II. Capítulo 12: Confrontación

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Una isla en medio de un gran mar.

Entre las montañas, un gran valle aparecía.

Lo que parecía ser un poblado de Eevees y sus evoluciones corrían de un lado a otro.
De pronto, se siente llevada hacia la ladera de la montaña en donde el valle finalizaba en un gran barranco. Un Sylveon la miraba.

Por alguna razón, le resultaba familiar.

Antes de darse cuenta, sintió como algo la sacaba de ahí

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Aly se despierta repentinamente. Había sido un sueño. Recordaba perfectamente el lugar. Recordaba el poblado.

Recordaba el rostro de esa Sylveon.

Estaba desorientada, pero aún pensaba en ella.
Un recuerdo fugaz pasó por su cabeza.

"Dani"

Aquel nombre cobraba sentido. Hacía mucho que había desaparecido, era imposible que en ese lugar extraño estuviera él.

Hizo memoria del lugar. ¿Acaso estaba ahí?
Una isla en medio de la nada...

Sacudió la cabeza. ¿En qué momento podría haber llegado ahí?
Es cierto, le echaba de menos, él la había ayudado a aceptarse y conocer mejor sobre su nueva forma.
La había enseñado a querer su nueva forma.

Seguramente ese pensamiento fue el que mezcló su sueño con la realidad. Se rió de lo que estaba pensando: algo así no era posible. Simplemente despejó su mente y se dispuso a bajar.

Bajó las escaleras. Ahí estaba Ikena acariciando un Pachirisu sentado en el sofá. Estaba sereno, pero se notaba un poco la angustia y tensión. Levantó la vista y la sonrió.

-¡Buenas!- saludó el Zangoose

Aly le saluda y se va acercando a él con una sonrisa.

-Estoy exhausta- suspiró la Braixen. Su cola se movía ligeramente.

-Llevas toda la mañana entrenando, es increíble como estás creciendo.

Aly se sentó y se miró las manos. Se acordó del sueño.

-Acabo de tener un sueño un poco extraño- comentó ella.

-Cuéntame, tampoco es que vaya a ir a otra parte- contestó Ikena con una sonrisa.

-¿Dónde está el resto?- preguntó

El rostro de Ikena se ensombreció.

-No lo sé.

No sonaba muy alegre. Aly lo notaba aún con resentimientos.

-Hoy he soñado con un Sylveon-  dijo la Braixen

Ikena se rió.

-¿Acaso quieres que me ponga celoso o qué?- preguntó bromeando.

Aly se rió y contestó:

-¡No, no es eso! Es que he soñado con una isla en la que había muchos Eevees... Era como si todos vivieran ahí apartados de la sociedad. Luego, vi a un Sylveon viendo el horizonte...

Tragó saliva, sabía lo que iba a decir y lo conllevaba, y continuó:

-Al principio vi lo hermosa que era y lo serena que estaba, aunque vi también una mota de tristeza... La verdad, es que me quedé mirándola. Aunque luego me fijé bien y era un Sylveon- se rió- no era hembra. Aún así, no pude evitar pensar...

Pokémon, ¡Soy un Pokemon! Entre FronterasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora