenía.

Por un momento sintió un escalofrío y se desmayó.

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Busca a la Braixen

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Cira despertó horas más tarde de golpe. Recordó lo de antes y sintió un escalofrío. Agachó la cabeza.

Ahí estaban sus piernas.

Cira estaba estupefacta, no entendía nada.

-¿Qué ha pasado?- dijo para misma.

Era mediodía y tenía un hambre tremenda. Se levantó con cierta dificultad. Al apoyar los pies en tierra, sintió que le pasaba algo en la cabeza, pero no le dio mucha importancia.

Con cautela regresó a su casa.

Al llegar, dejó la olla calentándose con agua hirviendo. Su vida consistía en pastas y arroces, la carne escaseaba...

Se fue al lavabo mientras estaba sumida en los recuerdos de la noche anterior. Se duchó con la mente completamente apartada de la realidad.

Al terminar, tomo una toalla y se secó. Al llegar a la cara, se fue al espejo para verse y ahogó un grito al verse.

Una gema roja parecía incrustada en mitad de su frente, además, había algunas mechas azules que aparecían mezcladas entre su pelo ahora desordenado.

Evita el desastre. Busca al Sylveon

Una voz resonó en su cabeza sin saber de donde provenía.

Reúnete con el Vaporeon

Ecos resonaban con cada nombre de los Pokémon.

Ayuda al Noivern

Su mente era colapsada por aquella voz que repetía sin parar las frases. Se cayó al suelo, presa del pánico.

Derrota a la Primarina

Un último suspiró la dejó completamente tumbada, temblando de pies a cabeza. No sabía qué era lo que estaba pasando.
Intentó organizar su cabeza, asimilando todo lo que había escuchado y lo de antes. También estaba el detalle de la gema roja incrustada en su frente. Obligó a su pelo a cubrir parcialmente la frente y decidió ignorar su reflejo.

Entonces se acordó de la olla.

Bajó corriendo las escaleras y vio como la olla casi estaba sin agua y la pasta estaba muy blanda. Suspiró olvidándose por un momento de todo e intentando salvar un poco los macarrones agregando un poco de tomate y queso.  Al intentar coger el tarro del tomate frito, un saco de harina fue a caer en la cara de Cira. Ella se preparó para el golpe y cerró los ojos.

Pokémon, ¡Soy un Pokemon! Entre FronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora